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Reina de Escocia (1542-1567) De Wikipedia, la enciclopedia libre
María I, de nombre María Estuardo (en inglés: Mary Stuart, Mary Stewart o Marie Steuart;[lower-roman 3] 8 de diciembre de 1542-8 de febrero de 1587), fue reina de Escocia del 14 de diciembre de 1542 al 24 de julio de 1567. Única hija legítima de Jacobo V, con seis días de edad sucedió a su padre en el trono escocés. Pasó la mayor parte de su infancia en Francia, mientras Escocia era gobernada por regentes. En 1558 se desposó con el delfín Francisco, quien ascendió al trono francés en 1559. María fue brevemente reina consorte de Francia hasta la muerte repentina de Francisco en diciembre de 1560. Ya viuda, regresó a su tierra el 19 de agosto de 1561. Cuatro años más tarde, se casó con su primo hermano Enrique Estuardo, Lord Darnley, con quien, en junio de 1566, tuvo su único hijo, Jacobo.
María I de Escocia | ||
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Reina de Escocia Reina consorte de Francia | ||
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Reina de Escocia | ||
14 de diciembre de 1542-24 de julio de 1567 | ||
Abdicación | 24 de julio de 1567 | |
Predecesor | Jacobo V | |
Sucesor | Jacobo VI | |
Reina consorte de Francia | ||
10 de julio de 1559-5 de diciembre de 1560 | ||
Predecesor | Catalina de Médici | |
Sucesor | Isabel de Austria | |
Información personal | ||
Coronación | 9 de septiembre de 1543 | |
Nacimiento |
8 de diciembre de 1542[lower-roman 1] palacio de Linlithgow, Escocia | |
Fallecimiento |
8 de febrero de 1587[lower-roman 2] (44 años) castillo de Fotheringhay, Northamptonshire, Inglaterra | |
Sepultura |
catedral de Peterborough (30 de julio de 1587) abadía de Westminster (28 de octubre de 1612) | |
Religión | católica | |
Familia | ||
Casa real | Estuardo | |
Padre | Jacobo V de Escocia | |
Madre | María de Guisa | |
Consorte |
Francisco II de Francia (matr. 1558; fall. 1560) Enrique Estuardo (matr. 1565; fall. 1567) James Hepburn (matr. 1567; fall. 1578) | |
Regente |
James Hamilton, II conde de Arran (1542-1554) María de Guisa (1554-1560) | |
Hijos | Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia | |
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Firma | ||
En febrero de 1567, la residencia de su consorte fue destruida por una explosión y Enrique fue encontrado asesinado en el jardín. Se pensó que James Hepburn había orquestado el asesinato, pero fue absuelto de los cargos en abril de 1567 y, al mes siguiente, se unió en matrimonio con la viuda.
Después de una sublevación contra ella, fue encerrada en el castillo de Lochleven. El 24 de julio de 1567 la forzaron a abdicar a favor de su hijo de un año de edad. Tras un intento fallido de recuperar el trono, huyó hacia Inglaterra en busca de la protección de su prima Isabel I,[6][7][8][lower-roman 4] reina de Inglaterra. Antes de llegar a Inglaterra, María ya había reclamado derechos al trono inglés y muchos católicos ingleses la consideraban la legítima soberana, entre ellos los participantes en una rebelión conocida como el Levantamiento del Norte. Al percibirla como una amenaza, Isabel I la confinó en varios castillos y palacios señoriales en el interior del país. Después de dieciocho años y medio bajo custodia, María fue declarada culpable de conspirar para asesinar a la reina inglesa en 1586. Fue decapitada al año siguiente en el castillo de Fotheringhay.
