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Pintura moderna

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Pintura moderna es un término de gran ambigüedad, que es utilizado por la bibliografía para referirse a muy distintos conceptos dentro de la historiografía del arte.[1] Su utilización dentro de cada una de las fuentes coincide o no con el sentido que se da a los términos "arte moderno", "escultura moderna" y "arquitectura moderna", igualmente ambiguos; así como al concepto de modernidad.

Utilizado con un criterio cronológico, podría referirse a la pintura de la Edad Moderna (siglos XV al XVIII); pero no es eso lo habitual.

Utilizado con un criterio estético, se refiere a la pintura que rompe con los convencionalismos estéticos del academicismo y desarrolla las nuevas posibilidades expresivas que llegan a su punto culminante con las denominadas vanguardias artísticas. De esta manera, su ubicación cronológica sería el siglo XX; aunque también incluye las obras y autores del siglo XIX que se caractericen por su "modernidad" estética (por ejemplo, Goya,[2] Turner,[3] Millet, Courbet, Manet,[4] Monet,[5] Degas, Cézanne,[a] Gauguin[7] o Van Gogh[b]); e incluso anteriores (es tópico calificar de "moderna" la pintura de El Greco,[10] la de Velázquez[11] o la de Rembrandt[c]). Por el contrario, excluye a las obras y autores tanto o más recientes que se caractericen por su academicismo o conservadurismo estético, o incluso por su acomodación al gusto burgués o popular (kitsch, pompier). En la segunda mitad del siglo XX se terminaron imponiendo las distintas modalidades de expresión vanguardista como canon estético y del mercado del arte, con notables excepciones (por ejemplo, la pintura oficial de los países del bloque del Este, donde se anquilosó el denominado realismo socialista -en el extremo político opuesto, la pintura oficial de los fascismos no se prolongó más allá de la II Guerra Mundial, ni siquiera la del franquismo-).[d]

Para mayor confusión, también es muy extendido el uso del término pintura contemporánea, con el que a veces se opone y a veces se identifica.[14][15]

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Uso museográfico

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La necesidad de establecer una separación con criterios museográficos ha llevado a algunas instituciones a denominar sus fondos de "pintura moderna" diferenciados de los de "pintura antigua".[e] En cada una de ellas se han encontrado soluciones distintas; en algún caso resultando en un radical apartamiento de lo "no moderno" (Los Angeles County Museum of Art).[18]

En el caso de los del Museo Thyssen Bornemisza (Madrid) los fondos de los siglos XIII al XIX se califican de "pintura antigua" (es decir, la que por edades históricas es la medieval, la moderna y el comienzo de la contemporánea) y los de los siglos XIX y XX de "pintura moderna".[19] El Museo Gulbenkian (Lisboa) define su Centro de arte moderna ("centro de arte moderno") a la parte de su colección resultado del apoyo de la Fundación Gulbenkian a artistas de Portugal y otras naciones a partir de 1956, y que se exhibe con esa denominación en un edificio propio desde 1983.[20] El Whitney Museum of American Art (Nueva York) se dedica a "las obras creadas... durante los siglos XX y XXI".[21] El Guggenheim de Nueva York utiliza una enumerativa y significativa expresión: Impressionist, Post-Impressionist, and early modern masterpieces... modern art from its 19th-century roots ("obras maestras impresionistas, post-impresionistas y modernas tempranas... arte moderno desde sus raíces [del] siglo XIX") para las obras cronológicamente anteriores al núcleo de la colección, que a su vez presenta como nonobjective painting ... abstract and Surrealist painting ("pintura no objetiva[f]... pintura abstracta y surrealista").[27] Para la National Gallery of Art (Washington) las Modern Paintings ("pinturas modernas") son las posteriores al año 1900 (incluso se dividen en dos secciones: hasta 1950 y desde 1950).[28] Para el Museum of Modern Art (Nueva York) su delimitación cronológica va "desde los años 1880 hasta hoy".[29] El departamento de arte moderno y contemporáneo del Metropolitan Museum of Art (Nueva York) se dedica "al estudio, colección y exhibición de arte desde 1890 hasta hoy".[30] El San Francisco Museum of Modern Art, que se define como "comprometido con el arte de nuestro tiempo", delimita el comienzo de sus colecciones de pintura en 1900.[31]

