Quero

Un quero^[1][2] (del quechua qiru «quero, vaso de madera para tomar chicha»,^[3] acepción a su vez derivada de la de «madera»^[4]), a veces escrito en español como kero, es un vaso ceremonial típico de varias culturas sur-andinas. Este vaso es habitualmente realizado en madera, con forma troncocónica y más ancho por la boca que por la base. En documentos del siglo XIX, se denominaba a este instrumento también como «bebedor de palo»,^{[cita requerida]} «vaso de palo»^{[cita requerida]} o «cáliz de madera».^{[cita requerida]} En los Andes prehispánicos, se usaba principalmente para contener la chicha de jora. Podía hacerse de madera, cerámica, plata u oro.^[5] Fue utilizado tradicionalmente en fiestas andinas.

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Queros en el Museumszentrum Berlin-Dahlem.

Los queros estaban decorados de la siguiente manera: en la primera capa con un patrón superficial sobre la copa. Después, el patrón se rellenaba con una mezcla duradera y resistente al agua hecha de resina y cinabrio.^[5] Las líneas finamente incisas se reunían en los puntos de intersección, creando formas como triángulos, cuadrados y diamantes organizadas de dos a cuatro registros horizontales.

Algunos de ellos eran decorados con diseños geométricos lujosos, pintados a mano y siguiendo las técnicas tradicionales de la cerámica Pisac. Otros pueden estar pintados con escenas narrativas que podrían aludir a acontecimientos históricos verdaderos. Muchas veces son piezas individuales y otras veces se encuentran junto con otros tipos de cerámica peruana. La producción del qiru alcanzó su apogeo entre el año 1000 y 1200 d.C., pero continuó después del contacto con europeos. Los qirus se encuentran comúnmente en Moquegua, Perú, y existen ejemplares en exhibición en el Museo Contisuyo de Moquegua.

Típicamente, los incas hacían estos vasos en pares idénticos, siguiendo la costumbre en la que se requieren dos personas para beber juntas utilizando dos qirus con idéntico tamaño, forma y decoración. Estos pares se utilizan normalmente para tostadas en ceremonias y al igual que los textiles y regalos; asimismo, estos demostraban la generosidad Inca.^[6]

Contexto Cultural

La producción de queros comenzó en el Período Intermedio Temprano (100-600 d.C.). Las culturas andinas se entremezclaron a través de estas ceremonias y contribuyeron a una mayor estratificación social debido a su énfasis en la jerarquía y la autoridad. El qiru jugó un papel importante en estas ceremonias.

La importancia política del quero se destaca por los enormes retratos de piedra, los cuales se pueden encontrar en el epicentro del centro imperial de Tiahuanaco, Bolivia; y, que contienen representaciones de queros. Estos retratos son representaciones extravagantes de los fundadores políticos, que ponen en relieve su estatus de élite a través de su ropa de lujo y la presencia de una bandeja de tabaco y de un qiru en cada una de sus manos.

Raccolte Extraeuropee - PAM00032 - Perú - Cultura Huari.

También existe una fuerte conexión religiosa con el quero a través del uso de la chicha, que fue una importante libación ritual y ofrenda en la antigua cultura andina. La chicha se servía en qirus, y una versión especial de este estaba estrechamente relacionada con la «Ceremonia de Sacrificio» representada en la cerámica Moche. Muchas representaciones del qiru muestran una planta de maíz que emerge del recipiente.

Estas representaciones aluden al uso de qirus como un receptáculo u ofrenda Pan-andina para que la sangre recolectada se derramase sobre el terreno con el propósito de garantizar una temporada de cría exitosa. Los queros utilizados para este fin son diferentes de los vasos tradicionales y son de metal, en lugar de arcilla o madera.^[7]

Historia

Vaso cerámico de la cultura Tiahuanaco.

A juzgar por los restos arqueológicos encontrados, los primeros qirus fueron de la cultura Tiahuanaco y estaban hechos inicialmente de barro y arcilla, después de cerámica, y finalmente, los incas los hacían de oro muy trabajado y adornado. Se piensa que por su forma debió de haber sido un medio muy cómodo para servir un líquido y beber.

Tocapus de los Incas.

Pese a que los qirus, queros o keros, (lo cuales etimológicamente significan 'madera' y tipo de vasija), se confeccionen principalmente en madera, también fueron, no obstante, confeccionados con otros materiales como la arcilla y los antes nombrados. Eran decorados con colores brillantes (polícromos) predominando el rojo, anaranjado, blanco y negro, teniendo como adornos grecas y signos escalonados (motivos geométricos).

Los queros precolombinos tienen un origen Tiwanakota. Su forma se origina y desarrolla con la preincaica cultura Tiahuanaco, que realizaban trabajos finos de queros en cerámica. Se difunde después en el estado vecino Huari y en algunas culturas de la costa peruana. Posteriormente, la adoptan los Incas, que la desarrollaron de manera creativa.

Durante el Horizonte Medio, los queros continuaron expandiéndose en el ámbito andino, siendo adoptados también por culturas regionales como Recuay, Cajamarca y Lambayeque, cada una aportando estilos propios en función de sus tradiciones artísticas y materiales disponibles. En estas culturas, el quero cumplió funciones tanto ceremoniales como sociales, asociado al consumo ritual de bebidas fermentadas.^[8]

Posteriormente, los incas adoptaron el quero y lo desarrollaron de manera creativa, convirtiéndolo en un objeto de gran importancia simbólica dentro del Tahuantinsuyo. Durante el período incaico, los queros comenzaron a fabricarse principalmente en madera, y su decoración alcanzó un alto nivel de complejidad, incorporando escenas geométricas, mitológicas, militares y ceremoniales. Estos recipientes eran utilizados en rituales estatales, pactos políticos y celebraciones oficiales, consolidándose como un símbolo de poder, identidad y cohesión social en el mundo andino.^[8]

Los queros se confeccionaban a pares, generalmente un vaso era para un individuo, el otro vaso era para invitar a beber a otra persona o deidad partícipe del ritual. Es factible que en los queros se siguieran las concepciones duales de lo femenino y lo masculino, presentando así ligeras diferencias en el tamaño y atributos de diseño.^[9]