Dinastías meridionales y septentrionales
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Dinastías meridionales y septentrionales (chino: 南北朝, Wade-Giles: Nan2pei3ch'ao2, pinyin: Nánběicháo) es el nombre que recibe en la periodización tradicional de la historia de China la etapa de desunión que siguió a la caída de la dinastía Jin, y que duró desde el año 420 hasta el año 589. Durante estos años, el sur y el norte de China estuvieron gobernados por dinastías diferentes.[1]
Dinastías meridionales y septentrionales | ||||
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← Jin Sui → 386 – 589 | ||||
Wei N. y Liu Song hacia 440 | Dinastías hacia 560 | |||
Norte | Wei del Norte 386–535 |
Wei Oeste 535–557 |
Zhou Norte 557–581 | |
Wei Este 534–550 |
Qi Norte 550–577 | |||
Sur | Liu Song 420–479 |
Qi Sur 479–502 |
Liang 502–557 |
Chen 557–589 |
Liang Oeste 555–587 |
En realidad, la división había comenzado mucho años antes, con la invasión del norte de China por parte de pueblos nómadas no chinos procedentes del norte. En el año 316, la capital de la dinastía Jin, Luoyang, fue destruida en una invasión de los tuoba o tabgach, pueblo que fundaría en el año 386 la dinastía Wei del Norte. La dinastía Jin se vio obligada a refugiarse en el sur y los territorios de cultura china permanecerían divididos en dos entidades políticas hasta la reunificación lograda por la dinastía Sui en 589.
Aunque el norte ya estaba por entonces en manos de la primera de las dinastías septentrionales, los Wei del Norte, la fecha de comienzo de este periodo histórico se sitúa de manera convencional en el año 420, cuando la dinastía Jin refugiada en el sur llegó a su fin, y fue remplazada por la primera de las dinastías meridionales, la dinastía Liu-Song. El periodo llega a su fin cuando la dinastía Sui, proclamada en el norte en 581, derrota a la última de las dinastías meridionales, la dinastía Chen, en el año 589.
A pesar de la división política y de los enfrentamientos entre el norte y el sur, esta época se caracterizó por una intensa actividad artística debida fundamentalmente a la difusión del budismo, religión procedente de India, que, bajo el patrocinio de algunos emperadores, y pese a las persecuciones por parte de otros, se convertiría en una parte inseparable de la cultura china que se ha mantenido hasta nuestros días.