Con gusto analizaré los puntos comentados por Εράιδα en la sección anterior.
Creo que es justo comenzar por manifestar mi posición intelectual. En ningún lugar del artículo se asumió como cierta la identidad de los presuntamente «distintos Juanes», salvo en el caso de las obras de arte (lo cual explicité en el artículo), en razón de que los artistas (mayormente pertenecientes al Medioevo) así lo consignaron. De hecho, la elección como portada del cuadro «San Juan el Evangelista» del Greco no fue mía, sino que preexiste a mi intervención, lo que pone de manifiesto el mismo punto.
También marqué en muchos pasajes que hoy parece razonable pensar en una influencia (que varía según la tendencia de cada estudioso, desde grande en algunos hasta pequeña en otros) de Juan el Apóstol en los escritos joánicos, más que en una identificación plena y absoluta entre Juan el Apóstol y el escribiente que aplicó el cálamo al papiro para escribir los materiales joánicos. Por otra parte, no existe una razón indiscutida para asumir que Juan el Apostol, Juan el Evangelista, Juan de Patmos o «el Apokaleta», Juan el Presbítero, Juan el Teólogo, etc., sean todos la misma persona. Ya a mediados del siglo pasado, el secretario de la Pontificia Comisión Bíblica emitió una nota en la que especificaba que esta cuestión no está mediata ni inmediatamente ligada con verdades de fe o moral, y que el investigador de Sagradas Escrituras puede continuar con sus investigaciones científicas con total libertad y aceptar los resultados de las mismas [ver A. Miller (1955) Benediktinische Monatsschrift 31: 49-50].
Si, en algún párrafo, el artículo da la impresión de una tendencia de mi parte, será cuestión de expresarlo de forma diferente, porque es una falsa impresión. Y aseguro que he cuidado largamente cada aseveración incluida. Puede ser que falten datos o argumentos (es muy complejo resumir en solo un par de centenares de Mb lo que para otros tomó libros enteros), pero no hay intención alguna de falsear la realidad de las investigaciones realizadas.
Analicemos entonces los tres puntos específicos señalados por Εράιδα:
(1) Comenta que no hay datos objetivos para "asumir que Juan, el tercer pilar de la Iglesia mencionado en la Epístola a los Gálatas, es Juan el Apóstol".
Sin embargo, no hay ningún indicio cierto de que Pablo (cuya autoría de Gálatas hoy es amplísimamente aceptada) se refiera a otra persona, o que haga «distinción de Juanes». Joseph A. Fitzmyer, en el Comentario Bíblico San Jerónimo, editado por Raymond E. Brown y colaboradores (de quien no se puede sospechar que tenga una posición sesgada, siendo que sostiene que Juan el Apóstol no es el autor del Evangelio ni es el discípulo amado), escribe comentando Gálatas 2:6-9, versículo por versículo (lo reproduzco todo, para que no parezca que omito algo por razones personales):
v.6. los hombres principales:Se trata, sin duda alguna, de Santiago, Cefas y Juan (2,9). qué clase de gente eran: Esta afirmación incidental significa, al parecer, que Pablo no se intimidó ante el prestigio que ellos tenían por haber sido testigos oculares de la misión de Jesús. Esta experiencia y prestigio no podían pesar más que la verdad del evangelio que Dios ha dado a los hombres. no me añadieron nada: Su mensaje era auténtico en lo esencial, a pesar de las acusaciones de los judaizantes. v.7. se me había confiado evangelizar a los incircuncisos, así como a Pedro a los circuncisos: De este modo se había reconocido que Pablo era igual a Pedro, y se dividieron entre ellos el campo de trabajo misionero (cf. 15,4.12; Rom 15,17-19). Esta división de trabajo debe entenderse más en sentido geográfico que étnico, ya que Pablo empezaba con frecuencia la evangelización de una región por los judíos (Act 17,lss; 18,4; Rom 2,10-11). v.9. Santiago, Cefas y ]uan: Se otorga precedencia a Santiago, «obispo» de Jerusalén (1,9), sobre Pedro y Juan, el hijo de Zebedeo. Este orden indica que incluso la cabeza de la Iglesia de Jerusalén estaba de acuerdo con el evangelio y la misión de Pablo. ¿Se les denomina «pilares» (styloi) porque gobernaban conjuntamente la Iglesia madre de Jerusalén? (Cf. C. K. Barrett en Studia Paulina [Hom. J. de Zwaan; Harlem, 1953], 1-19).
