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Gran duque de Toscana (1824-1859) De Wikipedia, la enciclopedia libre
Leopoldo de Habsburgo-Lorena y Borbón-Dos Sicilias (en italiano Leopoldo d'Asburgo-Lorena; en alemán Leopold von Habsburg-Lothringen; Florencia, 3 de octubre de 1797 - Roma, 28 de enero de 1870), más conocido como Leopoldo II de Toscana de la casa Habsburgo-Lorena, gran duque de Toscana, archiduque de Austria, príncipe real de Hungría y Bohemia. Fue el último gran duque de Toscana de facto.
Leopoldo II | ||
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Gran duque de Toscana | ||
Información personal | ||
Nombre completo | Leopoldo Juan José Francisco Fernando Carlos | |
Otros títulos |
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Nacimiento |
3 de octubre de 1797 Florencia, Gran Ducado de Toscana | |
Fallecimiento |
28 de enero de 1870 (72 años) Roma, Estados Pontificios | |
Sepultura | Cripta Imperial de Viena | |
Familia | ||
Casa real | Austria-Toscana | |
Padre | Fernando III de Toscana | |
Madre | Luisa de Borbón-Dos Sicilias | |
Consorte | ||
Leopoldo II, hijo de Fernando III, gran duque de Toscana, y la princesa Luisa María Amelia Teresa de las Dos Sicilias, nació en Florencia el 3 de octubre de 1797. Sus abuelos por línea materna fueron Fernando I de las Dos Sicilias y María Carolina de Austria. Sucedió a su padre el 18 de junio de 1824 y abdicó en favor de su hijo Fernando el 21 de julio de 1859.
Durante sus primeros años de reinado se dedicó al desarrollo interno del estado. Fue el más suave y menos reaccionario de todos los déspotas italianos de la época, y aunque siempre fue sujeto a la influencia austriaca se negó a adoptar los métodos de gobierno de éstos, permitiendo en justa medida la libertad de prensa, y permitió a muchos exiliados políticos de otros estados residir en Toscana tranquilos.
A inicios de los años 1840 un sentimiento de malestar se diseminaba por Italia, incluso en Toscana se pedía una constitución y otras reformas políticas; en 1845 y 1846 se desataron disturbios en varias partes del país, y Leopoldo otorgó un número de reformas administrativas. Pero la influencia austríaca le impidió ir más allá aunque lo hubiese querido. La elección de Pío IX dio un nuevo impulso al movimiento liberal, y el 4 de septiembre de 1847 Leopoldo instituyó la (del italiano: Guardia Cívica ‘Guardia Cívica’), un primer paso hacia la constitución; poco después, el Marqués Cosimo Ridolfi fue nombrado primer ministro. La siguieron las constituciones Napolitana y Piamontesa (17 de febrero de 1848) dibujadas por Gino Capponi.
Las revoluciones en Milán y Viena exaltaron el patriotismo en Toscana exigiendo guerra contra Austria; Leopoldo, cediendo a la demanda popular, envió tropas regulares y voluntarios a apoyar en las campañas en el Piamonte y Lombardía. Su discurso de despedida fue incondicionalmente italiano y liberal. «Soldados, —dijo— la sagrada causa por la libertad italiana se decide hoy en los campos de Lombardía. Los ciudadanos de Milán ya compraron su libertad con su sangre y con heroísmo de aquéllos que la historia tiene pocos ejemplos... ¡Honor a las armas de Italia! !Larga vida a la independencia italiana!» El contingente toscano luchó valientemente en Curtatone y Montanara, pero fracasó.
El 26 de junio el primer parlamento toscano se formó, pero los disturbios debidos al fracaso en la campaña de Lombardía llevaron al ministro Ridolfi a renunciar, siendo sucedido por Gino Capponi. Los disturbios continuaron especialmente en Livorno, donde se pedía una guerra civil y el partido demócrata, liderado por Francesco Domenico Guerrazzi y Giuseppe Montanelli, se hacía cada día más influyente. Capponi renuncia y Leopoldo II a regañadientes aceptó un ministerio conjunto Montanelli-Guerrazzi, el cual tuvo que enfrentarse al partido republicano.
En otoño de 1848 se realizaron elecciones donde se votó en favor de una asamblea constituyente. Hubo conversaciones sobre la instauración de un reino italiano central con Leopoldo como rey, para así formar parte de una gran federación italiana, pero al mismo tiempo el Gran Duque, alertado por las agitaciones de los revolucionarios y republicanos en Toscana y animado por el éxito de las tropas austriacas negoció, de acuerdo a Montanelli, con Joseph Radetzky von Radetz y Pío IX, quien ya había abandonado su tendencia liberal, y huyó a Gaeta. Leopoldo dejó Florencia por Siena, y luego por Porto San Stefano, dejando una carta a Guerrazzi en la cual, considerando una protesta del Papa, declaró que él no podía apoyar la asamblea constituyente. Una gran confusión prevaleció en Florencia y otras partes de Toscana.
