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país de América del Sur De Wikipedia, la enciclopedia libre
Paraguay, oficialmente República del Paraguay[12] (en guaraní: Paraguái Tavakuairetã),[13] es un país americano sin litoral situado en la zona central de América del Sur.[2] Está organizado como un Estado unitario,[14] cuyo territorio se compone de un distrito capital y diecisiete departamentos.[15] Su capital y ciudad más poblada es Asunción.[16] La forma de gobierno de Paraguay es la república que se rige por el sistema presidencial[15] y además se organiza como un Estado de derecho. Es miembro fundador del Mercosur junto con Argentina, Brasil y Uruguay.
Con una superficie de 406 752 km², es el quinto país menos extenso de América del Sur. Según el Censo paraguayo de 2022, cuenta con más de 6.100.000 habitantes, de los cuales el 40% de la población vive en Gran Asunción. Limita con Argentina al sureste, sur, suroeste y oeste; con Bolivia al norte y noroeste; y con Brasil al este y noreste. Su territorio está caracterizado por dos regiones diferentes separadas por el río Paraguay, la Oriental, que es la más poblada, y la Occidental, que forma parte del Chaco Boreal. Si bien es un estado sin litoral marítimo,[17] dispone de costas,[18] playas[19] y puertos sobre los ríos Paraná y Paraguay, que le dan salida al océano Atlántico a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay.[20]
La Constitución paraguaya lo declara como un país pluricultural y bilingüe, estableciéndose como idiomas oficiales el castellano y guaraní.[21][22] Paraguay posee una tasa de alfabetismo de las personas mayores de 15 años del 96%[23], y una esperanza de vida de 78,1 años según la CIA World Factbook.[24] Se ubica en el puesto 102 a nivel global en el índice de desarrollo humano, con 0,731 puntos en 2022, siendo su IDH alto. Por su parte, la estructura de la economía paraguaya se compone del 11,4 % en el sector agroganadero, 33,5 % en el sector industrial, 47,5 % en el sector servicios y 7,6 % en las tasas.[25]
La presencia humana se remonta hacia el Neolítico, que data de unos 3200 años antes de Cristo.[26] Durante el período prehispánico estuvo habitado por pueblos indígenas de los grupos tupí-guaraní y mataco-guaicurú. La llegada de los españoles marcó el inicio del dominio hispánico de este territorio, hasta el siglo XIX, cuando en la madrugada del 14 y 15 de mayo de 1811 Paraguay consiguió su independencia. La historia de la incipiente nación estuvo marcada por una economía que se acrecentó en sus inicios, hasta el advenimiento de dos grandes guerras internacionales que asolaron el país. Las sucesivas pugnas políticas por el poder, junto con dos guerras civiles, culminaron en una férrea dictadura que fue finalmente derrocada y desde allí, se estableció el periodo democrático que sigue vigente hasta la actualidad.
El nombre original proviene del topónimo guaraní paraguay, considerando que la letra «Y» en guaraní representa el sonido [ɨ] (una vocal gutural de tipo cerrada central no redondeada) en el Alfabeto Fonético Internacional y, por lo tanto, no posee la misma pronunciación en castellano.[27] No se ha llegado a una conclusión definitiva sobre el origen del nombre Paraguay. Las interpretaciones más comunes a lo largo de la historia nacional sugieren:
En el guaraní, el topónimo Paraguay hace referencia a la zona de emplazamiento de la ciudad de Asunción, mientras que Paraguái es la denominación del territorio nacional.
El territorio de Paraguay Oriental, conformado por el área ubicada entre el río Paraná al sudeste y el río Paraguay al noroeste, era habitado por diversas etnias indoamericanas que se encontraban en estado de guerra entre ellas. Aún no se sabe si los lágidos fueron los primeros en ocupar el territorio o si fueron precedidos por los pámpidos (agaces, payaguás, etc).
Lo documentado es que hacia el siglo XV los amazónicos avás conocidos comúnmente como guaraníes lograron avanzar desde el norte y el este gracias a su superioridad numérica y a la posesión de una cultura material más desarrollada, ya que practicaban la horticultura de mandioca, maíz y maní. La práctica de una agricultura de roza les permitía excedentes como para mantener a una población en continuo aumento demográfico que requería de nuevos territorios.
Merced a su organización económica básica y a su demografía, los guaraníes llegaron a organizarse cuasiestatalmente, con jefes llamados mburuvichás o tuvichás. Se llega a hablar de una civilización precolombina en lo que hoy es Paraguay Oriental. En efecto, se han encontrado grafismos en diversas zonas de Paraguay, en lo que hoy son ciudades, tales como Tacuatí y Paraguarí entre otras; aunque no se puede precisar con exactitud las etnias que los realizaron.
