Historia de Polonia durante la dinastía Piasta
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La historia de Polonia durante la dinastía piasta abarca el período de gobierno de los piastas entre los siglos X y XIV y es la primera etapa importante de la historia de la nación polaca. La dinastía había sido fundada por una serie de duques que enumera a comienzos del siglo XII el cronista Gallus Anonymus: Siemowit, Lestko y Siemomysł. Es Miecislao I, el hijo de Siemomysł, al que se considera el fundador propiamente dicho del Estado polaco hacia el año 960. La dinastía rigió el territorio polaco hasta 1370. Miecislao se convirtió al cristianismo según el rito latino occidental en un acontecimiento conocido como el «bautismo de Polonia» de 966, que estableció una importante frontera religioso-cultural en Europa. También completó la unificación de las tierras de las tribus eslavas occidentales, algo esencial para la existencia del nuevo estado.
Tras la emergencia del estado polaco, los diversos gobernantes convirtieron a la población al cristianismo, crearon un reino de Polonia en 1025 e integraron a este nuevo estado en la cultura europea. El hijo de Miecislao, Boleslao I el Valiente estableció una archidiócesis católica en Gniezno, conquistó tierras y fue el primer rey de Polonia merced a su coronación en 1025. La primera monarquía piasta desintegró tras la muerte de Miecislao II Lambert en 1034 y fue restaurada en 1042 por Casimiro I. Entretanto, la dignidad real de los señores polacos fue revocada y el país volvió a ser un ducado. El hijo del duque Casimiro, Boleslao II el Temerario retomó la actividad militar de Boleslao I, pero se vio envuelto fatalmente en un conflicto con el obispo Estanislao de Cracovia y fue expulsado del país.
Boleslao III, el último duque de este primer periodo, logró defender el país y recuperar los territorios perdidos anteriormente. A su muerte en 1138, Polonia fue dividida entre sus hijos. La fragmentación interna resultante erosionó la estructura monárquica inicial de los piastas en los siglos XII y XIII y originó cambios fundamentales y duraderos. Conrado I de Mazovia invitó a los Caballeros teutónicos para que lo ayudaran en la lucha contra los prusianos paganos bálticos. Esta decisión hizo de Polonia el campo de batalla entre ambos durante siglos.
El reino fue restaurado por Vladislao I el Breve en 1320 y lo fortaleció y amplió su hijo Casimiro III el Grande. Las provincias occidentales de Silesia y Pomerania se perdieron después de la fragmentación, y Polonia comenzó a expandirse hacia el este. El período terminó con los reinados de dos miembros de la Casa Capeta de Anjou entre 1370 y 1384. La consolidación del siglo XIV puso las bases para el nuevo y poderoso reino de Polonia de los siglos siguientes.