Jálid ibn al-Walid
compañero del profeta Mahoma / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Jálid ibn al-Walid ibn al-Mughira al-Majzumi[1] (en árabe: 584-خالد بن الوليد; 642), también conocido como Sayf Allah al-Maslūl (la espada en la mano de Dios), fue un Compañero del Profeta Mahoma. Fue notable por sus tácticas y proezas militares, y comandó las fuerzas de Medina durante el gobierno de Mahoma y las fuerzas de sus sucesores inmediatos: Abu Bakr y Úmar ibn al-Jattab.
Jálid ibn al-Walid ibn al-Mughira al-Majzumi | ||
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Caligrafía de Jálid ibn al-Walid | ||
Información personal | ||
Nombre en árabe | خالد بن الوليد | |
Apodo | “La espada de Dios” | |
Nacimiento |
584 d. C. cerca de La Meca, Arabia Saudí | |
Fallecimiento |
642 d. C. Emesa Siria | |
Sepultura | Khalid ibn al-Walid Mosque | |
Lengua materna | Árabe | |
Familia | ||
Padres |
Walid ibn al-Mughira Loubaba bint Al-Harith | |
Cónyuge | Asma bint Anas ibn Mudrik | |
Hijos | Abdulreman ibn Khalid | |
Información profesional | ||
Ocupación | Guerrero y poeta | |
Lealtad | Califato Ortodoxo | |
Rama militar | Ejército Rashidun | |
Rango militar | Comandante en jefe (632-638) | |
Conflictos |
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Con su mando militar, por primera vez en la historia estuvo unida Arabia en una entidad política: el Califato. Jálid es uno de los pocos generales en la historia que nunca perdió una batalla, pues resultó victorioso en cientos de combates, en muchas ocasiones contra fuerzas numéricamente superiores como Imperio bizantino, el Imperio sasánida, sus aliados y otras tribus árabes. Sus logros estratégicos incluyen la conquista de Arabia, Mesopotamia y la Siria romana desde 632 hasta 636. Es especialmente recordado por sus victorias decisivas en la batalla de Yamama, la de Ullais y la de Firaz, y sus exitosas tácticas en las de Walaŷa y Yarmuk.
Jinete del aristocrático clan Majzum de la tribu Quraysh, que se opuso fervientemente a Mahoma, Jálid jugó un papel decisivo en la derrota musulmana en la batalla de Uhud en el año 625. Tras su conversión al islam en el 627 o 629, fue nombrado comandante por Mahoma, que le otorgó el título de Sayf Allah ("la Espada de Dios"). Jálid coordinó la retirada segura de las tropas musulmanas durante la abortada expedición a Mu'ta contra los aliados árabes de los bizantinos en el 629 y dirigió los contingentes beduinos del ejército musulmán durante la toma de La Meca y la batalla de Hunayn alrededor del año 630. Tras la muerte de Mahoma, Jálid fue designado para reprimir o subyugar a las tribus árabes de Néyed y Yamama (ambas regiones en Arabia central) que se oponían al naciente estado musulmán, derrotando a los líderes rebeldes Tulayha en la batalla de Buzakha en el 632 y Musaylima en la batalla de Aqraba en el 633.
Posteriormente, Jálid se enfrentó a tribus árabes, mayoritariamente cristianas, y a las guarniciones persas sasánidas del valle del Éufrates, en Irak. Abu Bakr le asignó el mando de los ejércitos musulmanes en Siria y lideró a sus hombres en una marcha poco convencional a través de una larga franja sin agua del desierto sirio, lo que cimentó su reputación como estratega militar. Como resultado de victorias decisivas contra los bizantinos en Achnadayn (634), Fahl (634), Damasco (634-635) y Yarmuk (636), los musulmanes bajo el mando de Jálid conquistaron gran parte de Siria. Posteriormente fue degradado del alto mando por Úmar a raíz de una serie de causas citadas por fuentes islámicas tradicionales y modernas. Jálid continuó sirviendo como lugarteniente principal de su sucesor, Abu Ubáidah ibn al-Yarrah, en los asedios de Homs y Alepo y en la batalla de Qinnasrin, todos ellos en 637-638, que precipitaron colectivamente la retirada de Siria de las tropas imperiales bizantinas del emperador Heraclio. Posteriormente, Úmar destituyó a Jálid de su cargo de gobernador de Qinnasrin y éste murió en Medina o Homs en 642.
Los historiadores suelen considerar a Jálid como uno de los generales más aguerridos y exitosos de los primeros tiempos del Islam, y se le conmemora en todo el mundo árabe hasta la actualidad. La tradición islámica atribuye a Jálid sus tácticas en el campo de batalla y su eficaz liderazgo en las primeras conquistas musulmanas, pero le acusa de haber ejecutado ilícitamente a miembros de tribus árabes que habían aceptado el islam, concretamente a miembros del clan de los Banu Jadhima en vida de Mahoma y a Málik ibn Nuwayra durante las guerras Ridda, así como de haber cometido faltas morales y fiscales en Siria. Su fama militar perturbó a algunos de los primeros conversos musulmanes piadosos, entre ellos Úmar, que temían que se convirtiera en un culto a la personalidad.