Lo que ahora es Paraguay Oriental consistía en numerosas tribus amerindias seminómadas hablantes principalmente del idioma avañe'e o guaraní,[28] que eran reconocidas por sus fieras tradiciones guerreras. Practicaban una religión politeísta mítica, que más tarde se mezcló con el cristianismo, en un primer momento los españoles y otros europeos fueron llamados karaý o caraí, palabra que antiguamente en guaraní aludía a alguien al cual se suponía dotado de poderes sobrenaturales; luego la palabra Karai-Guasu se resignificó como sinónimo de gran señor.
La historia documentada de Paraguay comenzó indirectamente en 1516 con la fallida expedición de Juan Díaz de Solís al Río de la Plata.[29] Después de la muerte de Solís, la expedición navegó de vuelta a España, pero uno de los buques naufragó cerca de la costa brasileña. Entre los sobrevivientes estaba Alejo García, un aventurero portugués naturalizado español que lideró antes de 1533 a un contingente de 2000 guerreros guaraníes que llegó a las fronteras del Imperio incaico.[29] La comitiva de García consiguió hacerse con una considerable cantidad de plata, pero finalmente sus aliados indígenas lo asesinaron junto a los otros europeos.[29] Sin embargo, las noticias de la incursión en territorio inca atrajeron a otros exploradores como Sebastián Caboto quien llegó al río Paraguay dos años después.
En 1536 se produce el arribo de Pedro de Mendoza, el primer adelantado del Río de la Plata, que luego de cumplir con sus objetivos fijados en la capitulación firmada con la corona en 1534, se ve obligado a retornar a España por la enfermedad que lo aquejaba. Antes de partir, había dejado partir a Juan de Ayolas con la orden de buscar un camino hacia el Alto Perú. Debido a la demora de Ayolas, Juan de Salazar zarpa en su búsqueda que sería infructuosa y en 1537 funda Asunción.
Después de un interregno, Domingo Martínez de Irala se impone y ocupa el lugar dejado por Mendoza. Llega a Asunción y casi inmediatamente debe hacer frente a un intento de sublevación de los carios en 1539, que es descubierta y derrotada. En 1541 arriba el remanente de la población de Buenos Aires a Asunción y esta adquiere el rango de ciudad. Sin embargo, un gran incendio por poco destruye toda la ciudad en 1543.
La monarquía española nombró gobernador de Paraguay a Álvar Núñez Cabeza de Vaca (1542), pero su poder fue usurpado por Domingo Martínez de Irala, quien lo encarceló y deportó a España en 1545.[30] Poco antes de la muerte de Irala en 1556, se implanta el sistema de la encomienda indígena.
Entre 1550 y 1590, Asunción fue el centro de la colonización española en el Río de la Plata, partiendo desde esta ciudad varias expediciones fundadoras, tales como la Villa de Ontiveros (1554), Ciudad Real (1557), Nueva Asunción (1559), Santa Cruz de la Sierra (1561), Villa Rica (1570), Santa Fe (1573), la refundación de Buenos Aires (1580), Concepción de Buena Esperanza (1585), Corrientes (1588) y Santiago de Jerez (1593).
Hernando Arias de Saavedra fue elegido gobernador interino en 1592, siendo el primer criollo en llegar a tan alto cargo. En 1598, el virrey del Perú lo nombró gobernador titular. Su política interior estuvo dirigida a la defensa del indígena en situación de encomienda y la exploración del territorio.
En 1607, Hernandarias quiso remediar la situación de aislamiento, distancia y amenaza en que se encontraban las ciudades del Guayrá, Santiago de Jerez, Villa Rica y Ciudad Real, que estaban apartadas de las corrientes comerciales e incomunicadas, para lo cual solicitó al rey la división de dichas provincias con un gobernador para cada una de ellas. El rey solicitó informe al virrey del Perú, marqués de Montesclaros, quien juzgó conveniente la creación de una nueva gobernación agregando a las tres ciudades del Guayrá a la de Asunción, cada gobernación contaría con cuatro ciudades.
La división se efectuó en 1617, resultando de este modo la Gobernación del Río de la Plata, con Buenos Aires como capital, así como Santa Fe, Concepción de Buena Esperanza y Corrientes; mientras la Gobernación del Paraguay tendría Asunción como capital, más las ciudades de Villa Rica, Santiago de Jerez y Ciudad Real.
En 1628 se producen las incursiones bandeirantes en la zona de la nueva gobernación, siendo afectadas varias reducciones y villas del Guayrá y el Itatín, cuyas zonas fueron despoblándose gradualmente desde 1632. No obstante, los bandeirantes sufren un revés a manos de los guaraníes de las misiones jesuíticas en la batalla de Mbororé (1641). Aun así, los bandeirantes prosiguen con varios episodios de ataques, siendo de mayor resonancia la destrucción de Villa Rica en 1676.
