Relaciones internacionales de la República Popular China
resumen de las relaciones exteriores de China / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Las relaciones internacionales de la República Popular China son el conjunto de relaciones diplomáticas y de otra naturaleza entre este país y otros Estados soberanos. China mantiene relaciones diplomáticas con 171 países y cuenta con embajadas en 162.[1] Suecia fue la primera nación con quien estableció relaciones el 9 de mayo de 1950.[2] La República de China y otros países disputan su legitimidad, que lo convierte en el Estado con reconocimiento limitado más grande y poblado del mundo. En 1971, reemplazó la representación internacional de la República de China como el único representante de China frente a las Naciones Unidas y como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.[3] Además, fue un antiguo miembro y líder del Movimiento de Países no Alineados y aún sigue defendiendo a los países en vías de desarrollo.[4]
Según la interpretación de la política de «Una sola China», Pekín ha hecho que sea una condición previa para el establecimiento de relaciones diplomáticas con un país, que este reconozca su pretensión a Taiwán y rompa los vínculos oficiales con el gobierno de la República de China. Los representantes de la República Popular China han protestado en numerosas ocasiones cuando otros gobiernos celebran acuerdos diplomáticos con Taiwán,[5] especialmente en el tema de las ventas de armamento.[6] Las reuniones políticas entre funcionarios extranjeros y el 14.º Dalái Lama también encuentran la oposición de la República Popular China, que considera que el Tíbet es parte integral de ella.[7]
Gran parte de su política exterior se fundamenta en los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica de Zhou Enlai: no injerencia en los asuntos de otros Estados, no agresión, convivencia pacífica, igualdad y beneficios mutuos. También se rige por el concepto de «armonía sin uniformidad», que anima a las relaciones diplomáticas entre las naciones a pesar de las diferencias ideológicas.[8] Esta política le ha llevado a apoyar a los estados que se consideren peligrosos o de represión por Occidente, tales como Zimbabue, Corea del Norte e Irán.[9]
Las relaciones exteriores con muchos países occidentales sufrieron durante un tiempo tras la represión militar en las protestas de Tian'anmen de 1989, aunque en los últimos años China ha mejorado sus vínculos diplomáticos con Occidente.[10] China mantiene una relación económica y militar estrecha con Rusia,[11] y a menudo ambos votan de la misma forma en el Consejo de Seguridad de la ONU.[12]
Además de su reclamación sobre la isla de Taiwán, China se encuentra envuelta en varias disputas territoriales internacionales. Desde los años 1990, el gobierno comenzó las negociaciones para resolver los conflictos sobre sus fronteras terrestres, como la disputa de Cachemira con India y su frontera sin definir con Bután. Además existen otras reclamaciones territoriales multilaterales acerca de su soberanía sobre varias islas pequeñas en el mar de China Meridional y del Este, como las Islas Senkaku y el arrecife Scarborough.[13] La prospección de recursos en zonas reclamadas por otros países ha llevado a crisis como la ocurrida con Vietnam en 2014.
China es normalmente señalado como una nueva superpotencia emergente, al destacar que su rápido progreso económico, su poderío militar en crecimiento, su enorme población y el incremento de su influencia internacional, son signos de que jugará un papel global prominente en el siglo XXI.[14] Otros, sin embargo, previenen que las burbujas financieras y el desajuste demográfico pueden enlentecer o incluso detener el crecimiento de China a medida que el siglo progrese.[15] Algunos autores también cuestionan la definición de «superpotencia», y argumentan que su gran economía por sí sola no sería suficiente para calificarla como superpotencia, y hacen notar que carece de la influencia militar y cultural de Estados Unidos.[16]