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Pernambuco
estado de Brasil De Wikipedia, la enciclopedia libre
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Pernambuco es uno de los veintiséis estados que, junto con el distrito federal, forman la República Federativa de Brasil. Su capital es Recife. Se ubica en la región Nordeste del país. Limita al norte con Ceará y Paraíba, al este con el océano Atlántico, al sur con Alagoas y Bahía, y al oeste con Piauí. Con 94,6 hab/km² es el quinto estado más densamente poblado, por detrás de Río de Janeiro, São Paulo, Alagoas y Sergipe.[1] El estado, que tiene el 4,6% de la población brasileña, es responsable de solo el 2,8% del PIB brasileño.
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Los municipios más populosos son: Recife, Yaboatán de los Guararapes, Olinda, Caruarú, Paulista, Petrolina, Cabo de San Agustín y Victoria de San Antón.
El estado tiene algunos apodos: León del Norte, Tierra del Frevo y del Maracatu y Tierra Bendita.
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Geografía
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Pernambuco comprende una zona costera relativamente estrecha, una meseta interior elevada y una zona intermedia formada por las terrazas y laderas entre ambas.[2]
Su superficie está muy erosionada por los restos de la antigua meseta, que ha sido erosionada, dejando escarpes y cadenas montañosas de cima plana, llamadas chapadas, cubiertas en algunos lugares por capas horizontales de arenisca. Las cordilleras de estas chapadas forman las líneas fronterizas con tres estados: la Serra dos Irmãos y la Serra Vermelha con Piauí, la Serra do Araripe con Ceará y la Serra dos Cariris Velhos con Paraíba.[2]
Regiones
La zona costera es fértil y antiguamente estaba cubierta por los bosques costeros de Pernambuco húmedos, la extensión norte de los Bosques Atlánticos (Mata Atlântica) del oriente de Brasil. Actualmente, está ocupada por extensas plantaciones de caña de azúcar. Presenta un clima cálido y húmedo, aliviado en parte por los vientos alisios del sureste.[2]
La zona media, denominada región "agreste", presenta un clima más seco y una vegetación más ligera,[2] incluyendo los bosques semicaducifolios del interior de Pernambuco, donde muchos árboles pierden sus hojas durante la estación seca.
La región del interior, denominada "sertão", es alta, pedregosa y seca, y frecuentemente devastada por sequías prolongadas. El clima se caracteriza por días calurosos y noches frescas. Hay dos estaciones claramente definidas: la lluviosa, de marzo a junio, y la seca, que dura el resto de los meses.[2] El interior del estado está cubierto principalmente por la vegetación de matorral espinoso seco llamada «caatinga». El río São Francisco es la principal fuente de agua de esta zona.
El clima es más templado en el Planalto da Borborema. Algunas localidades se encuentran a más de 1000 metros sobre el nivel del mar, y las temperaturas pueden descender hasta los 10 °C (50 °F) e incluso 5 °C (41 °F) en algunas ciudades (por ejemplo, Triunfo, Pernambuco) durante el invierno.
El archipiélago volcánico de Fernando de Noronha, en el océano Atlántico, a 535 km al noreste de Recife, forma parte de Pernambuco desde 1988.
Hidrología
Los ríos del estado incluyen varios pequeños arroyos de meseta que fluyen hacia el sur hasta el río São Francisco, y varios arroyos grandes en la zona oriental que fluyen hacia el este hasta el Atlántico. Los primeros son el río Moxotó, el río Ema, el río Pajeú, el río Terra Nova, Brígida, Boa Vista y Pontai, y son cauces secos la mayor parte del año.[2]
Los ríos costeros más grandes son el río Goiana, que se forma por la confluencia de los ríos Tracunhaem y Capibaribe-mirim, y drena una rica región agrícola en el noreste del estado; el río Capibaribe, que nace en la Sierra de Jacarara y fluye hacia el este hasta el Atlántico en Recife, con un recorrido de casi 480 km; el Río Ipojuca, que nace en la Serra de Aldeia Velha y llega a la costa sur de Recife; el Serinhaen; y el Uná. Un gran afluente del Uná, el río Jacuhipe, forma parte de la línea limítrofe con Alagoas.[2]