A finales de este siglo y el siguiente se caracterizan por las constantes luchas que los gobernadores sostuvieron en contra de los guaicurúes del Chaco y los portugueses del Brasil.
La primera mitad de este siglo se vería marcado por la llamada revolución comunera. Con anterioridad, este conflicto ya apareció entre 1644 y 1650, cuando se enfrentaron los vecinos de Asunción al mando del obispo Bernardino de Cárdenas en contra de los jesuitas, que derivó en la expulsión del primero por un ejército de indios de las Misiones.
Posteriormente, la segunda revolución comunera surge en 1717 cuando los pobladores de Asunción levantan quejas de abuso de autoridad por parte del gobernador Diego de los Reyes Balmaceda. Para el efecto, es enviado el juez pesquisidor José de Antequera y Castro, que encuentra ciertas las acusaciones y desbanca a Balmaceda, tomando el gobierno de la provincia en 1721. La lucha se extiende entre los asuncenos y jesuitas, hasta que el virrey del Perú, simpatizante de estos últimos, ordena a Bruno Mauricio de Zabala marchar a Asunción con un gran ejército de indios, consiguiendo ocuparla en 1725. Antequera huye a Lima, donde es apresado y condenado a muerte en 1731. Los ánimos no se pacificaron en Paraguay sino hasta 1735, cuando Zabala marcha nuevamente hacia Asunción, logrando derrotar a los comuneros en la batalla de Tavapy e impone duras sanciones a la provincia.
El Virreinato del Río de la Plata, creado en 1776 con capital en Buenos Aires, integraba en su jurisdicción al Paraguay, desligándolo del Virreinato del Perú. Así, en 1782, Asunción era, en la Intendencia de Paraguay, la única población con categoría de ciudad. La zona al sur del río Tebicuary y al este de la cordillera de Caaguazú por su parte correspondía a la Gobernación de las Misiones Guaraníes constituida con los restos de las Misiones Jesuíticas bajo control español.
En 1806 y 1807 se producen las Invasiones inglesas que ocupan las zonas del Virreinato del Río de la Plata correspondientes a la Banda Oriental y a gran parte de Buenos Aires; tropas provenientes desde Asunción y Córdoba, marcharon hacia la capital y lograron con éxito desalojar a los invasores.
En 1810, la guerra de la Independencia Española permitió a los argentinos establecer la Primera Junta con el objetivo de formar un Congreso de todas las provincias del Virreinato del Río de La Plata. La Intendencia de Paraguay se negó a subordinarse a la Junta, logrando derrotar luego al ejército enviado a independizarla. Meses después, las tropas vencedoras iniciaron la Revolución de mayo de 1811.[31] El 17 de junio, un congreso paraguayo nombró una junta gubernativa presidida por Fulgencio Yegros,[32] y el 12 de octubre se firmó con Buenos Aires un Tratado de Amistad, Auxilio y Comercio.[32]
El Segundo Congreso Nacional se reunió el 30 de septiembre de 1813. Allí, se eligió una nueva forma de gobierno, el Consulado dirigido por Yegros y José Gaspar Rodríguez de Francia; y se adoptó el nombre de República.[33] Poco tiempo después Yegros se apartó del gobierno. Entonces, el Congreso reunido el 3 de octubre de 1814 resolvió conceder el título de dictador temporal de la República del Paraguay a José Gaspar Rodríguez de Francia.