El 9 de febrero de 1849 se proclamó la república, principalmente como resultado de los exhortos de Mazzini, y el 18 Leopoldo navegó a Gaeta. Un tercer parlamento fue elegido y Guerrazzi designado dictador. Pero había gran descontento y la derrota de Carlos Alberto en Novara causó consternación entre los liberales. La mayoría, temiendo una invasión Austriaca, deseaba el regreso del gran duque quien nunca dejó de ser querido, y en abril de 1849 el consejo municipal anuló los poderes de la asamblea y lo invitó a regresar, «para salvarnos, restaurando una monarquía constitucional rodeada por instituciones populares, de la vergüenza y la ruina de la invasión extranjera.» Leopoldo aceptó, pero no dijo nada sobre la invasión extranjera y el 1 de mayo envió al Conde Luigi Serristori a Toscana con poder absoluto.
Al mismo tiempo, ante la sorpresa de Leopoldo, Austria ocupó Lucca y Livorno. Sorpresa simulada, ya que el general austriaco d'Aspre afirmó que su intervención se debió a la solicitud del Gran Duque. El 24 de mayo Baldasseroni fue nombrado primer ministro por el Gran Duque; al día siguiente los austríacos entraron en Florencia y el 28 de julio Leopoldo regresó. En abril de 1850 se acordó con Austria que 10 000 hombres se quedaran indefinidamente; en septiembre disolvió el parlamento. Al preguntar a Austria si debía mantener la constitución, se le recomendó preguntar al Papa, al rey de Nápoles y a los duques de Parma y Módena.
Con su aprobación, Leopoldo II revocó formalmente la constitución en 1852. Se realizaron juicios políticos y muchos, entre ellos Guerrazzi, fueron sentenciados a largos periodos de cárcel y, pese a que en 1855 las tropas austriacas abandonaron la Toscana, la popularidad de Leopoldo se había extinguido. Los liberales aún veían posible un gran duque constitucional quien podría ser convencido de aliarse por segunda vez con el Piamonte contra Austria, mientras que el partido popular, encabezado por Ferdinando Bartolommei y Giuseppe Dolfi, tenía claro que sólo expulsando a Leopoldo podrían lograr sus aspiraciones. En 1859, Francia y el Piamonte declararon la guerra a Austria, y el gobierno de Leopoldo no pudo prevenir que numerosos jóvenes voluntarios toscanos se unieran a las fuerzas Franco-Piamontesas. Finalmente, un acuerdo entre los aristócratas constitucionalistas y el partido popular exigió al gran duque hacerse parte en la guerra.
Leopoldo de primeras aceptó, y delegó en Don Neri Corsini formar un ministerio. Las demandas populares presentadas por Corsini pedían la abdicación de Leopoldo en favor de su hijo, una alianza con el Piamonte y la reorganización de la Toscana de acuerdo con una eventual y definitiva reorganización de Italia. Leopoldo dudó y finalmente rechazó las propuestas por ser «atentatorias a su dignidad». El 27 de abril de 1859 Florencia estaba exaltada y los colores de Italia se veían por todos lados, pero el orden se mantuvo, y el gran duque y su familia partieron a Bolonia sin ser molestados. La revolución se concretó sin derramar una sola gota de sangre y, tras un período de gobierno provisional, Toscana fue incorporada al Reino de Italia. El 21 de julio Leopoldo abdicó en favor de su hijo Fernando IV de Toscana, quien nunca rigió, pero elevó una protesta desde Dresde (26 de marzo de 1860). Pasó sus últimos años en Austria y murió en Roma.
Leopoldo de Toscana fue bien intencionado, agradable y más preocupado por sus súbditos que otros déspotas Italianos, pero era débil y muy atado a las tradiciones de los Habsburgo para llegar a ser un verdadero liberal. Aunque hubiese participado del cónclave de aristócratas en Gaeta y, por sobre todo, hubiese pedido ayuda a Austria pese a haberlo negado en 1849 podría haberse mantenido en el trono e incluso cambiado completamente el curso de la historia de Italia. Al mismo tiempo su gobierno, si no fue duro, fue al menos desmotivante y desmoralizante.
El 16 de noviembre de 1817, Leopoldo se casó con María Ana de Sajonia, hija de Maximiliano, príncipe de Sajonia, y Carolina de Borbón-Parma. Sus abuelos maternos fueron Fernando I de Borbón-Parma y la archiduquesa María Amelia de Habsburgo-Lorena. Con ella tuvo tres hijas:
María Ana murió el 24 de abril de 1832. El 7 de junio de 1833 Leopoldo contrajo segundas nupcias con María Antonieta de las Dos Sicilias, tercera hija de Francisco I de las Dos Sicilias y María Isabel de España, teniendo con ella diez hijos:
● 18 de junio de 1824-21 de julio de 1859: | Su alteza imperial y real el gran duque de Toscana, archiduque de Austria, príncipe real de Hungría y Bohemia [1] |
● 21 de julio de 1859-28 de enero de 1870: | Su alteza imperial y real Leopoldo II, gran duque de Toscana, archiduque de Austria, príncipe real de Hungría y Bohemia [1] |
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