Destrucción creativa
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La destrucción creativa o creadora[1] (en inglés: creative destruction, alemán: schöpferische Zerstörung, francés: destruction créatrice), a veces denominada vendaval de Schumpeter, es un concepto en economía el cual desde los años 1950s se ha identificado fácilmente con el economista austriaco Joseph Schumpeter.[2] Este formuló su idea a partir de la obra de Karl Marx y luego la popularizó como una teoría de innovación económica y ciclo económico.
De acuerdo a Schumpeter, el "viento perenne de destrucción creadora" describe el "proceso de mutación industrial que incesantemente revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando incesantemente una nueva".[3] En la teoría económica marxista el concepto se refiere más ampliamente a los procesos enlazados de acumulación y aniquilación de la riqueza bajo el capitalismo.[4][5][6]
Al sociólogo alemán Werner Sombart se le acredita[2] el primer uso de estos términos en su obra Krieg und Kapitalismus (Guerra y Capitalismo, 1913).[7] En obras anteriores de Marx, sin embargo, la idea de destrucción creativa o aniquilación (en alemán: Vernichtung) implica no solamente que el capitalismo destruye y reconfigura órdenes económicos pasados, pero también que debe constantemente devaluar la riqueza existente (ya sea a través de guerras, negligencia, o crisis económicas regulares y periódicas) para así hacer espacio para la creación de nueva riqueza.[4][5][6]
En Capitalismo, Socialismo y Democracia (1942), Joseph Schumpeter desarrolló el concepto a partir de una lectura meticulosa del pensamiento de Marx (a la cual es devota toda la Parte I del libro), argumentando (en la Parte II) que las fuerzas creadoras-destructivas desatadas por el capitalismo eventualmente llevarían a su declive como sistema (ver más abajo).[8] A pesar de esto, el término posteriormente ganó popularidad dentro de la economía mainstream como una descripción de procesos tales como la reducción para el aumento de la eficiencia y el dinanismo de una compañía. El uso marxista ha sido, de todas maneras, retenido y desarrollado más allá en la obra de científicos sociales como David Harvey,[9] Marshall Berman,[10] Manuel Castells[11] y Daniele Archibugi.[12]