El Cuarto Congreso Nacional, reunido en mayo de 1816, declaró dictador perpetuo a José Gaspar Rodríguez de Francia, cargo que ocupó hasta su muerte en 1840.[33] Su régimen intensamente personal y la política de autosuficiencia dejaron al país aislado y sin alternativas en las instituciones políticas.[34] Además prohibió el tráfico fluvial a la Argentina, así como todo comercio exterior y pocas personas podían entrar o salir del territorio.[34]
Introdujo métodos modernos de agricultura y ganadería, y organizó el ejército.[34] Se confiscaron la mayor parte de las grandes propiedades en las que se cultivaban alimentos que eran suministrados a la población gratuitamente. Abolió la Inquisición, suprimió la facultad de teología, los diezmos, y privó a la nobleza de sus privilegios.[34]
El régimen de Francia sentó las bases de un Estado fuerte y dirigista para acometer la modernización económica del país. Paraguay estableció así un proteccionismo riguroso en un momento en que la mayoría de los demás países estaban adoptando el sistema de libre comercio promovido por el Reino Unido. Este modelo, continuado tras la muerte de Francia por sus sucesores Carlos Antonio López y luego Francisco Solano López, hizo de Paraguay uno de los países más modernos y avanzados socialmente de América Latina: la redistribución de la riqueza fue tan amplia que muchos viajeros extranjeros informaron de que en el país no había mendicidad, hambre ni conflictos. La reforma agraria ha hecho posible un reparto equitativo de la tierra. Asunción fue una de las primeras capitales del continente en inaugurar una red ferroviaria. El país tenía una industria en crecimiento y una flota mercante de barcos construidos en astilleros nacionales, un superávit comercial y ninguna deuda.[35]
José Gaspar Rodríguez de Francia murió sin dejar ninguna disposición sobre su sucesión. Tras un breve período anárquico, un congreso restableció un segundo consulado en 1841, compuesto del mismo modo que el primero, por un militar, el comandante general de armas Mariano Roque Alonso y un civil, Carlos Antonio López (sobrino de Rodríguez de Francia).[36]
En 1842, el Congreso General declaró formalmente la independencia de Paraguay respecto de la Confederación Argentina.[36] López fue elegido presidente en 1844 y se proclamó la primera constitución del país, que consagra un régimen presidencialista.[36] Durante su gobierno, Paraguay se abrió al comercio internacional. Con la ayuda del ejército, que había fortalecido considerablemente, trató de hacer reconocer la independencia del país por parte de Brasil y Argentina.[37]
Paraguay había mantenido disputas fronterizas con Argentina y Brasil, durante varios años. Mientras que con Uruguay, el cambio de mando político en el gobierno de ese país —y en plena guerra civil— fue el causante de la alianza junto a estos dos países.[38] Es en ese contexto que se desató la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870) que fue el conflicto bélico más mortífero de la historia de América Latina, 300.000 bajas paraguayas y 200.000 bajas aliadas aproximadamente.[39] El presidente Francisco Solano López fue el jefe paraguayo durante la contienda, en la cual Paraguay luchó contra las fuerzas de Brasil, Uruguay y Argentina.[40]
El Ejército Paraguayo, tras una embestida inicial hacia fines de 1864, tuvo que regresar a sus fronteras un año después y encarar la defensa en su territorio.[41] Tras la derrota paraguaya definitiva en 1870, las tropas brasileñas ocuparon el país hasta 1876. Paraguay perdió gran parte de su territorio (199 992 km²) y fue obligado a pagar una indemnización de guerra. La industria y la educación pública gratuita desaparecieron, así como las llamadas «estancias de la patria», que suministraban alimentos a la población. El ferrocarril y la línea de telégrafos fueron confiscadas como medio de pago a la deuda de guerra.
Aunque ha habido controversia sobre el número de víctimas que sufrió Paraguay durante la guerra, se estima que desapareció entre el 60 % y el 70 % de la población masculina adulta total del país. La población masculina adulta fue la más perjudicada , pues se estima que falleció hasta el 95 % de ella en la defensa de su patria.[42] Buena parte murió en combate, y el resto murió a causa de crímenes y, sobre todo, enfermedades, hambre y agotamiento.[42] De los entre 156 000 a 169 000 habitantes del país al final de la guerra, solo aproximadamente 28 600 eran hombres adultos.[42]
Hasta 1876, Paraguay —devastado en todos los sentidos— era prácticamente un estado satélite del Imperio del Brasil. Ese mismo año, se firmó el Tratado de Paz definitivo sobre la guerra de la Triple Alianza. Además, se firmó con Argentina un Tratado de Límites, Paz, Comercio y Navegación. Ese país reconoció la soberanía paraguaya sobre el territorio del Chaco, desde el Río Verde hasta Bahía Negra.[43]
Durante el gobierno de Bernardino Caballero (1880-1886), se reorganizaron las instituciones, se extendieron las líneas de ferrocarril y el telégrafo. Fue sucedido por el general Patricio Escobar, que continuó la política de aquel. Sus opositores fundaron en 1887 el primer partido moderno de Paraguay, el Partido Liberal, que seguían la tradición de los opositores al gobierno de los López. Ese mismo año,[44] los partidarios del gobierno fundaron el Partido Colorado, que reivindicaba la tradición nacionalista y la actuación paraguaya durante la guerra de la Triple Alianza; este conservaría el gobierno hasta el comienzo del siguiente siglo.
