Rescate bancario español
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El Rescate bancario español hace referencia a las ayudas públicas y rescates financieros proporcionadas por la Unión Europea a Cajas de Ahorros de titularidad pública y también bancos (en especial Bankia y Catalunya Banc) desde el inicio de la crisis económica española de 2008.[1]
El FROB, redenominado Autoridad de Resolución Ejecutiva, actuó como fondo de rescate y en su informe de diciembre de 2019, contabilizando las ayudas del FROB, Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y la Sareb, señala que se han gestionado procesos de rescate de entidades del sistema bancario que representaban el 38,3% del total de depósitos cubiertos en las siguientes entidades con los importes en millones de euros: Bankia (22.424), Caixa Catalunya (Catalunya Banc) (12.599), Caja de Ahorros del Mediterráneo (12.474), NovaCaixaGalicia (9.404), Banco de Valencia (6.103), Caja Castilla-La Mancha (4.215), Sareb (2.192), Unnim (1997), BMN (1.645), Banco CEISS (1559), Cajasur (1.192), Banca Cívica (977), Caja3 (407), Banco Gallego (245) y Liberbank (124).[2]
Desde 2009, se inyectaron más de 64.000 millones de euros incluyendo el Fondo de Garantía de Depósitos.[3] De ese montante, 41.300 millones correspondieron a fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), desembolsados por la UE entre julio de 2012 y diciembre de 2013, y solicitados por el Gobierno español de entre una disponibilidad de 100.000 millones.[4] Según cálculos de 2020, 43.225 millones estarían perdidos — un 73% de las ayudas públicas aportadas. El balance publicado por el FROB el mismo año resume que el Estado habría invertido en el sector financiero 56.545 millones entre capital y productos híbridos, y 2.326 millones en garantías; solo recuperando 5.917 millones, un 10%.[2]