Humor procaz

El humor procaz, también conocido como humor picante, humor obsceno o humor verde en las artes escénicas, es un género humorístico que va desde lo que raya en lo falto de decoro hasta lo indecente u obsceno, con elementos humorísticos basados en lenguaje o conductas obscenas, divertidamente vulgares o chabacanas y moralmente incorrectas o irreverentes.^[1] Como cualquier tipo de humor, el humor procaz puede interpretarse como convencional o subversivo. Por lo general, este tipo de humor depende de la existencia de un bagaje o trasfondo cultural compartido de convenciones y valores sexuales, y su comedia reside en la transgresión de tales convenciones.

Un urinario en Tailandia con una representación procaz.

La transgresión ritual de tabúes, que es una contrapartida usual del humor verde, subyace a su naturaleza controversial y explica por qué es a veces objeto de censura. El humor procaz, cuyo objetivo habitual no es «meramente» ser estimulante sexualmente, aborda con frecuencia cuestiones más profundas e importantes que el simple apetito sexual. No obstante, al ser presentadas en forma humorística, es posible que tales cuestiones más profundas pasen desapercibidas para los censores.

En el material de humor picante, verde o procaz, el sexo se presenta más con el propósito de burlarse de las rarezas y flaquezas que se manifiestan en la sexualidad humana, que con el de ofrecer estimulación sexual ya sea de manera explícita o artística. Asimismo, el humor procaz puede usar el sexo como metáfora para ilustrar alguna preocupación no sexual, en cuyo caso se aproxima a la sátira.

El humor picante o procaz se diferencia del humor negro en que este último trata temas que normalmente se considerarían dolorosos o aterradores, mientras que el humor verde trata temas que apenas se considerarían ofensivos.

Ejemplos

Un chiste sexual sobre la atracción, basado en estereotipos sexuales.

El humor verde o procaz está presente en mayor o menor medida en todas las culturas y probablemente ha existido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Obras como la Lisístrata de Aristófanes, los Menecmi de Plauto, El satiricón de Petronio o Las metamorfosis de Apuleyo son clásicos procaces de la antigua Grecia y Roma. El cuento del molinero de Geoffrey Chaucer, que hace parte de sus cuentos de Canterbury, o El pez cangrejo, una de las baladas tradicionales inglesas más antiguas, son asimismo ejemplos clásicos de este tipo de humor. El francés François Rabelais fue un maestro del humor procaz (técnicamente llamado cuerpo grotesco) en su Gargantúa y otras obras. La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, de Laurence Sterne y El tocador de la dama, de Jonathan Swift, también pertenecen a este género, al igual que 1601, de Mark Twain, cuya publicación estuvo prohibida durante mucho tiempo.

Otro ejemplo de humor procaz es «De Brevitate Vitae», una canción que en muchas universidades de influencia europea es tanto una canción estudiantil para beber cerveza como un himno interpretado por coros universitarios oficiales en ceremonias públicas de graduación. Las versiones privadas y públicas de la canción tienen letras muy diferentes. Obras más recientes como Candy, Barbarella, The Sensuous Nurse, las obras cómicas de Russ Meyer, Little Annie Fanny o The Sot-Weed Factor de John Barth probablemente clasifiquen más como humor procaz que como pornografía o erótica.

Canciones procaces

Las canciones procaces o picantes son canciones humorísticas que enfatizan temas sexuales y que suelen estar llenas de insinuaciones o doble sentido (en español mexicano, albur). En países de habla inglesa, históricamente, canciones de este tipo tienden a estar circunscritas a grupos de hombres jóvenes ya sea como estudiantes o en ambientes donde se toman bebidas alcohólicas libremente.

Comedia picante

Dave Attell ha sido descrito por sus compañeros como un humorista picante.

La comedia picante es aquella que es obscena picante, indecente o profana, y que trata principalmente sobre el sexo. Con frecuencia contiene lenguaje obsceno o imágenes sexuales que pueden resultar chocantes u ofensivas para algunos espectadores.

Términos como «chistes verdes» o «chistes colorados» se usan en algunos países para referirse a chistes subidos de tono, a menudo con palabrotas. Es común que el lado más subido de tono de comediantes normalmente conocidos por su imagen recatada pueda verse en eventos privados de clubes del mundo del espectáculo. En los Estados Unidos, por ejemplo, se conserva una grabación de la década de 1950 en la que comediantes de humor pulcro como Jack Benny, George Jessel, George Burns o Art Linkletter usaban a material muy picante y obscenidades. Muchos comediantes que suelen usar humor apto para todo público optan por un humor más explícito fuera de cámara o en ambientes para adultos. Por ejemplo, Bill Cosby grabó un álbum en 1969 llamado 8:15 12:15, en el que aparecen tanto su espectáculo nocturno de comedia stand up para toda la familia como su espectáculo nocturno picante, que incluía un chiste sobre haber embarazado a su esposa «a través del famoso trampolín de medianoche» (una referencia a su diafragma anticonceptivo) así como otras referencias sexuales.^[2]

Por otra parte, algunos comediantes basan sus carreras en el humor picante. Algunos ejemplos son los mexicanos Polo Polo, Alfonso Zayas y Jo Jo Jorge Falcón, los colombianos Nena Jiménez, Pedro González y Lokillo, o el peruano Melcochita,

Véase también

• Cuerpo grotesco
• Humor negro
• Humor descolorido
• Humor escatológico