Astronomía de onda gravitacional
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La astronomía de ondas gravitacionales es una rama emergente de la astronomía observacional que pretende utilizar ondas gravitatorias (diminutas distorsiones del espacio-tiempo previstas por la teoría de la relatividad general de Einstein) para recopilar datos observacionales sobre objetos tales como estrellas de neutrones y agujeros negros, eventos como supernovas y procesos incluyendo los del universo temprano poco después del Big Bang.
Los sistemas binarios formados por dos objetos masivos que orbitan entre sí son una fuente importante para la astronomía de onda gravitacional. El sistema emite radiación gravitacional a medida que orbita, disipando energía y momento, lo que causa que la órbita se contraiga.[1][2] Se muestra aquí un sistema de enanas blancas binario, una fuente importante para detectores espaciales como eLISA. La fusión final de las enanas blancas puede resultar en una supernova, representada por la explosión en el tercer panel. |
Las ondas gravitatorias tienen una sólida base teórica, fundamentada en la teoría de la relatividad. Serían predichas por primera vez por Einstein en 1916; y aunque se deducen como una consecuencia específica de la relatividad general, son una característica común de todas las teorías de la gravedad que obedecen a la relatividad especial.[3] La evidencia observacional indirecta de su existencia se registró por primera vez en 1974, a partir de las mediciones del pulsar binario de Hulse-Taylor, cuya órbita evoluciona exactamente como se esperaría para generar la emisión de una onda gravitacional.[4] Richard Hulse y Joseph Taylor fueron galardonados con el Premio Nobel de Física de 1993 por este descubrimiento.[5] Posteriormente, se han observado muchos otros pulsares binarios (incluyendo un sistema de pulsar doble), donde se verifican todas las condiciones apropiadas predichas para la generación de ondas gravitacionales.[6]
El 11 de febrero de 2016 se anunció que LIGO había observado directamente las primeras ondas gravitacionales en septiembre de 2015. La segunda observación de las ondas gravitacionales se hizo el 26 de diciembre de 2015 y se anunció el 15 de junio de 2016.[7]