Redemptoris Missio (en español: Misión redentora) es una encíclica, subtitulada sobre la permanente validez del mandato misionero, publicada por Juan Pablo II el 7 de diciembre de 1990. Trata la urgencia de la actividad misionera en estos tiempos.
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La encíclica está dividida en ocho capítulos, precedidos de la bendición y la introducción. La encíclica termina con la conclusión.
- Bendición: "Venerables Hermanos y amadísimos Hijos: ¡Salud y Bendición Apostólica!"
- Introducción
- Capítulo I: Jesucristo, único Salvador
- Nadie va al Padre sino por mí (Jn 14, 6).
- La fe en Cristo es una propuesta a la libertad del hombre.
- La Iglesia, signo e instrumento de salvación.
- La salvación es ofrecida a todos los hombres.
- Nosotros no podemos menos de hablar (Hch 4, 20).
- Capítulo II: El Reino de Dios
- Cristo hace presente el Reino
- Características y exigencias del Reino
- En el Resucitado, llega a su cumplimiento y es proclamado el Reino de Dios
- El Reino con relación a Cristo y a la Iglesia
- La Iglesia al servicio del Reino
- Capítulo III: El Espíritu Santo, protagonista de la misión
- El envío "hasta los confines de la Tierra" (Hch 1,8)
- El Espíritu guía la misión
- El Espíritu hace misionera a toda la Iglesia
- El Espíritu está presente operante en todo tiempo y lugar
- La actividad misionera está aún en sus comienzos
- Capítulo IV: Los inmensos horizontes de la misión Ad gentes
- Un marco religioso, complejo y en movimiento
- La misión "Ad gentes" conserva su valor
- A todos los pueblos, a pesar de las dificultades
- Ámbitos de la misión "Ad gentes"
- Ámbitos territoriales
- Mundos y fenómenos sociales nuevos
- Áreas culturales o areópagos modernos
- Fidelidad a Cristo y promoción de la libertad del hombre
- Dirigir la atención hacia el Sur y hacia el Oriente
- Capítulo V: Los caminos de la misión
- La primera forma de evangelización es el testimonio
- El primer anuncio de Cristo Salvador
- Conversión y bautismo
- Formación de Iglesias locales
- Las "comunidades eclesiales de base", fuerza evangelizadora
- Encarnar el Evangelio en las culturas de los pueblos
- El diálogo con los hermanos de otras religiones
- Promover el desarrollo, educando las conciencias
- La Caridad, fuente y criterio de la misión
- Capítulo VI: Responsables y agentes de la pastoral misionera
- Los primeros responsables de la actividad misionera
- Misioneros e Institutos "Ad gentes"
- Sacerdotes diocesanos para la misión universal
- Fecundidad misionera de la consagración
- Institutos de vida contemplativa
- Institutos de vida activa
- Todos los laicos son misioneros en virtud del bautismo
- La obra de los catequistas y la variedad de los ministerios
- Congregación para la Evangelización de los Pueblos y otras estructuras para la actividad misionera
- Capítulo VII: La cooperación en la actividad misionera
- Oración y sacrificios por los misioneros
- "Heme aquí, Señor, estoy dispuesto, envíame" (cf Is 6,8)
- "Mayor felicidad hay en dar que en recibir" (Hch 20,35)
- Nuevas formas de cooperación misionera
- Animación y formación del Pueblo de Dios
- La responsabilidad primaria de las Obras Misionales Pontificias
- No sólo dar a la misión, sino también recibir
- Dios prepara una nueva primavera del Evangelio
- Capítulo VIII: Espiritualidad misionera
- Dejarse guiar por el Espíritu
- Vivir el misterio de Cristo "enviado"
- Amar a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado
- El verdadero misionero es el santo