Institución Libre de Enseñanza
Proyecto pedagógico en España siglo XIX-XX / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La Institución Libre de Enseñanza o ILE fue una experiencia pedagógica que se desarrolló en España durante más de medio siglo (1876-1939*). Estaba inspirada por la filosofía krausista introducida en la Universidad Central de Madrid por Julián Sanz del Río, y tuvo una importante repercusión en la vida intelectual de la nación española, para la que desempeñó una labor fundamental de renovación.[1]
Institución Libre de Enseñanza | ||
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Foto de Franzen, publicada en Alma Española el 7 de 20 de diciembre de 1903, ilustrando la hora del recreo en el patio de las instalaciones del paseo del Obelisco. | ||
Tipo | institución educativa | |
Fundación | 29 de octubre de 1876 | |
Fundador | Francisco Giner de los Ríos | |
Disolución | 1939 | |
Coordenadas | 40°26′05″N 3°41′48″O | |
En 1876, Laureano Figuerola, primer presidente de la Institución, inauguró la Asociación de la Institución Libre de Enseñanza y junto con un grupo de catedráticos (Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate, Teodoro Sainz Rueda y Nicolás Salmerón, entre otros) separados de la Universidad Central de Madrid por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a cualquier dogma oficial en materia religiosa, política o moral, tuvieron que proseguir su labor educativa al margen del Estado creando un establecimiento educativo privado laico, la Institución Libre de Enseñanza (ILE), que empezó en primer lugar por la enseñanza universitaria y después se extendió a la educación primaria y secundaria.
Apoyaron y secundaron el proyecto intelectuales como Joaquín Costa, Leopoldo Alas (Clarín), José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Ramón Menéndez Pidal, Antonio Machado, Joaquín Sorolla, Augusto González de Linares, Claudia Benito, Santiago Ramón y Cajal o Federico Rubio, entre otras personalidades comprometidas con la renovación educativa, cultural y social.
La dictadura franquista la convirtió en su bestia negra en materia de enseñanza. Se mofó de las «pedanterías y barbarismos» de la Institución,[2] y la hizo responsable de haber conseguido «arrancar del corazón de muchos maestros todo sentimiento de piedad cristiana y de amor a la gran patria española, ideales únicos capaces de hacer fecunda la labor docente».[3]