Influencia del narcotráfico en el fútbol colombiano
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Desde la década de 1970 el narcotráfico en Colombia ha influido en el fútbol profesional colombiano,[1] a través de las inversiones, en todos los niveles del balompié, de los narcotraficantes colombianos con sus oscuras y abultadas fortunas.[2]
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El narco Pablo Escobar, jefe del cartel de Medellín - La agencia estadounidense anti-drogas, DEA y su guerra contra las drogas - El equipo de fútbol de Colombia en la Copa Mundial de Fútbol de 1990 - Carlos Valderrama (COL) con Diego Maradona (ARG). |
El impacto del narcotráfico incluso ha paralizado parcialmente al fútbol colombiano: en 1989 el asesinato de un árbitro por parte de los narcos suspendió completamente el torneo de liga profesional en el país, dejando desierto el título de campeón por primera vez en su historia futbolística.[3] A este asesinato se sumaron hechos como el secuestro por 20 horas el 2 de noviembre de 1988 del árbitro Armando Pérez Hoyos, quien fue amenazado de muerte por un grupo de hombres que se hicieron llamar "representantes de seis clubes profesionales: Atlético Nacional, Júnior, Quindío, Cúcuta Deportivo, Deportivo Pereira y Millonarios".[4][5]