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Historia
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Prehistoria
Antes del descubrimiento y la colonización portuguesa, Pernambuco estaba habitado por numerosas tribus indígenas de habla tupí-guaraní. El pueblo tupí era una cultura predominantemente cazadora-recolectora que vivía en casas comunales y cultivaba algunos cultivos autóctonos, en particular la mandioca (Manihot esculenta), pero carecía de herramientas metálicas. Muchos elementos de la cultura tupí impactaron a los europeos: entre ellos, se bañaban con frecuencia, evitaban la acumulación de riquezas, practicaban la desnudez y guerreaban con frecuencia, principalmente para capturar enemigos para el canibalismo ritual comunitario.[3]
Contacto europeo
El Pernambuco actual incluye las islas de Fernando de Noronha, que preceden a la historia continental de Pernambuco, ya que las islas fueron concedidas al explorador Fernando de Noronha, por el rey Manuel en 1502.[4]
En un principio, de Pernambuco se valoró el palo brasil (Caesalpinia echinata), que se usaba en Europa para tintes. Los amerindios eran más propensos a cosechar y comerciar con palo brasil a cambio de hachas, anzuelos y otros productos ofrecidos por los europeos.[5] La corona portuguesa otorgó una licencia a Fernão de Laronha en 1502.[6] Tras su vencimiento, el comercio del palo brasil impulsó la exploración de Brasil. Este era muy apreciado, y otras naciones europeas, en particular los franceses, pronto enviaron barcos para explotar esta nueva madera de tinte. Bajo el mando de Bertrand d'Ornesan, estos intentaron establecer un puesto comercial en Pernambuco en 1531.[7] Este fuerte se ubicaba en la frontera norte de Pernambuco e Itamaricá. El rey portugués respondió enviando una armada al mando de Pero Lopes de Sousa. Este derrotó a los franceses, destruyó su fuerte y construyó uno nuevo.[8]
Asentamiento portugués
Poco después del éxito en desalojar a los franceses de la frontera norte de Pernambuco con Itamarica, los portugueses comenzaron a colonizar Brasil. El rey Juan III de Portugal creó las Capitanías Hereditarias en 1534. Pernambuco fue otorgado a Duarte Coelho, quien llegó a Nova Lusitânia (o "Nueva Lusitania") en 1535. Duarte dirigió acciones militares contra los caetés, aliados de Francia, y tras su derrota en 1537, estableció un asentamiento en el sitio de una antigua aldea indígena Marin, conocida en adelante como Olinda, así como otra aldea en Igarassu. Bajo su liderazgo, el azúcar pronto reemplazó al palo brasil como el producto de exportación más rentable de Pernambuco.[9] Debido al cultivo de la caña de azúcar y el algodón, Pernambuco fue una de las pocas capitanías prósperas (la otra notable fue la Capitanía de San Vicente).
Conquista neerlandesa
En 1630, Pernambuco, así como muchas posesiones portuguesas en Brasil, fue ocupada por los neerlandeses hasta 1654.[10] Estos enfrentaron una fuerte resistencia y solo tuvieron un éxito parcial durante esas pocas décadas. Mientras tanto, miles de esclavos habían huido a Palmares, y pronto los mocambos se convirtieron en dos importantes estados. Las Provincias Unidas de los Países Bajos, que permitieron que la producción azucarera permaneciera en manos portuguesas, trataron en vano de eliminar Palmares. Juan Mauricio de Nassau, conde de Nassau, fue nombrado gobernante de la Nueva Holanda (la empresa de colonización neerlandesa en Brasil).
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En el siglo XVII, los Países Bajos experimentaban una oleada de libertad y progreso, y deseaban expandir sus colonias en el continente americano. Una expresión de esta nueva economía fue la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (basada en la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, que tenía influencia mundial y controlaba gran parte del comercio entre Oriente y Occidente). Una junta de diecinueve miembros nombró gobernador de Pernambuco al conde de Nassau. Fue una elección auspiciosa para el noreste, ya que era un amante de las artes con un profundo interés por el Nuevo Mundo.
