Magnetófono de bobina abierta
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El magnetófono de bobina abierta o simplemente magnetofón[1] es un tipo de magnetófono que permite registrar sonidos en un soporte magnético adherido a una cinta plástica mediante el procesamiento de señales eléctricas provenientes de micrófonos como la voz humana, instrumentos acústicos o eléctricos. El magnetófono de bobina abierta corresponde a un sistema de grabación magnética, bien sea analógica o bien digital.
Fue una máquina indispensable durante décadas. Desde los primitivos y rudimentarios modelos de los años 30, tanto los magnetófonos como los discos de microsurco fueron mejorados para lograr una buena calidad de sonido en los años 50, justo cuando comenzaba la fiebre juvenil por el rock and roll. Los registros de esa época, aún hoy en día, conservan gran nitidez y fidelidad. Hasta la llegada de los ordenadores o computadores en la década de 1990, los magnetófonos de cinta fueron el medio indispensable para guardar datos, registrar música, discursos, información como programas de radio entre otras aplicaciones. Durante los años 1960 a 1980 los músicos de rock explotaron al máximo las cualidades de estas máquinas, cortando pedazos de cinta y empalmándolas para crear complejas suites con efectos musicales intrincados, además de reproducir voces o instrumentos al revés (revirtiendo la cinta), o produciendo variaciones en la velocidad en un sonido grabado para obtener distintos efectos.
Si bien hoy en día se lo considera una tecnología obsoleta frente a los modernos grabadores digitales, algunos músicos y en particular audiófilos siguen grabando con magnetófonos por su alta fidelidad de sonido. La empresa estadounidense RMG International sigue fabricando cintas magnéticas profesionales,[2] mientras que Otari aún sigue vendiendo máquinas grabadoras.[3]