Comentario Bíblico San Jerónimo, Vol. 3, pp. 606
Culpepper, quien también asume que Juan el Apóstol no sería el autor del Evangelio, comenta, sin realizar especificación de biblista alguno en contrario, que Juan en Gálatas, es Juan el Apóstol. (Culpepper, John, the son of Zebedee: the life of a legend, páginas 48-49). Más aún, Alan Culpepper llega a decir que Gálatas 2,9 suministra «evidencia irrecusable» (unimpeachable evidence) del papel de Juan, el hijo de Zebedeo en el liderazgo de la Iglesia temprana en Jerusalén (página 49). Yo no incluí esta expresión en el artículo, porque no encontré expresiones en contrario hasta el momento, y no quise enfatizar tanto el punto, pero si se prefiere lo hago.
En resumen, no tengo problema alguno en agregar una referencia que señale, con razones exegéticas, que Juan en Gálatas podría no ser Juan el Apóstol. Para eso recurro a solicitar la generosa colaboración de todos, pidiendo se sugiera una referencia suficientemente autorizada que sea satisfactoria, es decir, que señale argumentos moderadamente convincentes de que la cita paulina de Gálatas podría no referirse al hijo de Zebedeo. Así la incluimos de conformidad.
(2) "Afirmar que Eusebio de Cesarea inicia la polémica de los dos juanes es falso porque él se limita a transcribir lo dicho por Papías dos siglos antes".
Creo que aquí puede estar suscitándose un malentendido.
Que Eusebio dice basarse en la autoridad de Papías, es cierto, y ya está indicado en el artículo, cuando se dice: «Eusebio informó sobre una obra en cinco volúmenes del obispo Papías de Hierápolis (fallecido hacia el año 120). Allí, Papías habría mencionado que él no llegó a conocer a los Apóstoles, pero que recibió la doctrina de aquellos que habían estado próximos a los Apóstoles. También se refirió a personas que habían sido «discípulos del Señor», citando los nombres de Aristión y de un tal «presbítero Juan». Se hacía, pues, la distinción entre el «apóstol y evangelista Juan», por un lado, y el «presbítero Juan» por otro. Mientras que no conoció al primero personalmente, tuvo algún encuentro con el segundo.»
Pero es Eusebio quien hace notar que Papías realiza la distinción entre dos personas diferentes que llevan el mismo nombre «Juan»: el apóstol y el presbítero. Escribe Eusebio: «Se ha de notar que en estas palabras incluye (Papías) dos veces el nombre de Juan. La primera vez con Pedro, Santiago, Mateo y los demás apóstoles... Pero luego, estableciendo una distinción de lenguaje, coloca a otro Juan entre aquellos que están fuera del número de los apóstoles, anteponiendo a un tal Aristión, al cual llama expresamente ‘presbítero’. De modo que por estos dichos se comprueba la verdad de la historia de los que dicen que en Asia hubo dos personas que llevaron el mismo nombre de Juan, que en Éfeso hay dos sepulcros, y que todavía hoy se dice que ambos son de Juan [...]» (ver completo en Hist. Eccl. III, 39, 4-7).
Ahora bien, que sea cierto que Papías lo escribió antes que Eusebio, no lo sabemos de forma directa, porque no se conservan los escritos de Papías, aunque podemos «pensar» que es cierto. Por ejemplo, el teólogo alemán Alfred Wikenhauser señala: «El nudo del problema radica en saber si el historiador eclesiástico (= Eusebio) lo entendió correctamente o no, o, en otros términos, si es verdad o no que Papías tiene noticia de la existencia en Asia Menor de dos personajes de nombre Juan» (Wikenhauser (1978), páginas 18-19). Wikenhauser, lo mismo que Lagrange y Bardy, opinan que Papías conocía a dos hombres con el nombre de Juan, pero que Eusebio se equivocó al afirmar que Papías conoció personalmente e interrogó a los dos discípulos del Señor, Aristión y Juan. De hecho, Papías habría dicho con toda claridad en el mismo pasaje de su obra que las enseñanzas de uno y del otro le llegaron a través de otras personas.