En 1637, el conde de Nassau inauguró sus directrices de gobierno, muy diferentes a las de los colonos portugueses, declarando la "Libertad de Religión y Comercio". Su séquito incluía comerciantes, artistas, planificadores, ciudadanos alemanes y neerlandeses. Lo acompañaban seis pintores, entre ellos Frans Post y Albert Eckhout. Nassau también creó un ambiente de tolerancia religiosa, algo nuevo en la América portuguesa e irritante para sus aliados calvinistas. También trató de reducir el monocultivo azucarero fomentando el de otros productos, en particular los alimenticios.[11]
Inmigración judía
Bajo el dominio neerlandés, la cultura judía se desarrolló en Recife. Muchos judíos, tras huir de la Inquisición en Iberia, buscaron refugio en los Países Bajos. La comunidad judía se estableció en el Brasil neerlandés y posteriormente emigraría a otras partes de América. Hay registros de que en 1636 se estaba construyendo una sinagoga en la ciudad. Un erudito judío de Ámsterdam, Isaac Aboab da Fonseca, llegó a Recife en 1642, convirtiéndose en el primer rabino en suelo brasileño y del continente. En 1643, tres años después de que los portugueses recuperaran la corona en la metrópoli, el padre António Vieira –mal visto, perseguido por la Inquisición y admirador de Aboab– recomendó al rey de Portugal que ocupara la capital de los nuevos cristianos y judíos inmigrantes para ayudar a las deprimidas finanzas portuguesas.[12]
Reconquista portuguesa
Los portugueses reconquistaron Recife en 1654 y Olinda recuperó su estatus de centro político. Sin embargo, Recife siguió siendo la ciudad comercial y portuaria. Hoy en día, se atribuye que muchos habitantes de la zona agreste de Pernambuco tienen alguna ascendencia neerlandesa.[13]
Sin embargo, si los neerlandeses desaparecieron, la amenaza del ahora unificado quilombo de Palmares persistía. A pesar de un tratado negociado en 1678 con su gobernante Ganga Zumba, la guerra entre ambos persistió. Zumbi, quien asumió el poder tras el tratado de paz y posteriormente lo repudió, luchó contra el gobierno portugués hasta 1694, cuando soldados traídos del sur finalmente lo derrotaron.
Tres siglos de ciclo azucarero
Durante el resto del siglo XVII y hasta el siglo XX, gran parte de la vida en Pernambuco estuvo dominada por los patrones establecidos por el monocultivo, el latifundio y la esclavitud (hasta 1888). El azúcar y el algodón se cultivaban en grandes plantaciones y la sociedad rural estaba dividida en gran medida entre las élites terratenientes y los pobres empobrecidos. Además, Pernambuco, con la excepción de una estrecha costa, sufre sequías periódicas. El ciclo económico de auge y caída de este período se ejemplifica a menudo como el "ciclo azucarero": cuando el mercado internacional del azúcar es favorable, la economía prospera; cuando el mercado es malo, llegan tiempos difíciles para todos, en particular para los más pobres. El azúcar siempre ha sido el principal ejemplo de este ciclo, pero ocasionalmente se ha dado un ciclo similar en el algodón. El algodón fue rentable durante la Guerra de la Independencia de Estados Unidos, la Guerra de 1812 y la Guerra Civil estadounidense. En cada ocasión, la crisis en Pernambuco se produjo cuando los productores estadounidenses reanudaron sus exportaciones.[14]
Conflicto de clases del siglo XVII
Un ingenio azucarero requiere una gran inversión tanto para su construcción como para su funcionamiento. La mayoría de las veces, el dinero se obtiene mediante préstamos. Aunque existían otras fuentes, una fuente que irritaba especialmente a los dueños de los ingenios eran los comerciantes de Recife. En 1710, esta situación desembocó en la Guerra de los Mascates. Este conflicto enfrentó a los mascates de Recife contra los hacendados de Olinda. Fue liderado por los señores de ingenio (dueños de los ingenios azucareros). Es un ejemplo de las continuas tensiones entre los señores de ingenio (las élites terratenientes) en el Brasil colonial y los comerciantes de Recife. La Guerra (con considerables disparos, pero pocas pérdidas humanas) tiene elementos de lucha de clases. Antes de los neerlandeses, Olinda siempre había sido la capital municipal. Recife, que en su día fue un simple puerto para Olinda, antes consistía en unas pocas viviendas modestas, almacenes y negocios que atendían a barcos y marineros. Sin embargo, bajo el dominio neerlandés, se convirtió en un próspero centro comercial poblado por ricos comerciantes recién llegados, con quienes la mayor parte de la aristocracia terrateniente de Pernambuco estaba fuertemente endeudada. Tras varios excesos, el rey emitió nuevas instrucciones al gobernador. En 1715, la corona envió un nuevo gobernador y los pernambucanos finalmente sintieron que los problemas habían terminado, aunque muchas familias de la élite de la colonia se arruinaron.[15]
Siglo XVIII: La minería eclipsa al azúcar
El descubrimiento de oro en Minas Gerais a finales del siglo XVII y el descubrimiento de diamantes desplazaron la agricultura. Pese a las perturbaciones causadas por la "fiebre del oro" durante el auge minero, el valor de las exportaciones de azúcar siempre superó el de cualquier otra exportación.[16] Sin embargo, entre muchas otras perturbaciones, el oro desplazó el foco hacia el sur. Pernambuco, Bahía y todo el Noreste fueron eclipsados por el sur de Brasil (actual Sudeste), y esa situación nunca se ha revertido.[17]
Siglo XIX: una provincia, luego un estado
La respuesta de Pernambuco a la nacionalidad brasileña parece haber sido la rebelión. Este estado fue escenario de algunas de las rebeliones e insurrecciones más importantes de la historia brasileña, como la Revolución pernambucana, la Cabanada (o Guerra de los Cabanos), y la Revuelta de Abril. En un momento dado, Pernambuco lideró gran parte de la efímera Confederación del Ecuador.