Los grandes museos nacionales franceses (en París) se reparten de este modo las obras pictóricas: hasta mediados del siglo XIX en el Louvre, la impresionista en el Musée d'Orsay y la posterior a 1905 en el Centre Pompidou[32] (aunque también existe un Museo de Arte Moderno de París, no estatal sino municipal -anteriormente denominado de la Ville de Paris-). Los grandes museos nacionales españoles (en Madrid) lo hacen entre el Museo del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, cuyo catálogo marca 1881 como fecha de comienzo.[33][g] El Museu Nacional d'Art de Catalunya (Barcelona) define su colección de arte moderno "del neoclasicismo a las vanguardias, pasando por el modernismo y el novecentismo, siglos XIX y XX";[38] e incluso propone una definición de "artista moderno" como el que "aparece... a mediados del siglo XIX, coincidiendo con la formación de la sociedad burguesa... a diferencia del artista del antiguo régimen, ligado a los ciclos oficiales de la Iglesia o la aristocracia, el nuevo artista se mueve en el mercado anónimo y la ciudad cosmopolita... inventa una nueva religión, el arte por el arte, de la que él es el sacerdote... se presenta a sí mismo como el especialista de la libertad, y adopta la forma del dandy, del bohemio, el revolucionario o el vanguardista... se enfrenta a las convenciones burguesas y a la burguesía como clase, aunque el enemigo burgués es también su cliente, y el arte, por revolucionario que parezca, se convierte en una de las cúspides del mercado del lujo".[39] En los grandes museos nacionales británicos (en Londres), el Tate Modern acoge la pintura de los siglos XX y XXI, mientras que la anterior se exhibe en la National Gallery ("galería nacional") y el Tate Britain. En los museos alemanes, la división se marca: en Dresde, entre la Gemäldegalerie Alte Meister ("galería de pinturas [de los] viejos -o antiguos- maestros") y la Galerie Neue Meister ("galería [de los] nuevos maestros"), que acoge los siglos XIX y XX; en Múnich, entre la Alte Pinakothek ("vieja" o "antigua pinacoteca"), la Neue Pinakothek ("nueva pinacoteca") y la Pinakothek der Moderne ("pinacoteca de los modernos"); en Berlín, entre la Alte Nationalgalerie ("vieja -o antigua- galería nacional") y la Neue Nationalgalerie ("nueva galería nacional"), que acoge "arte de los siglos XX y XXI".[40] La Hamburger Kunsthalle ("sala de arte de Hamburgo") distingue como áreas de su colección: los Alte Meister ("viejos -o antiguos- maestros"), el siglo XIX, los Klassische Moderne ("clásicos modernos" -las obras producidas entre 1900 y 1960-) y el Kunst der Gegenwart ("arte del presente").[41] El Museum Moderner Kunst ("museo de arte moderno" -MUMOK-, Viena) tiene una clara limitación temporal desde su fundación como Museum des 20. Jahrhunderts ("museo del siglo XX") en 1962.[42] El Kunstmuseum Basel (Basilea), divide sus colecciones en Alte Meister ("viejos -o antiguos- maestros", siglos XV al XVIII), Klassiche Moderne ("clásicos modernos", siglo XIX y primera mitad del XX) y Gegenwartskunst ("arte del presente", desde 1960).[43]

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Visitantes del Reina Sofía de Madrid. Al fondo, el Guernica de Picasso.

La Galleria Nazionale d'Arte Moderna (Roma) se concibió desde su origen en 1883 para obras del siglo XIX, y el crecimiento de su colección continuó en el XX; de modo que se presenta como unico museo nazionale dedicato interamente all’arte moderna e contemporanea ("el único museo nacional dedicado enteramente al arte moderno y contemporáneo").[44] En una ciudad en la que el Rijksmuseum reúne una destacada colección de pintura de la Edad Moderna, el Stedelijk Museum Amsterdam se fundó en 1895 como una iniciativa municipal, y desde entonces reúne una colección de moderne en hedendaagse kunst en vormgeving ("arte y diseño moderno y contemporáneo").[45] Los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica (Bruselas) se reparten la colección de pintura entre el Old Masters Museum/Musée Oldmasters[46] (su denominación bilingüe conserva en francés la expresión neerlandesa para "viejos -o antiguos- maestros") y el Modern Museum/Musée Modern ("museo moderno"); con una significativa polémica por la decisión de su director de cerrarlo para restringirlo al siglo XIX, y una posterior apertura del Fin-de-Siècle Museum/Musée Fin de siècle[47] (su denominación bilingüe conserva en neerlandés la expresión francesa para "fin de siglo"), orientado al periodo 1868-1914.[48] El Museo de Arte Moderno de Moscú y el Museo del Hermitage (San Petersburgo) llegaron a transferirse obras de pintura moderna.[h]

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Modern Painters

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William Bell Scott, John Ruskin y Dante Gabriel Rossetti fotografiados por William Downey en 1863.