En resumen: he retirado la afirmación de que Eusebio inició la teoría de «los dos Juanes» Hecho, pero no se puede afirmar que la haya iniciado Papías. El Prof. Leal (en su libro de BAC, página 280-281), al hacer su análisis del Evangelio de Juan, dice que fue Eusebio quien «soltó la especie de los dos Juanes», probablemente en razón de que fue Eusebio el primer testimonio escrito que se conserva. Lamentablemente, no podemos asegurar que Eusebio se haya limitado a transcribir lo dicho por Papías dos siglos antes. Personalmente pienso que hay razón fundada para pensar que es así (porque confío en la credibilidad de Eusebio como testigo), pero no lo «sabemos».
Por otra parte, Eusebio también decía que Juan el Apóstol era el Evangelista. Cualquiera que sea partidario de esa posición argumentaría que es razonable ser igualmente reticente (o condescendiente, como se prefiera) con todas las afirmaciones de Eusebio: su afirmación, posiblemente basada en Papías, de que «había dos Juanes», y su afirmación de que Juan el Apóstol era el Evangelista. Esta último posiblemente complique aún más la cuestión...
(3) "La utilización de las citas de Ireneo sin tener en cuenta que se refieren al discípulo amado."
En el artículo, Ireneo de Lyon está citado en forma literal, para que el lector vea exactamente lo que dice. Para que se entienda mejor, he agregado ahora la frase de Ireneo: «Algunos de ellos no solamente vieron a Juan, sino también a otros apóstoles.» Hecho Los textos en el artículo dicen:
De forma muy directa, Ireneo de Lyon (ca. 130 - ca. 202) escribió sobre Juan el Apóstol en varias oportunidades, haciendo referencia a su permanencia en Éfeso hasta los tiempos del emperador Trajano:
«[...]y después
Juan, el discípulo del Señor que se recostó sobre su pecho, publicó también el Evangelio cuando habitaba en Éfeso[...]»
[1]
Ireneo de Lyon
«Todos los presbíteros que se han encontrado en Asia con
Juan, el discípulo del Señor, dan testimonio de que Juan ha transmitido esto, porque permaneció con ellos hasta los tiempos de
Trajano. Algunos de ellos no solamente vieron a Juan, sino también a otros apóstoles.»
[2]
Ireneo de Lyon
«La Iglesia de Efeso, fundada por Pablo, y en la que
Juan permaneció de forma estable hasta los tiempos de
Trajano, es un verdadero testigo de la tradición de los apóstoles.»
[3]
Ireneo de Lyon
Ireneo de Lyon, Adversus haereses III, 1, 1
Ireneo de Lyon, Adversus haereses II, 22, 5
Ireneo de Lyon, Adversus haereses III, 3, 4
De las tres citas usadas aquí, Ireneo sólo hace referencia implícita al discípulo amado en la primera, identificándolo con Juan. En la segunda, Ireneo comenta «sino también a otros apóstoles», sugiriendo así que Juan era uno de ellos. Así comenzó a tomar cuerpo la idea de que el discípulo amado, el autor del Evangelio y Juan el Apóstol eran la misma persona.
Que Ireneo considera que Juan el Apóstol es el discípulo amado está comentado bajo el título "Juan el Apóstol y la figura del «Discípulo Amado» por el Señor", diciendo: «Sin embargo, desde que Ireneo de Lyon a fines del siglo II señaló: «[...] y después Juan, el discípulo del Señor que se recostó sobre su pecho, editó el Evangelio cuando habitaba en Éfeso[...]», los cristianos comenzaron a llamar a Juan el Apóstol con el epíteto de «Episthetios» (de epì tò stêthos), que significa «sobre el pecho (de Jesús)», con las referencias respectivas adicionadas.
En otras ocasiones, Ireneo hace referencia a «Juan, el discípulo del Señor» (unas 20 veces), no a «Juan, el discípulo amado por el Señor». Es claro que, para aquellos que sostienen que Juan el Apóstol no es el Evangelista, las referencias de Ireneo constituyen uno de los principales obstáculos a sus teorías, de lo cual dan fe Culpepper, Brown, Barrett, Rivas, etc. y es usado por Carson, Blomberg, Köstenberger, etc. Que se acepte el testimonio de Ireneo o que se de preeminencia a otras opiniones depende del especialista en cuestión, pero ningún exégeta serio ha puesto en duda que Ireneo llamaba con el término de "discípulo" a Juan el Apóstol.
Bibliografía
En este artículo, las referencias constituyen estrictamente la bibliografía. Todos los párrafos (con excepción de unas pocas oraciones referidas a algunas obras de arte) están referenciados. Si Εράιδα prefiere, puedo armar otro párrafo repitiendo las principales referencias, aún a riesgo de reiterar. Pero comienzo por comentar lo siquiente.
