Galipote
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El Galipote, también llamado Zángano o Lugarú, es un personaje legendario dominicano, oriundo de San Juan, que probablemente remonta sus orígenes entre los siglos XVII y XVIII.[1] Se trataba de un ser mítico caracterizado por la habilidad de transformarse en distintos animales y objetos inanimados (como árboles o piedras), además de gozar de una fuerza atroz e inmunidad contra las armas de fuego.[2] Se decía que solía alimentarse de la sangre de niños inocentes (que succionaba durante las noches), con la que obtenía la vida eterna; además se cuenta que practicaban con ellos macabros actos sexuales.[3][1]
El origen de su poder no está del todo claro, sin embargo, la mayoría coincide en que se debía a un pacto con el diablo, lo que encaja perfectamente con la férrea base cristiana de su nación de origen.
Según cuenta la leyenda, se trataba de seres crueles y violentos que disfrutaban extraviando a los caminantes nocturnos y espantando a los desprevenidos. La del galipote es una leyenda que ha sobrevivido al paso del tiempo, al menos en los lugares más recónditos del país, donde aún hoy se conceden actos a esta macabra criatura. Tan arraigada está la leyenda que, en algunas zonas del país, los caminantes no salen por la noche sin amuletos protectores o recitar algún conjuro.[2][4]