En los siguientes años dirigió el país el Partido Liberal; no obstante, este estaba dividido en fracciones, lo que llevó a una inestabilidad política constante. Sucesivas revoluciones dirigidas tanto por liberales disidentes como por colorados llevaron a cortos períodos de gobierno, ninguno de los cuales logró completar los cuatro años prescriptos por la Constitución.[45] El primero en lograrlo desde la presidencia de Escobar fue Eduardo Schaerer, entre 1912 y 1916; su período de gobierno estuvo signado por un gran crecimiento económico, causado por las ventajas comerciales que aportó la Primera Guerra Mundial. Luego, partidarios del expresidente Schaerer, aliados con los colorados llevaron al país a la guerra civil paraguaya de 1922-1923, en la que fueron derrotados. Solo a partir de 1924 se inició un período de estabilidad en el que tres presidentes consecutivos completaron sus cuatro años de mandato.[45]
Hasta finales de los años 1920, el Chaco Boreal era un territorio habitado por comunidades indígenas soberanas.[46] Ningún país tenía un control efectivo el territorio exceptuando sus bordes. A Paraguay, por razones geográficas, le correspondía el sector occidental del territorio y a Bolivia el oriental, aunque era difícil precisar límites concretos. Los problemas de determinación de límites entre Paraguay y Bolivia ya databan de la época virreinal. Entre otras causas también se incluye los supuestos intereses petrolíferos que habría en la zona, y una salida al mar por el río Paraguay de parte de Bolivia —que había perdido su salida al mar durante la guerra del Pacífico—, entre otros.[47]
Después de cuatro años de escaramuzas aisladas de pequeñas escuadras bolivianas y paraguayas desde 1928, el Ejército Paraguayo logró vencer en la batalla de Boquerón en 1932 —año en que oficialmente se da por iniciada la guerra— pero la declaración de guerra oficial no llegó hasta 1933 por parte de Paraguay.[47] Tras tres años de conflicto, Paraguay tomó extensos territorios pero no prosperó su pretensión de marcar la frontera a partir de donde el ejército paraguayo obligó a replegarse al ejército boliviano. La cuestión de límites se fijó con el tratado del 21 de julio de 1938.[47] A pesar del triunfo paraguayo, el país resultó devastado humana y económicamente y la pérdida de su territorio de unos 100 000 km², así como 30 000 muertos entre civiles y militares.[48]
Luego de la guerra del Chaco (que cesó hostilidades en 1935), hasta el inicio del gobierno de Alfredo Stroessner (en 1954), se da un periodo de gran inestabilidad política en el Paraguay: hubo por lo menos diez presidentes (la mayoría 'de facto') en menos de veinte años, y una guerra civil paraguaya que conllevó a la muerte de alrededor de treinta mil paraguayos, y cientos de miles de exiliados que emigraron al exterior.
En 1946 se formó un gobierno de coalición entre el Partido Colorado y el Partido Revolucionario Febrerista.[49] En enero de 1947, el Partido Colorado expulsó del gobierno al Partido Febrerista, lo que condujo a una nueva guerra civil en la que una coalición del Partido Liberal, el Partido Revolucionario Febrerista y el Partido Comunista Paraguayo se alzó contra el gobierno. El Partido Colorado logró la victoria. A partir de entonces, se consolidó la hegemonía plena de este partido que llevaría al poder al entonces coronel Alfredo Stroessner. El sistema imperante durante el periodo 1947-1962 fue de partido único, en el cual el Partido Colorado era el único legal.
El general Alfredo Stroessner tomó el poder mediante un golpe de Estado en mayo de 1954. Elegido para completar el período no expirado de su predecesor, fue reelegido presidente seis veces,[50] gobernando casi continuamente bajo la disposición de estado de sitio.
Ya en el poder, con el propósito de poner fin a 50 años de lo que él denominaba anarquía pero que realmente fue una sucesión controversial de presidentes constitucionalistas, entre ellos el propio presidente Federico Chaves, electo democráticamente por el Partido Colorado, que destruyó mediante su dictadura para convertirlo en un simple grupo de aduladores, Stroessner suprimió inmediatamente las garantías constitucionales, mantuvo bajo control las actividades de los partidos políticos y ejerció una dura represión. Gobernó con el apoyo del Ejército y del Partido Colorado. En este último llevó a cabo una serie de purgas que le facilitaron su control, con el objetivo de mantenerse en el poder.
Durante los casi treinta y cinco años del gobierno de Stroessner, las libertades políticas fueron severamente limitadas, y los opositores al régimen fueron sistemáticamente torturados, acosados y perseguidos bajo el estandarte de la seguridad nacional y el anticomunismo.[51][52] Aunque una constitución de 1967 dio legitimidad institucional al control de Stroessner,[53] Paraguay se aisló progresivamente de la comunidad mundial.
Cada cuatro años, el régimen organiza elecciones, que cada vez dan como resultado la reelección del presidente. Se modifica la Constitución para permitir una presidencia vitalicia. Cientos, si no miles, de personas son asesinadas por motivos políticos, al menos 20.000 personas son torturadas, 1,8 millones de paraguayos (aproximadamente un tercio de la población) se exilian por motivos políticos o económicos.