Modern Painters ("Pintores modernos") es una importante obra literaria de John Ruskin, publicada en 1843. Tratando específicamente de la pintura del paisaje, defendie la obra de Turner y concluye que la "pintura moderna" es superior a la de los "viejos maestros" (old masters),[50] En la segunda parte, publicada en 1846, se ocupa del "simbolismo" (lo que en la terminología de la historiografía del arte a partir de Erwin Panofsky se conoce como "iconografía"), y fue muy influyente en los prerrafaelitas. Hubo una tercera y cuarta partes.[51]


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Galería de imágenes: ¿Qué es pintura moderna?

Véase también

Notas

  1. Roberta Smith:[6] "La designación de “primer pintor moderno” nunca ha sido estable. Revolotea de un “monumento” a otro del siglo diecinueve dependiendo de la exposición, artista u obra que le llame la atención. En ocasiones el honor ha recaído sobre Goya, otras veces Manet, Degas o Cézanne. En este momento para mí se trata de Gustave Courbet."
  2. "Van Gogh quería ser un pintor “moderno” y ser reconocido como tal por sus pares"[8] - El propio Van Gogh evaluaba a los pintores del siglo XIX como más o menos modernos; y consideró que Millet era "un pintor más moderno" que Manet.[9]
  3. John Berger:[12] "Rembrandt fue el primer pintor moderno. Fue el primer artista que tomó como tema recurrente en su obra el trágico aislamiento del sujeto, del mismo modo que fue el primer gran artista que experimentó un distanciamiento comparable de la sociedad en la que vivió. Fue este tema el que le planteó su problema ético, jun problema que él resolvió -para decirlo simplemente- con la ayuda de la compasión."
  4. Es un tópico de la crítica e historiografía del arte del XIX (desde Goya) y la primera del XX (hasta Tapies) la problemática modernidad de la pintura española (el oficialismo académico de los Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y los pensionados en Roma, el retratismo,[13] la pintura de historia, el preciosismo (la pintura de gabinete, de género o costumbrista, la pintura de casacón, el monaguillismo, el orientalismo), etc.) y su seguidismo en las innovaciones que tienen su centro en París. - Manme Romero, El Simbolismo Profano: Julio Romero de Torres, El estudio del pintor, 2 de julio de 2014: "Era un artista maldito. Es uno de los mayores pintores simbolistas europeos, y los símbolos que utiliza son muy representativos de su obra, con una lectura iconológica muy profunda. Se le tenía, hasta los años ’50, como un pintor de cromos, vulgar; afortunadamente las cosas se han colocado en su sitio." - Romero de Torres, pintor de la modernidad, Museo Julio Romero de Torres, Córdoba, 20 de septiembre de 2024 – 09 de febrero de 2025. - Javier Varela, El sueño imperial de Eugenio D'Ors: "Los mitos orsianos explicaban la diferencia insondable entre Cataluña y España. El dualismo maurrasiano venía aquí como de molde. El mal, es decir, el casticismo, el romanticismo, el desarreglo incurable de los españoles, eran mostrados con símbolos ucrónicos: eterna lucha de Indíbil y Mandonio contra Roma; eterno motín de las capas y los sombreros —el motín de Esquilache—. Barbarie del vulgo español: manólos y chisperos, con la navaja pronta, o emigrantes de raza turbia, refractarios a la civilización; unos símbolos de rebeldía castiza que, para Xénius, representaban los escritores de la generación del 98. El casticismo hispano, a continuación, venía significado por imágenes plásticas de inmediata comprensión: la maja de Qoya, la boda del torero Machaquito, las cubiertas rojas y amarillas de los Episodios nacionales, la cocinera gallega de Montero Ríos, los cuadros anecdóticos, inferiores, de Zuloaga, de Romero de Torres, de Regoyos y de toda la «siniestra» tradición española, ün conjunto que trata de apostillar la intención denigratoria: que España era una anormalidad permanente, pintoresca, africana, incapaz de toda disciplina que no fuera la del garrote militar." - MC Bravo, La mediterraneidad en el arte español del siglo XX, Hispania (CSIC), 1996: "En cuanto al primero de los caminos —el expresionismo de raíz autóctona—, digamos que, aunque el academicismo decimonónico siguió actuando y proveyendo de fórmulas, reglas, recetas y soluciones a unos artistas españoles que, en su mayoría, temáticamente se