En muchos casos, las fracturas en estructuras de ingeniería pueden ser fatales; un ejemplo es el del desastre del puente Tay Rail (a la derecha). En ocasiones estos desastres de ingeniería son originados por grietas, ya sean surgidas durante la producción o durante el tiempo de servicio (por ejemplo fatiga). Un ejemplo sería el caso de creciemiento de grietas en tanques a presión debido al efecto de propagación de grietas puede causar una explosión fatal. Si la fractura es inevitable, es preferible que sea por colapso o por fuga antes que por rotura, ya que esta causa suele ser imprevisible y más destructiva.
Por tanto se puede decir que las grietas alteran la resistencia de la estructura al generar tensiones distintas a las previamente diseñadas por lo que se vuelve necesario describir los procesos de fractura y evaluar la resistencia de las estructuras fracturadas.
El desastre de una estructura no se da únicamente por las grietas que tenga, sino por la combinación ellas con las propiedades del material y las condiciones servicio, lo que incluye las cargas y el medio en que se encuentra (temperatura, agresividad por elementos corrosivos, etc.)
No siempre es preferible el colapso con deformación plástica sin rotura que la rotura misma, pues se identifica un material como el más adecuado si es aquel que, dentro de los materiales posibles que cumple los requerimientos necesarios, es el más rentable económicamente. En numerosas aplicaciones no se requiere que un material tenga deformación plástica antes de la fractura, por ello hay muchos materiales frágiles que se utilizan, entre ellos, muchos materiales cerámicos y plásticos termoestables.