Oración, meditación y contemplación en el cristianismo
tres etapas de la oración cristiana / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La oración ha sido una parte esencial del cristianismo desde sus primeros días. La oración es un elemento integral de la fe cristiana e impregna todas las formas de culto cristiano.[1][2] La oración en el cristianismo es la tradición de comunicarse con Dios, ya sea en la plenitud de Dios o como una de las personas de la Trinidad.[1]
En la Iglesia primitiva el culto era inseparable de la doctrina, como se refleja en la afirmación: lex orandi, lex credendi, es decir, la ley de la creencia es la ley de la oración.[3] El Padre Nuestro era un elemento esencial de las reuniones de los primeros cristianos, y con el tiempo surgieron diversas oraciones cristianas.[4][5]
Ya en el siglo II, los cristianos indicaban la dirección de la oración hacia el este colocando una cruz cristiana en la pared oriental de su casa o iglesia, postrándose ante ella mientras rezaban a siete horas fijas de oración.[6][7][8]
Las oraciones cristianas son diversas y pueden variar entre las distintas denominaciones cristianas. Pueden ser oraciones públicas (por ejemplo, como parte de la liturgia) o privadas de un individuo (por ejemplo, rezando las siete horas canónicas con un breviario).[1] Las oraciones pueden realizarse como adoración, confesión, acción de gracias y súplica (abreviadas como ACTS).[9][2][10]
Una amplia caracterización jerárquica de la oración en tres etapas comienza con la oración vocal, luego pasa a una forma más estructurada en términos de meditación cristiana, y finalmente llega a las múltiples capas de la oración contemplativa.[11][12] La oración contemplativa sigue a la meditación cristiana y es la forma más elevada de oración que pretende alcanzar una estrecha unión espiritual con Dios. Tanto las enseñanzas cristianas orientales como occidentales han enfatizado el uso de oraciones meditativas como elemento para aumentar el conocimiento de Cristo.[13][14][15][16]