Historia del ladrillo
De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La Historia del ladrillo constituye quizá uno de los capítulos elementales de la historia de la arquitectura.[Nota 1]
El humilde ladrillo de barro, pedazo de tierra amasado y cocido,[Nota 2] ha sido relevado o complementado, con el paso de los siglos, por una larga serie de objetos así definidos:[1]
- el ladrillo a cara vista, también conocido como ladrillo klinker;
- el ladrillo azulejo;
- el ladrillo columnario;
- el ladrillo de mocheta (con un corte en uno de sus vértices y de origen romano);
- el ladrillo de muela y nuca de origen almohade usado en pocería;
- el artesón o ladrillo visigodo estampillado;
- el ladrillo fino de la alfarería popular andaluza;
- el ladrillo flotante citado por Plinio el Viejo en su Historia Natural;
- el ladrillo gafa, ligero, con dos orificios taladrados y paralelos, habitualmente usado para tabicar;
- el ladrillo holandés semivitrificado;
- el ladrillo hueco, doble o triple, con dos o tres hileras (acanaladuras) de perforaciones en la testa;
- el ladrillo mahón o ladrillo común catalán;
- el ladrillo nazarí de origen egipcio;
- el ladrillo mediano o levantino;
- el ladrillo moruno que sigue el módulo almohade (28 x 14 x 4);
- el ladrillo por tabla, similar a la rasilla, para techos y entresuelos;
- el ladrillo refractario de arcilla y chamota;
- el ladrillo tocho.[2]
- el ladrillo tosco de pasta porosa sin alisar;
- el ladrillo visto, y
- el ladrillo vitrificado.[3]
Una vez más, la historia de un sencillo objeto corre pareja a la historia de la Humanidad.