refugiaron en el halago patriotero, produciendo esencialmente asuntos de historia, folclóricos y costumbristas, para otros artistas más inquietos y dados a la indagación el arte era un eterno problema a resolver Así, la modernidad, por esta última vía, llegó a España profundizando en una de las grandes constantes del arte español, como era la del realismo y, parejamente, por la búsqueda en las constantes genuinas de la tierra, como lo hizo el noucentisme catalán, hasta cierto punto el sorollismo valenciano, los artistas del País Vasco y, sobre todo, pintores méseteños como José Gutiérrez Solana, quien investigó e interpretó como pocos «la España negra». Este hecho, tan claro en Solana, también fue visible en otros artistas cuyas obras se han visto próximas a las posturas de la Generación del 98, como Ignacio Zuloaga, Ricardo Baroja, Anselmo Miguel Nieto, Juan Echevarría o Julio Romero de Torres. Es decir, se trataba de un expresionismo de fondo, autóctono, que también supo expresarse lejos de la meseta, como lo hizo... la obra de Isidre Nonell, Manolo Hugué o Joaquim Sunyer en Cataluña. En tal sentido la posición de los artistas noventayochistas y noucentistas resulta equiparable, pues para lo que unos representaba la tierra de la Meseta para otros lo representaba el Mediterráneo, esto es que, para unos y otros, existía un elemento vertebrador y de identificación que daba la posibilidad de intimar con lo propio y su tradición. Respecto a la segunda vía de modernización, la del Impresionismo, hay que señalar que este Impresionismo, salvo en el caso del asturiano-madrileño Darío de Regoyos, fue más empírico que doctrinario, más de experimentación que de teorización. Es decir, fue un impresionismo que se realizó en mayor grado tratando de solucionar problemas luminosos y cromáticos que escuchando a los maestros de París; fue, pues, un impresionismo interno, surgido sobre el terreno al tratar nuestros pintores de solucionar los problemas cromáticos para crear la luz, como por ejemplo ocurrió con el gran precursor que fue Ignacio Pinazo y el investigador en solitario que fue Francisco Gimeno. Así pues, el Impresionismo, como se ha entendido en España por la pintura de Joaquín Sorolla o Gonzalo Bilbao, fue en realidad la resolución de problemas lumínicos por medio del color y no, como en Francia, la resolución del problema del espacio aéreo mediante la captación de la luz como vehículo de cromatismo. Este problema de la definición espacial aérea solo lo abordó Regoyos, que incluso practicó el divisionismo y puntillismo, y, en menor medida, Aureliano de Beruete. Por otro lado, en Cataluña, también se dieron indagaciones sobre el color para conseguir el cromatismo del paisaje mediterráneo en la obra de Joaquim Mir y Hermen Anglada Camarasa, aunque en ellos también son perceptibles los arrastres del próspero estilo modernista catalán. En cualquier caso, entre este especial luminismo valenciano y cromatismo catalán, se encuentre una primera definición de esa característica mediterraneidad que venimos abordando. Por último, nos falta comentar el camino de los adelantados españoles de la modernidad, con sus líneas internacional y doméstica. Se ha dicho, en cuanto al primer aspecto, que España, en vez de exportar arte, ha exportardo artistas. Pero precisamente esto ha contribuido a la formación de nuestro creadores y, por tanto, en cierto modo, a la apertura de la modernidad española y su intenacionalización. Ello ha ocurrido con Picasso, Juan Gris, Pablo Gargallo, Julio González, Joan Miró, Salvador Dalí, Oscar Domínguez, etc. Pero por París pasaron también otros artistas, como Vázquez Díaz, María Gutiérrez Blanchard, Pancho Cossío, Benjamín Palencia o Mateo Hernández, que conforman, junto a los artistas antes citados, la llamada Primera Escuela de París, la cual ha de distinguirse de la de los artistas que comenzaron a llegar en los años treinta y a los que retuvo allí la nueva situación creada en España por la guerra civil (Francisco Bores, Hernando Vines, Ismael Gómez de la Sema, Joaquín Peinado, Oscar Domínguez, Antoni Clavé, Luis Fernández, Pedro Flores, Ginés Parra, Manuel Ángeles Ortiz, Emilio Grau Sala, Orlando Pelayo, Apelles Penosa, Baltar Lobo, Honorio García Condoy, etc.), conformando la Segunda Escuela de París. Esa Primera Escuela de París es la que