El artículo tiene por referencias dos tipos principales de fuentes:
• Fuentes primarias: escritos neotestamentarios (a menudo mostrados in extenso en el mismo artículo para una lectura más ágil) y fuentes patrísticas en cantidad.
• Fuentes secundarias, que constan principalmente de libros, artículos de libros y publicaciones en revistas científicas de circulación periódica. Entre ellos se destacan
- Las distintas obras de Raymond E. Brown (en el marco de la construcción del artículo de Juan, también se inició en Wikipedia un artículo sobre Brown, para que el lector supiera quién es él). Se considera que sus contribuciones sobre el Evangelio de Juan son camino obligado de cualquier estudio serio sobre el tema. Se trata de un autor riguroso y sobrio que sopesa la diversidad de fuentes y opiniones, si bien tuvo varias etapas de pensamiento que difieren entre sí.
- Alan Culpepper, quien presentó un libro muy interesante sobre Juan el hijo de Zebedeo: la vida de una leyenda (2000). El libro es muy completo, y evalúa más items de los abarcables en este artículo, particularmente sobre numerosos aspectos legendarios de Juan, que el artículo sólo menciona. Varios puntos del artículo se inspiraron en el libro.
- El libro del exégeta Rivas presenta contenidos y comentarios de diferentes fuentes, y en ciertos puntos toma posición.
- Para la hipótesis del martirio de Juan, el exégeta francés Marie-Émile Boismard aporta numerosos datos de interés. Además, se refleja en el artículo su postura desde la Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén para otros temas.
- Para la presunta actividad de Juan durante el mandato de Domiciano, se consultó a quien es uno de los autores contemporáneos más reconocidos sobre Domiciano: Brian W. Jones. Su postura fue contrapesada con la de autores cristianos y clásicos latinos, de pensamiento a menudo contrapuesto.
- Para la referencia al Apocalipsis, se eligió uno de los últimos libros de Ugo Vanni, especialista en el tema.
- El libro de Leal se usó para algunas interpretaciones que se podrían denominar "clásicas" de los Evangelios, es decir, sin estridencias.
- Para el aspecto simbólico, los diccionarios de símbolos y mitos (Pérez-Rioja; Chevalier y Gheerbrant) son ya clásicos de reconocida solidez.
- Entre la bibliografía más nueva, además del libro de Ugo Vanni (2010), se puede mencionar las obras de Piñero et al. (2011, 2004), Köstenberger (2009, 2004 y 2002), Blomberg (2008 y 2001), Kysar (2005) como postura escéptica y Trebilco (2004), entre otros.
Esperando haber respondido las inquietudes, envío saludos. Gabriel (discusión) 04:18 15 may 2011 (UTC)
- Gracias por tu extensa respuesta. Lo primero es que construyas la sección de bibliografía utilizada. Lo siguiente es tener clara la metodología de trabajo. Tomemos el caso de gálatas e intentemos darle solución. No importa que uno, dos o cien eruditos piensen que el Juan mencionado en gálatas es el apóstol. Importan sólo los argumentos que ofrezcan para sustentar dicha posición. ¿se puede ofrecer al lector algún argumento a favor? ¿y en contra? En ese sentido, hasta donde yo sé, no hay argumentos ni a favor ni en contra y, en consecuencia, no se puede afirmar categóricamente que sea así, como haces: Pablo de Tarso lo mencionó en su epístola a los Gálatas como «uno de los pilares» de la Iglesia primitiva. Se podría decir, si acaso: algunos autores creen que Pablo de Tarso lo mencionó en su epístola a los Gálatas como «uno de los pilares» de la Iglesia primitiva. Por otra parte, cuestiono el hecho de que mezcles en una sección las menciones de gálatas y los Hechos de los Apóstoles. Creo que tienen que estar en secciones diferentes ya que son libros diferentes. Un saludo. Εράιδα (Discusión) 08:58 15 may 2011 (UTC)
- Gracias por tu colaboración.
- Construcción de sección de bibliografía utilizada: Hecho
- Separación en distintas secciones de: 1) los Hechos de los Apóstoles en que aparece Juan el Apóstol, y 2) la mención de Juan en la epístola a los Gálatas: Hecho
- Comprendí que te referías a la mención de Gálatas en la Introducción. Ya hice los cambios, pero por interés personal seguí buscando y encontré que los autores asumen que «Juan» en Gálatas es Juan el Apóstol, argumentando los puntos siguientes:
- 1) El nombre coincide con el del apóstol.
