Baltasar Gracián
escritor y filósofo jesuita aragonés / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Baltasar Gracián y Morales (Belmonte de Gracián, 8 de enero de 1601-Tarazona, 6 de diciembre de 1658) fue un jesuita, escritor español del Siglo de Oro que cultivó la prosa didáctica y filosófica. Entre sus obras destaca El Criticón —alegoría de la vida humana—, que constituye una de las novelas más importantes de la literatura española, comparable por su calidad al Quijote o La Celestina.[1][2]
Baltasar Gracián | ||
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Retrato de Baltasar Gracián, Graus, iglesia parroquial de San Miguel. | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
8 de enero de 1601 Belmonte de Gracián (Reino de Aragón, Corona de Aragón) | |
Fallecimiento |
6 de diciembre de 1658 (57 años) Tarazona (Reino de Aragón, Corona de Aragón) | |
Residencia | Calatayud, Huesca, Zaragoza, Tarazona, Tarragona, Valencia, Gandía, Lérida, Toledo y Belmonte de Gracián | |
Nacionalidad | Española | |
Religión | Catolicismo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Presbítero católico de rito latino, filósofo y escritor | |
Área | Filosofía | |
Seudónimo | Lorenzo Gracián | |
Orden religiosa | Compañía de Jesús | |
Su producción se adscribe a la corriente literaria del conceptismo. Forjó un estilo construido a partir de sentencias breves muy personal, denso, concentrado y polisémico, en el que domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre estas y las ideas. El resultado es un lenguaje lacónico, lleno de aforismos y capaz de expresar una gran riqueza de significados.
El pensamiento de Gracián es pesimista, como corresponde al periodo barroco. El mundo es un espacio hostil y engañoso, donde prevalecen las apariencias frente a la virtud y la verdad. El hombre es un ser débil, interesado y malicioso. Buena parte de sus obras se ocupan de dotar al lector de habilidades y recursos que le permitan desenvolverse entre las trampas de la vida. Para ello debe saber hacerse valer, ser prudente y aprovecharse de la sabiduría basada en la experiencia; incluso disimular, y comportarse según la ocasión.
Todo ello le ha valido a Gracián ser considerado un precursor del existencialismo y de la postmodernidad. Influyó en librepensadores franceses como La Rochefoucauld y más tarde en la filosofía de Schopenhauer y Nietzsche. Sin embargo, su pensamiento vital es inseparable de la conciencia de una España en decadencia, como se advierte en su máxima «floreció en el siglo de oro la llaneza, en este de yerro la malicia».[3]