conlleva la línea más internacional del arte español y es también la vía por donde entraron notables enseñanzas. ... a otros artistas de esta Escuela que regresaron pronto, como Vázquez Díaz y Pancho Cossío o, antes que ellos y en el escenario catalán Hermen Anglada Camarasa y Santiago Rusiñol, debe mucho la formación de los jóvenes artistas españoles del momento. En cuanto a la línea doméstica de la modernidad española, queda integrada por un arco de artistas que abarcan dos extremos diferentes. Es decir, de un lado, las enseñanzas de varios de aquellos creadores que regresaron a España, como ejemplifica el caso de Daniel Vázquez Díaz (1882-1969), quien volvió a Madrid en 1918 tras doce años en París, sometió entonces su obra a las formas del arte internacional, aunque pasándola por un tamiz muy español, pues tanto aprendió de las lecciones de geometría de Cézanne y el cubismo, como acudió a una genealogía y temática de maestros tan españoles como Zurbarán, quienes habían buscado los arquetipos de la forma. De otro, asimismo la integraban otros característicos representantes, de evolución más personal, como José Gutiérrez Solana (1886-1945), cuyo magisterio entre la juventud también fue importantísimo. Pero el agresivo expresionismo de Solana presenta grandes problemas de adscripción, aunque se trata la suya de una expresividad crítica y de «veta brava» cuya filiación proviene de las «vanitas» barrocas de Valdés Leal, pasando por la obra más desgarrada de Goya, hasta llegar con gran fuerza a nuestro siglo."
  5. Obviamente, en muy pocos casos tienen que ver con la pintura del arte de la Antigüedad (pintura del Antiguo Egipto, pintura de la Antigua Grecia, pintura de la Antigua Roma, pintura paleocristiana -arte paleocristiano-). La pintura antigua de Asia, la pintura antigua de América, la pintura antigua de África (además de la antigua egipcia, el arte rupestre del Sahara, el arte rupestre san, los sitios de arte rupestre de Kondoa, etc.; hay algún uso de la etiqueta African Rock Art[16] -"arte en roca africano"- para lo que puede denominarse mejor en castellano "arte rupestre africano" -pintura rupestre#África-[17]) o la pintura antigua de Oceanía (pintura antigua de Australia -arte aborigen australiano-) tienen en cada uno de los casos sus propios condicionantes de delimitación cronológica.
  6. La utilización del concepto de no objetividad diferenciado de la abstracción en el arte tiene un uso más o menos difuso, y algunas definiciones: Non-objective art defines a type of abstract art that is usually, but not always, geometric and aims to convey a sense of simplicity and purity ("[El término artístico] Arte no-objetivo define un tipo de arte abstracto que usualmente, pero no siempre, es geométrico, y tiende a transmitir una sensación de simplicidad y pureza"[22] - Quite often, non-objective art is used as a synonym for abstract art. However, it is a style within the category of abstract work and the subcategory of non-representational art. Representational art is designed to represent real life, and non-representational art is the opposite. It is not meant to depict anything found in nature, instead relying on shape, line, and form with no particular subject. Abstract art can include abstractions of real-life objects such as trees, or it can be completely non-representational. Non-objective art takes non-representational to another level. Most of the time, it includes geometric shapes in flat planes to create clean and straightforward compositions. Many people use the term "pure" to describe it. Non-objective art can go by many names, including concrete art, geometric abstraction, and minimalism. However, minimalism can be used in other contexts as well. Other styles of art are related or similar to non-objective art. Among these are Bauhaus, Constructivism, Cubism, Futurism, and Op Art. Some of these, such as Cubism, tend to be more representational than others. Kandinsky's "Composition VIII" (1923) is a perfect example of non-objective painting. ("Muy a menudo... se usa como sinónimo para el arte abstracto. No obstante, es un estilo dentro de la categoría de obra abstracta y de la categoría de arte no representacional. El arte representacional está diseñado para representar la vida real, y el arte no-representacional es lo opuesto. ... Lo no-objetivo lleva a lo no-representacional a otro nivel... puede darse en muchas denominaciones, como arte concreto, abstracción geométrica y minimalismo. No obstante, minimalismo puede usarse también en otros contextos. Otros estilos de arte están relacionados o son similares al arte no-objetivo. Entre ellos están Bauhaus, constructivismo, cubismo, futurismo y op art. Algunos de ellos, como el cubismo, tienden a ser más represntacionales que otros. La Composición VIII -1923- de Kandinski es un perfecto ejemplo de pintura no-objetiva").