Receptor de antígeno quimérico
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Un receptor de antígeno quimérico (del inglés Chimeric antigen receptor CAR), es un receptor artificial de un linfocito T producido mediante ingeniería genética, se denominan quiméricos por estar compuestos por partes de diferentes anticuerpos. Los receptores de antígeno quimérico son receptores introducidos artificialmente en los linfocitos T. De esta forma el linfocito T reconoce ciertos antígenos específicos de la membrana de las células cancerosas.[1] Se utilizan con fines terapéuticos en las en células T, linfocitos que han sido diseñados genéticamente para producir un receptor artificial de células T para su uso en inmunoterapia. El nombre más habitual por el que se conocen a estos linfocitos son células CAR-T.[2]
Los receptores de antígeno quimérico se logra mediante la transferencia de la secuencia de codificación del anticuerpo a la célula T facilitada por vectores retrovirales.
Los CARs se encuentran en investigación como una forma de terapia en contra del cáncer, utilizando una técnica denominada transferencia adoptiva de linfocitos T. Inicialmente, las células T son extraídas del paciente y modificadas genéticamente para que expresen receptores específicos. Una vez modificadas, las células T que adquieren la capacidad de reconocer y destruir las células cancerígenas, son re-introducidas en el paciente. Actualmente, se encuentra bajo investigación el uso de células T modificadas procedentes de donantes diferentes al paciente a tratar.
El concepto para la producción de receptores quiméricos fue explorado primeramente por Yoshihisa Kuwana en 1987, quienes demostraron la factibilidad de fusionar fragmentos de anticuerpos con las cadenas constantes de un receptor de células T de origen murino. Ello permitió crear un híbrido entre los receptores que median la inmunidad humoral y la celular. Posteriormente, los inmunólogos israelíes Gideon Gross y Zelig Eshhar replicaron los hallazgos de Kuwana, y demostraron que dicha configuración podía realizarse mediante un receptor consistente en una única cadena de aminoácidos.[3][4] Actualmente, las terapias con células T con receptor de antígeno quimérico (CAR) han logrado buenas respuestas en neoplasias hematológicas, con datos de estudios clínicos que demuestran altas tasas de respuesta completa en la leucemia y el linfoma.[5][6][7] [8]