Recibió un fuerte apoyo de Estados Unidos, de Brasil, entonces bajo dictadura militar, y de Chile tras el golpe de Pinochet. El presidente Richard Nixon llegó a declarar que el régimen de Stroessner era un "modelo viable de democracia para América Latina". "Guiado por la mano experta del general Stroessner", declaró Gustavo Leigh, uno de los miembros de la Junta chilena que respaldó a Pinochet, en la apertura del tercer congreso de la Confederación anticomunista latinoamericana en 1977, "Paraguay fue uno de los primeros en América en levantar barricadas para defenderse del germen comunista, en una actitud ejemplar para los pueblos americanos". Oficiales estadounidenses participan en la formación de sus homólogos paraguayos en técnicas de tortura. La más famosa, la pileta, consistía en sumergir a los adversarios en una bañera llena de excrementos, hasta el límite de sus fuerzas.[54]
Entre 1956 y 1989, a la población indígena se le arrebató más territorio que en cualquier otro período de la historia del país y fue sometida a abusos sistemáticos de sus derechos humanos. A principios de la década de 1970, grupos internacionales acusaron al régimen de Stroessner de ser cómplice de genocidio. El Estado financió estas acciones represivas con ayuda del gobierno de Estados Unidos.[55]
El régimen también es responsable de la sedentarización forzosa y brutal de los indígenas aché a partir de 1967, que estuvo acompañada de asesinatos y durante la cual se sometió a los indígenas a condiciones de trabajo similares a la esclavitud y se robó a los niños. El 85% de la tribu Aché murió, y muchos fueron asesinados a machetazos para dejar espacio a la industria maderera, la minería, la agricultura y los ganaderos.[55] En 2013, los aché presentaron una denuncia contra el Estado paraguayo por crímenes de lesa humanidad y genocidio ante la justicia argentina.[56]
Modificó totalmente la naturaleza de la política paraguaya de entonces, al controlar al Partido Colorado, delimitar el rol de la oposición, y complacer a las Fuerzas Armadas. El partido gubernamental se convirtió igualmente en un entramado dedicado al reparto de favores. La corrupción se extendió de esta manera en lo que se recuerda como «la trilogía»: Gobierno-partido-fuerzas armadas. En una nación con suficientes figuras históricas, Stroessner se convirtió prácticamente en el símbolo del Paraguay: ciudades, calles, edificios, la moneda, los sellos postales, todo tenía impreso su nombre. Cuando diversos grupos intentaron llegar al poder, Stroessner terminaba con sus ambiciones ya sea controlando o cooptando a sus líderes. Entre 1954 y 1989, unos 8 millones de hectáreas (un tercio de las tierras agrícolas del país) se repartieron entre los allegados al gobierno, principalmente funcionarios, algunos de los cuales amasaron fortunas considerables. La alta concentración de riqueza y tierras convirtió a Paraguay en uno de los países más desiguales del mundo durante este período.[57] Posteriormente promulgó leyes para realizar persecuciones a quienes se oponían a su gobierno, alcanzando uno de los peores registros de violaciones a los derechos humanos en América Latina.[58]
Además del apoyo financiero recibido de Estados Unidos, el Estado paraguayo, gracias a su situación geográfica, hace del contrabando una de sus principales fuentes de ingresos. Desde alcohol hasta animales exóticos, drogas y automóviles, el volumen de contrabando triplica la cifra oficial de exportación.[57]
En la década de 1950, se experimentaba una gran desigualdad social, tal que más del 6% de la población paraguaya estaba compuesta por peones rurales campesinos, mientras que solo 1500 propietarios eran los dueños del 85% de las tierras cultivables. Stroessner recibió al país en medio de una crisis política, debido a seguidos años de confrontaciones políticas entre distintos grupos y golpes de estados. A su vez heredó una economía agrícola primaria, un sector industrial casi inexistente con un reducido mercado interno —en aquella época Paraguay contaba apenas con un millón de habitantes, en su mayoría de origen rural—, lo que desalentaba los negocios industriales.[59]
Durante los años 1980, Brasil, Argentina y Uruguay regresaron a la democracia y el pueblo paraguayo aprovechó ese clima político para salir a las calles a manifestarse. Tales manifestaciones fueron lideradas por el Acuerdo Nacional (PLRA, Febrerista) y los sindicatos, pero fueron reprimidas violentamente, a pesar de ser pacíficas. Por ello, Stroessner fue abandonado por sus antiguos aliados, como Estados Unidos, y la economía empeoró. En 1987, se realizó la Convención del Partido Colorado. Su partido pensaba escoger como candidato a su hijo mayor, Gustavo Stroessner, debido a los rumores de que el ya anciano dictador padecía una enfermedad, pero lo escogieron a él, iniciando una crisis interna en su partido, dividiéndola en dos facciones: militantes (stronistas) y tradicionalistas. En las elecciones fraudulentas de 1988 obtuvo el 88,8 % de los votos. Ese mismo año recibió en Paraguay al papa Juan Pablo II. Debido a lo brutal de su dictadura, la facción tradicionalista de su partido, los militares y en especial la Iglesia católica, empezaron a demostrar su malestar hacia el régimen, por lo que discretamente se unieron a la oposición para preparar el derrocamiento del dictador.
