Troubled Asset Relief Program
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El Troubled Asset Relief Program o Programa de Alivio de Activos Problemáticos, comúnmente conocido como TARP, o PCR, es un programa del gobierno de Estados Unidos para comprar activos y acciones de instituciones financieras para fortalecer su sector financiero, y que fue firmado como ley por el presidente George W. Bush el 3 de octubre de 2008. Es el componente más importante de las medidas del gobierno en 2008 para hacer frente a la crisis de las hipotecas subprime.
Originalmente se esperaba que costara al gobierno de EE. UU. unos US$356 000 millones, pero según las estimaciones más recientes del costo, al 30 de septiembre de 2010, se ha reducido el monto alrededor de US$50 000 millones.[2] Esta cifra es significativamente menor que el costo a los contribuyentes de la crisis de ahorros y préstamos a finales de 1980. El costo de esa crisis ascendió al 3,2% del PIB, durante la era Reagan/Bush, mientras que el porcentaje del PIB que representa el costo de la crisis de 2008 se estima en menos del 1%.[3] Si bien se temía una vez que el gobierno estaría sosteniendo empresas como General Motors (GM), American International Group (AIG) y Citigroup durante varios años, estas empresas se han estado preparando para comprar de vuelta la participación del Tesoro y salir del TARP al cabo de un año.[3]
De los US$245 000 millones invertidos en bancos de EE. UU., más de US$169 000 millones han sido pagados, incluyendo US$13 700 millones en dividendos, intereses y otros ingresos, junto con US$4000 millones en ingresos en abril de 2010. AIG se considera en vías de pagar US$51 000 millones de la privatización de dos unidades y otros US$32 000 millones en valores.[3] En marzo de 2010, GM pago más de US$2000 millones a los gobiernos de EE. UU. y Canadá, y el 21 de abril GM anunció que la parte del préstamo total de las inversiones de los gobiernos de EE. UU. y Canadá se habían pagado en su totalidad, con intereses, para un total de US$8100 millones.[4] Este fue sin embargo objeto de disputa, porque se alegó que el fabricante de automóviles simplemente revolvió los fondos federales de rescate para pagar a los contribuyentes.[cita requerida]