Crisis en la industria musical de 2013-2014
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Se conoce como Crisis en la industria musical de 2013-2014 a la decaída en ventas sufrida en la industria musical a partir del 2013, la cual comenzó a mostrar indicios a mediados del 2010 en los Estados Unidos. Algunos de los principales factores causantes son el gran aumento en el uso de servicios de distribución gratuita por Internet como Spotify y YouTube, así como también (según las principales compañías) la distribución de copias sin autorización. Ciertos especialistas del mercado culpan además al también creciente uso de aplicaciones para teléfonos inteligentes. Con la globalización de la tienda digital en línea de iTunes entre 2010 y 2012, se mostraron incrementos en las ventas de álbumes y sencillos digitales, pero un descenso en las copias físicas, de acuerdo con la International Federation of the Phonographic Industry (IFPI). Sin embargo, en el 2013 ocurrió el primer decline en ventas con respecto al año anterior desde la creación de iTunes. Un año más tarde, con el creciente aumento en suscripciones de Spotify y otros servicios de distribución, la industria en general experimentó un gran descenso en ventas tanto de álbumes como sencillos por, de acuerdo con algunos expertos, la pérdida del hábito de comprar música. Estos hechos afectaron de manera negativa a diversos artistas, especialmente del género pop, como Lady Gaga, Jessie J y Austin Mahone.
Mundialmente la industria ha tratado de impulsar medidas para reducir la distribución de copias no autorizadas y perseguir a los infractores, entre estas la ley Stop Online Piracy Act (también conocida como Ley SOPA), la cual no se aprobó porque varios medios consideraron que privaba a la gente a sus derechos en Internet. Igualmente, artistas como Beyoncé, Coldplay, Led Zeppelin, Taylor Swift y The Black Keys se han mostrado en contra del uso de servicios de distribución al no publicar sus álbumes en Spotify porque, según su opinión, esto es lo que ha provocado el decline en ventas. Japón, el segundo mercado musical más grande del mundo, ha sido uno de los principales territorios afectados, donde se han visto pérdidas millonarias de hasta ¥40 millardos (aproximadamente US$365 millones).