El 3 de febrero de 1989 se produjo el golpe de Estado protagonizado por el general Andrés Rodríguez, jefe de Estado Mayor y su propio yerno, contra Alfredo Stroessner. Con él terminaba la más larga dictadura en la historia paraguaya. Tras disolver el Parlamento, el general Rodríguez convocó a elecciones para el 1 de mayo y anunció la legalización de todos los partidos, exceptuando el partido comunista.[60]
En mayo de 1989 (tres meses después del golpe de Estado), Andrés Rodríguez llama a elecciones y posteriormente fue elegido presidente en representación del Partido Colorado que también reportó la elección para diputados y senadores. Como presidente, Rodríguez instituyó reformas políticas, legales y económicas.[60] El 26 de marzo de 1991 se firmó el Tratado de Asunción, un acuerdo por el cual se creó el Mercosur.
Paraguay nunca ha llevado ante la justicia a los principales responsables de torturas y asesinatos durante la dictadura (solo han sido condenados algunos policías y un civil).[57]
Además, entró en vigor la constitución de 1992 (actual constitución) que estableció previsiones para la protección de los derechos políticos y civiles, la independencia de los poderes del Estado, y la creación de la justicia electoral, entre otras instituciones y declaró la abolición de la pena de muerte.[61] A finales de ese mismo año, Martín Almada —opositor a la dictadura— y el diario Noticias ―a través de los periodistas Christian Torres, Zulia Giménez, Alberto Ledesma y José Gregor, entre otros―, descubrieron los llamados «Archivos del Terror», unos documentos que demostraban que Stroessner había participado en la Operación Cóndor, un acuerdo militar anticomunista para la persecución de exiliados, con apoyo de las dictaduras militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador y Uruguay, que propició la tortura, secuestro y asesinato de miles de paraguayos y ciudadanos de los países mencionados.
Durante el mandato de Juan Carlos Wasmosy, primer presidente civil de Paraguay en casi cuarenta años, el país sufrió la peor crisis financiera en su historia, con la quiebra de más de veinte bancos entre 1995 y 1998.[62] También se vieron afectados los logros políticos obtenidos tras el golpe de 1989. Wasmosy alejó del ejército al General Lino Oviedo bajo la acusación de querer encabezar un golpe en su contra en abril de 1996,[63] y en 1997, después de que Oviedo ganó la interna presidencial del Partido Colorado, lo hizo encarcelar y enjuiciar por un tribunal militar por el mismo crimen.[64] La condena inhabilitó a Oviedo para las elecciones presidenciales de 1998, y en su lugar se nombró candidato a Raúl Cubas, quien, gracias al apoyo de Oviedo,[65] en aquel entonces muy popular, ganó las elecciones y tres días después de haber asumido el cargo presidencial indultó a Oviedo, librándolo de la cárcel. La oposición contestó el hecho y obtuvo de la Corte Suprema una anulación del indulto que Cubas no acató.[66]
En marzo de 1999, la situación política se complicó aún más tras el asesinato del vicepresidente y rival oviedista de muchos años, Luis María Argaña. La oposición inculpó del hecho al general Oviedo.[67] La plaza del Congreso se llenó de manifestantes en contra del gobierno, lo que llevó a la Cámara de Diputados a juzgar a Cubas al día siguiente. Además, el asesinato a tiros de ocho manifestantes por desconocidos durante el Marzo Paraguayo, hizo claro que el Senado votaría por destituir a Cubas.[68] El presidente renunció el 28 de marzo y partió al exilio a Brasil. El mismo día Oviedo huyó a Argentina, donde obtuvo asilo político, y luego siguió al Brasil.