El fin de la esclavitud y el comienzo de la república
En 1888, bajo la influencia de una sociedad cada vez más urbana y con el apoyo de intelectuales como el político pernambucano Joaquim Nabuco, se abolió la esclavitud.[18] Sin embargo, la libertad de los esclavos hizo poco o nada para mejorar la vida de las clases bajas. Las recesiones económicas se utilizaron para recortar los salarios, los y fue una época en la que reinaba la violencia.[19] Entre 1849 y 1920 hubo nada menos que 14 epidemias.[20]
Siglo XX
El siglo XX trajo mejoras en las comunicaciones y el transporte, lo que permitiría paulatinamente el desarrollo. Sin embargo, para los pobres empleados en la industria azucarera, incluso en la década de 1960, la mortalidad infantil era de casi el 50 % .[21] Políticamente, el siglo estuvo dominado por dos períodos de dictadura, gobernados por Getúlio Vargas durante la mayor parte del período de 1930 a 1954,[22] y la dictadura militar de 1964 a 1985.[23]
Tras la dictadura
Tras la dictadura subsiste una clase baja subempleada y desnutrida. Sin embargo, la calidad de vida ha mejorado y ha habido cierto desarrollo industrial. Pernambuco también se ha convertido en un importante destino turístico. Las estadísticas de principios del milenio muestran una mejora marcada y continua. La tasa de mortalidad infantil disminuyó un 6,2 % anual entre 1990 y 2015: pasó de 90,4 muertes en 1990 a 13,4 en 2015.[24] La tasa de homicidios en Recife, aún superior al promedio de Brasil, disminuyó aproximadamente un 6 % anual durante el período de 2000 a 2012.[25]
La desigualdad de ingresos sigue siendo un problema; en 2000, el estado tenía un coeficiente de Gini de 0,59,[26] con la riqueza y los recursos concentrados en las clases más altas.
Clima
El clima es básicamente tropical, presentando también variantes en algunas áreas, como por ejemplo la ciudad de Triunfo, que presenta un clima de altura. La pluviosidad también es variada. En la Zona da Mata (región litoránea y plana, al este del estado) y en el Agreste (zona de transición situada en el interior), el clima es predominantemente tropical - caliente y húmedo, con fuertes lluvias de invierno. En la mayor parte del Sertão (centro y oeste del estado), el clima es semiárido - caliente y bastante seco, debido a las pocas lluvias. En algunas regiones, las precipitaciones anuales son inferiores a 300 mm. Las sequías más intensas pueden durar más de un año.
Las excepciones en la zona del sertão son algunas ciudades con microclima de altitud, con temperaturas que pueden caer a 8 °C durante el invierno, como Triunfo, y en las orillas del río São Francisco, área más húmeda que las circundantes por cuenta del río.
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Economía
La economía se basa en la agricultura, ganadería y creación animal, así como en la industria. En el principio de la colonización, el árbol palo brasil despertó la codicia de los europeos.
Agricultura
Desde el inicio de la colonización portuguesa, el estado fue básicamente agrícola, destacando en la producción nacional de caña de azúcar debido al clima y al suelo fértil. En las últimas décadas, sin embargo, esa casi exclusividad de cultivo, hecho para la producción de azúcar y alcohol, viene terminando.
Industria
Industrias modernas se concentran próximas al puerto de Suape, instalado en 1979. Las principales industrias son de alimentos, química, de materiales eléctricos, comunicaciones, metalurgia y minerales no-metálicos.
Turismo
En los últimos años, una de las grandes fuentes de ingresos del estado es el turismo, gracias a los atractivos naturales, históricos y culturales del estado.
Los atractivos pueden ser agrupados en:
- ciudades de playa
- ecoturismo y playas
- monumentos históricos
- las fiestas tradicionales: el Carnaval de Olinda y Recife con sus bloques de frevo, y las Fiestas Juninas en la ciudad de Caruaru son los principales.
Ciudades importantes
Municipios más poblados
Los municipios listados están con la población actualizada con la estimación de 2016
Referencias
Enlaces externos
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