Flagelación del Helesponto
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La flagelación del Helesponto o fustigación del Helesponto es un evento sucedido en el ámbito de las Guerras médicas, durante la segunda expedición de Jerjes I de Persia contra Grecia.
Llenó de enojo esta noticia el ánimo de Jerjes, quien irritado mandó dar al Helesponto trescientos azotes de buena mano, y arrojar al fondo de él, al mismo tiempo, un par de grillos. Aún tengo oído más sobre ello, que envió allá unos verdugos para que marcasen al Helesponto. Lo cierto es que ordenó que al tiempo de azotarle le cargasen de baldones y oprobios bárbaros e impíos, diciéndole: —«Agua amarga, este castigo te da el Señor porque te has atrevido contra él, sin haber antes recibido de su parte la menor injuria. Entiéndelo bien, y brama por ello; que el rey Jerjes, quieras o no quieras, pasará ahora sobre ti. Con razón veo que nadie te hace sacrificios, pues eres un río pérfido y salado».
«[...] los dioses y los héroes [...] no han podido ver que un hombre solo, impío por demás y desalmado, viniese a ser señor del Asia y de Europa. Hablo de ese sacrílego, que todo, sagrado y profano, lo llevaba por igual; de ese ateo que quemaba y echaba por el suelo las estatuas de los dioses; de ese insensato que al mar mismo mandó azotar y le arrojó unos grillos».Discurso de Temístocles a los atenienses, en Heródoto. Historias, VIII, 109
Se trató de una flagelación que el rey persa infligió a una parte del mar de los Dardanelos, reo —según él— de haber cometido una injusticia y ofensa personal. Esta injusticia habría sido la destrucción del puente de barcas que Jerjes había realizado en el estrecho con el fin de permitir el tránsito de su ejército.