El presidente del senado, Luis González Macchi, un opositor de Cubas, juró como presidente el día de la renuncia de Cubas. Como presidente intentó formar un Gobierno de coalición para motivar la cooperación dentro del Paraguay y reparar la economía que fue dañada por la crisis política. Sin embargo, la coalición no duró mucho, debido a que el PLRA abandonó la coalición en 2000, dejando al gobierno sin una mayoría en el Congreso. González Macchi se volvió muy impopular a causa de la grave crisis económica y encontró serios problemas en el congreso, porque pocos legisladores estaban dispuestos a votar a favor de sus proyectos de ley. Sin embargo, solo un año después de llegar al poder, se enfrentó a un proceso de destitución, acusado de haber malversado para sí 16 millones de dólares. Sin embargo, consiguió mantenerse en el poder gracias a una «guerra de clanes» dentro del partido Colorado. Muy impopular, intentó apaciguar el descontento aceptando suspender el proceso de privatización. Declaró el estado de emergencia en julio de 2002. La represión de las manifestaciones contra su gobierno se saldó con varias muertes y centenares de detenciones.[69]
En mayo de 2000, debió enfrentar un intento de golpe de Estado, que, aunque fracasó, debilitó el poder del presidente.[70] Al año siguiente, tuvo que encarar un intento de destitución en su contra por parte del Congreso Nacional. Esta iniciativa de los opositores falló al igual que el intento de golpe del año anterior. Pese a estar debilitado políticamente, fue capaz de mantener su gobierno hasta completar el periodo dejado por Cubas.[71] El liberal Julio César Franco ganó la elección de agosto de 2000 para llenar la vacante vicepresidencial, aunque dos años después renuncia para candidatarse en miras a las elecciones de 2003.[72]
En 2003, Nicanor Duarte Frutos fue elegido presidente, quien en el orden económico logró un repunte de la economía paraguaya y un crecimiento del PIB, iniciando una recuperación de la crisis económica del país. Sin embargo, a comienzos de 2006 se da una nueva crisis política, debido a una controvertida resolución de la Corte Suprema de Justicia, que habilitaba a Duarte Frutos a ejercer la presidencia del Partido Colorado. Posteriormente Duarte Frutos inicia una fallida campaña para modificar la Constitución con el fin de lograr la reelección.
El 1 de agosto de 2004 se produjo la mayor tragedia civil en la historia del Paraguay, con la Tragedia de Ycua Bolaños, en el que mueren más de 300 personas e igual número de heridos en un incendio de un supermercado de la capital.[73]
Luego de más de 60 años en el poder, el Partido Colorado perdió la presidencia frente al exobispo Fernando Lugo en 2008.[74] Este mandato presidencial, durante el cual Paraguay se adhirió a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), fue interrumpido por la crisis política de 2012 que se inició tras un juicio político en el que Lugo fue destituido de la presidencia, acusado de mal desempeño en sus funciones.[75] Entonces, asumió la presidencia Federico Franco, hasta entonces vicepresidente de la República.[76] Los gobiernos de Unasur se pronunciaron en rechazo de lo que consideraron una ruptura del orden democrático y se negaron a reconocer el nuevo gobierno. Como consecuencia, Paraguay fue suspendido de las reuniones del Mercosur y de la Unasur, a la espera de los resultados de las elecciones generales de 2013 en las que el empresario Horacio Cartes fue elegido presidente.[77]
Luego de las elecciones de 2013, y con la asunción de Horacio Cartes (por el Partido Colorado) fueron levantadas las sanciones impuestas al Paraguay por parte del Mercorsur y de la Unasur.[78][79] En marzo de 2017 ocurrieron unas manifestaciones (conocida como el segundo marzo paraguayo) en respuesta a una enmienda constitucional que permitiría al presidente de Paraguay Horacio Cartes postularse a la reelección presidencial (considerado una violación a la constitución), en el que los manifestantes llegaron inclusive hasta incendiar el edificio del Congreso de Paraguay, además de decenas de heridos y hasta un muerto, luego de recibir un disparo de escopeta por parte de la policía.
En 2018 asumió como presidente el empresario Mario Abdo Benítez, por el Partido Colorado, con más de un millón de votos logrados en la contienda. Durante su mandato de gobierno, transcurrió la Pandemia de COVID-19 a nivel global, dejando al país con cerca de 20 000 fallecidos[80] con una severa crisis sanitaria, en la que las camas de terapia intensiva (UTI) no han dado abasto,[81] así como una severa crisis económica, producto de la cuarentena decretada y el cierre de fronteras en ciudades fronterizas,[82] con miles de empresas quebradas; en consecuencia se produjeron protestas a nivel país en marzo de 2021.
En los últimos comicios presidenciales de 2023, Santiago Peña ha resultado ganador por el Partido Colorado.
La República del Paraguay, organizada en forma de Estado Unitario, fue fundamentalmente modificada por la Constitución de 1992, que asegura la división de poderes. De acuerdo a este último texto constitucional, constituye un Estado social de derecho, unitario, indivisible, y descentralizado, adoptando para su gobierno la democracia representativa, participativa y pluralista, fundada en el reconocimiento de la dignidad humana. El