- 2) Pablo de Tarso lo nombra a continuación de Cefas (Simón Pedro), vinculado a él de igual forma que aparece en el Evangelio de Lucas, en Hechos 4 y en Hechos 8.
- 3) «Juan», en Gálatas, debe ser un referente indiscutido, requisito necesario para ser catalogado por Pablo como pilar de la Iglesia, para ser interpretado por los gálatas como tal, y para justificar su participación en calidad de dirigente en el Concilio de Jerusalén.
- Juan el Apóstol es el único conocido en los Evangelios Sinópticos y en Hechos que reune las tres condiciones.
- Si te parece, lo incluyo. Saludos. Gabriel (discusión) 22:35 15 may 2011 (UTC)
- Sigo con una cuestión de método. Dentro de la bibliografía que listas la hay de dos grandes tipos: artículos y libros. Lo digo de otra forma, publicaciones científicas y no tan científicas. El matiz es importante porque en sus libros los eruditos se permiten afirmaciones que no incluirían en un artículo. Quiero decir que no sólo hay que mirar quién lo dice sino también dónde lo dice. Es fundamental, tanto como diferenciar entre opinión y argumento.Εράιδα (Discusión) 20:20 18 may 2011 (UTC)
┌─────────────────────────────┘
- En el primer mensaje indicaste que elaborara «un apartado con la bibliografía utilizada», es decir, un apartado con la relación o catálogo de libros o escritos referentes a esta materia, con lo cual concuerdo.
- Comprendo (o imagino comprender) tu intención al realizar tu nuevo comentario, con el que concuerdo en general. Pero lo general a menudo no aplica en particular. Hay publicaciones científicas en revistas de circulación periódica con referato, aún en revistas consideradas prestigiosas, que eventualmente pueden no haber sido sometidas a un arbitraje severo. El «escándalo Sokal» está en posición de enseñar mucho sobre imposturas intelectuales, sobre los prejuicios ideológicos que pueden tener los editores, y sobre la calidad de la llamada revisión por pares, que no deja de ser profundamente humana, cargando consigo muchas de las virtudes y las lacras que caracterizan a los mortales. Hay otros casos en similar sentido (por ejemplo, ver el «escándalo Bogdanov»).
- No hay un índicador perfecto de la calidad de los artículos. Con sus defectos y limitaciones, hoy es muy usado el «índice de citación», como también el «factor de impacto» de la revista en cuestión. Hay artículos en revistas de circulación periódica que, después de publicados, no son considerados (=citados) por casi nadie. Y también hay libros que son muy rigurosos. Para dar tres ejemplos en el área que nos ocupa:
- El libro El evangelio según Juan (The Gospel According to John) de Raymond E. Brown tiene en su versión original inglesa más de 500 citaciones considerando la suma de las distintas ediciones en idioma inglés (ver aquí) lo cual, para un área como la que nos ocupa, es ciertamente un índice elevado...
- Las diferentes ediciones y versiones del libro The Gospel according to St. John de C.K. Barrett, sumadas, alcanzan aproximadamente 450 citaciones (ver aquí). Mientras que muchos de los artículos citados no superan las 10 o 15 citaciones.
- El libro The Gospel according to John, de Carson, por cierto más reciente, tiene ya 215 citaciones. (ver aquí).
- Muchas publicaciones periódicas citan más los libros que los artículos. Para ejemplificar con un artículo al que se tiene acceso libre (ver aquí): se trata de un artículo completo (no de una simple opinión o de una carta al editor) publicado en el Journal for the Study of the New Testament: revisa las posturas presentadas en un libro de Bauckham (Jesus and the Eyewitnesses) y se presenta como referencias del artículo 2 citas a artículos en revistas y 10 citas a libros. Muchas posturas se explicitan mejor en libros.
- Conclusión: por ahora, he separado la bibliografía usada en «Artículos de revistas de circulación periódica», y «Libros y capítulos de libros». He suprimido alguna referencia no relacionada tan directamente con Juan o con el Evangelio de Juan, y agregado alguna otra que me parece relevante. Si existe una objeción concreta en el futuro sobre alguna referencia, con gusto la consideraré y la responderé de forma concreta. Gabriel (discusión) 02:21 21 jun 2011 (UTC)