Panga ya Saidi
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Panga ya Saidi es un yacimiento arqueológico situado en el condado de Kilifi, al sureste de Kenia, a unos 15 km del océano Índico, en las colinas calizas de Dzitsoni. La cueva cuenta con ricos yacimientos arqueológicos que datan de la Edad de Piedra Media, la Edad de Piedra Posterior y la Edad de Hierro. Los yacimientos excavados conservan un registro inusualmente largo de actividades humanas, desde hace unos 78.000 años hasta hace unos 400, una cronología respaldada por la datación por radiocarbono y la datación por luminiscencia ópticamente estimulada.[1] Esta secuencia sitúa a Panga ya Saidi junto a otros yacimientos clave, como Enkapune ya Muto, Mumba Rockshelter y Nasera Rockshelter, que son importantes para comprender el Pleistoceno tardío y la transición de la Edad de Piedra media a la tardía en África oriental.[2][3][4]
Panga ya Saidi | ||
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Ubicación | ||
País | Kenia | |
Coordenadas | 3°40′43″S 39°44′09″E | |
Historia | ||
Tipo | Yacimiento arqueológico | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Kenia | ||
El potencial arqueológico de Panga ya Saidi fue señalado por primera vez por Robert Soper[5] y posteriormente por Richard Helm.[6] Desde 2010, el proyecto Sealinks, dirigido por Nicole Boivin, ha excavado la cueva.[7][8][1] Este proyecto arqueológico interdisciplinar tiene ahora su sede en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en colaboración con los Museos Nacionales de Kenia. Estas investigaciones han ayudado a establecer la importancia de Panga ya Saidi para comprender la transición tecnológica de la Edad de Piedra Media a la Posterior[9][10] y la proliferación de objetos simbólicos[11] como herramientas de hueso, ocre grabado y cuentas en el Pleistoceno tardío de África oriental. Se han utilizado la zooarqueología y el análisis de isótopos estables para reconstruir la paleoecología y la subsistencia del Pleistoceno tardío y el Holoceno a partir de restos óseos de animales.[12] Las investigaciones también se han centrado en el papel del yacimiento en las redes agrícolas y comerciales del Holoceno tardío a lo largo de la costa suajili, con cultivos africanos como el mijo perla,[13] animales no autóctonos como la rata negra,[14] cuentas de conchas marinas, cuentas de vidrio y cerámica de Tana documentada en los depósitos de la Edad del Hierro.[15] El ADN antiguo recuperado de un enterramiento de 400 años de antigüedad indicaba que este individuo estaba estrechamente emparentado con los cazadores-recolectores antiguos y actuales de África oriental, incluido el antiguo individuo de Mota (Etiopía).[16]