[23][24] - Los textos de Malevitch, que se consideraron el manifiesto del suprematismo, fueron publicados con el título Die gegenstandslose welt[25] ("El mundo no objetivo" -aunque gegenstandslose también podría traducirse por "sin objetos" o incluso por "irrelevante"-) "por primera vez en alemán por la Bauhaus en 1927 en una hermosa edición diseñada por László Moholy-Nagy, a partir de un manuscrito de cerca de quinientas páginas escrito en ruso por Malevich en 1922, traducido al alemán por El Lissitzsky y Alexander Von Riesen"[26] (y un "equipo editorial" -schriftleitung- en el que también figuraba Walter Gropius-.[25]
  7. Con los fondos del siglo XIX del Museo del Prado se constituyó por Real Decreto de 4 de agosto de 1894 un "Museo de Arte Contemporáneo" que se inauguró en 1898 con el nombre de "Museo de Arte Moderno" en el edificio de la Biblioteca y Museos Nacionales.[34] En 1971 los fondos del siglo XIX se trasladaron al Casón del Buen Retiro, como una sección del Prado; mientras que los del siglo XX pasaron a formar parte del Museo Español de Arte Contemporáneo que se había abierto en 1968 en un edificio en el campus universitario de Moncloa[35] (no debe confundirse con el Museo de Arte Contemporáneo de titularidad municipal que se abrió en 2001 en el Cuartel del Conde-Duque). La llegada del Guernica en 1981 y su exhibición en el Casón durante varios años (Picasso había exigido que se exhibiera en el Prado) obligó a un replanteamiento. Finalmente, el Guernica fue al Reina Sofía (1992) y el "edificio Villanueva" volvió a acoger el siglo XIX en la ampliación llamada "cubo de Moneo" o "ampliación Jerónimos" (2007).[36] Se atribuye a Francisco Franco esta anécdota: visitaba el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid acompañado por su médico (a quien no le gustaban los cuadros que se exhibían -de Tàpies, Juan Gris o Miró-), quien le pidió su opinión como "técnico en pintura" (pues era fama que Franco pintaba); el Generalísimo le dijo: "Yo pienso exactamente igual que usted, esto no es pintura".[37]
  8. The Hermitage's collection of Modern European Art, the bulk of which is made up of French impressionist and post-impressionist painting, is divided between those works that were received into the Hermitage collections after the Revolution, and art seized from Germany after World War II. Displayed to the world for the first time in a 1995 exhibition entitled "HiddenTreasures: Impressionist masterpieces and other important French paintings preserved by the State Hermitage Museum", the collection covers nearly all of the major painters working in France in the final decades of the 19th century and first twenty years of the last century. ("La colección de arte moderno europeo del Hermitage, el núcleo de la cual está formada por los impresionistas franceses y la pintura post-impresionsta, se divide entre las obas que se recibieron... tras la Revolución y el arte que se trajo de Alemania tras la II Guerra Mundial. Mostrada al mundo por primera vez en una exhibición de 1995 titulada “Tesoros ocultos: obras maestras impresionistas y otras pinturas francesas importantes preservadas por el museo estatal del Hermitage”, la colección cubre casi todos los principales pintores que trabajaban en Francia en las décadas finales del siglo XIX y los primeros veinte años del siglo pasado.")[49]
  9. Influyó decisivamente en el joven Rafael su presencia en 1504 en Florencia mientras el viejo Leonardo da Vinci y el genio ascendente de Miguel Ángel se enfrentaban (literalmente) en La batalla de Anghiari y La batalla de Cascina (obras con despliegue de anatomías masculinas en torsión, como la del Torso del Belvedere).[52]
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Referencias

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