María nació el 8 de diciembre de 1542 en el palacio de Linlithgow (Escocia). Era hija del rey escocés Jacobo V y su segunda esposa francesa, María de Guisa, que unos años antes había provocado un escándalo por su negativa a convertirse en la cuarta esposa del soberano inglés Enrique VIII.[11] Según algunas fuentes, nació prematuramente. Era la única hija legítima del rey.[12] María era sobrina nieta de Enrique VIII, ya que su abuela paterna Margarita Tudor era hermana de él. El 14 de diciembre, seis días después de su nacimiento, fue proclamada reina de Escocia, tras la muerte de su padre, probablemente por los efectos de un colapso nervioso después de la batalla de Solway Moss[13] o por beber agua sucia durante la campaña.[14]
Una leyenda popular, registrada por primera vez por John Knox, afirma que Jacobo V, al oír en su lecho de muerte que su esposa había dado a luz a una hija, exclamó con tristeza: «¡Vino de una muchacha y acabará en una muchacha!» (It cam wi' a lass and it will gang wi' a lass!).[lower-roman 5] La casa de Estuardo había obtenido el trono escocés por el matrimonio de Marjorie Bruce —hija de Roberto I Bruce— con Walter Stewart, VI gran senescal de Escocia. Por ello, Jacobo V se refería a que la Corona había llegado a la familia a través de una mujer y la perdería por una mujer. Esta declaración legendaria surgió en realidad mucho más tarde, no por María, sino de una de sus descendientes, la reina Ana.[16][lower-roman 6]
María fue bautizada en la cercana iglesia de St. Michael poco después de nacer.[19] Se esparcieron rumores de que era débil y frágil,[20] pero un diplomático inglés, Ralph Sadler, vio a la bebé en el palacio de Linlithgow en marzo de 1543, desenvuelta por su enfermera, y escribió al rey Enrique VIII: «es tan hermosa la niña tal como la he visto para su edad y cuánto le gusta vivir».[21] Debido a su minoría de edad, Escocia fue gobernada por regentes hasta que alcanzara la adultez. Desde el principio, hubo dos reclamaciones a la regencia: una del cardenal católico David Beaton y otra del protestante James Hamilton, II conde de Arran, el segundo en la línea de sucesión al trono escocés. La reclamación de Beaton se basaba en una versión de la última voluntad del rey, pero que sus oponentes descartaron como una falsificación.[22][lower-roman 7] Con el apoyo de sus amigos y familiares, el conde de Arran ocupó la regencia hasta 1554, cuando la reina madre logró destituirlo y tomar el poder.[25]
Enrique VIII de Inglaterra aprovechó la regencia para proponer el matrimonio entre su hijo y heredero Eduardo y María, con la esperanza de una unión de Escocia e Inglaterra. El 1 de julio de 1543, cuando ella tenía seis meses, se firmó el Tratado de Greenwich,[26] que estipulaba que, a la edad de diez años, se casaría con Eduardo y se trasladaría a Inglaterra, donde Enrique VIII podría supervisar su educación.[27] También se establecía que los dos países permanecerían legalmente separados y que si la pareja no tenía hijos la unión temporal se disolvería.[28] Sin embargo, el cardenal Beaton volvió al poder nuevamente y comenzó a impulsar una agenda procatólica y profrancesa, lo que enfureció a Enrique VIII, quien quería romper la alianza escocesa con Francia.[29] Beaton quería llevarla al fortificado castillo de Stirling, pero el regente Arran se opuso al traslado, aunque accedió cuando los partidarios armados de Beaton se reunieron en Linlithgow.[30] El conde de Lennox escoltó a María y su madre a Stirling el 27 de julio de 1543 con 3500 hombres armados.[31] Fue coronada en la capilla del castillo el 9 de septiembre de 1543,[32] con «la solemnidad que se acostumbra en este país, no es muy costosa», según el reporte de Ralph Sadler y Henry Ray.[33]
Poco antes de la coronación, fueron arrestados por Enrique VIII los comerciantes escoceses que se dirigían a Francia y sus bienes fueron confiscados. Las aprehensiones causaron ira en Escocia y motivaron al conde de Arran a aliarse con Beaton y convertirse al catolicismo.[34] El Tratado de Greenwich fue anulado por el Parlamento de Escocia en diciembre.[35] La supresión del acuerdo de matrimonio y la renovación de la Auld Alliance entre Francia y Escocia impulsaron el «cortejo a la inglesa» por Enrique VIII, una campaña militar diseñada para imponer el enlace de su hijo con María. Las fuerzas inglesas montaron una serie de redadas en territorio escocés y francés.[36] En mayo de 1544, el conde de Hertford, futuro duque de Somerset, llegó al fiordo de Forth con la esperanza de tomar Edimburgo y secuestrar a María, pero la reina madre escondió a la niña en las cámaras secretas del castillo de Stirling.[37] En mayo de 1546, Beaton fue asesinado por lairds (terratenientes) protestantes[38] y, el 10 de septiembre de 1547, nueve meses después de la muerte de Enrique VIII, los escoceses sufrieron una dura derrota en la batalla de Pinkie Cleugh, en lo que se conoció como «Sábado Negro» (Black Saturday). Los guardianes de María, temerosos por su seguridad, la enviaron al priorato de Inchmahome por alrededor de tres semanas y recurrieron a los franceses solicitando ayuda.[39]
Enrique II de Francia propuso la unión de Francia y Escocia con la boda entre la joven reina y su hijo de tres años, el delfín Francisco. A María de Guisa le pareció la única solución razonable para resolver la situación. Con la promesa de ayuda militar y el título de duque en Francia, el conde de Arran acordó el compromiso.[40] En febrero de 1548, al enterarse de que los ingleses estaban de regreso, María fue trasladada, nuevamente por seguridad, al castillo de Dumbarton.[41] Los ingleses dejaron a su paso una estela de devastación y se apoderaron de la ciudad de Haddington. En junio, la muy esperada ayuda francesa arribó a Leith para sitiar y finalmente retomar Haddington. El 7 de julio, una asamblea escocesa celebrada en un convento cercano a la ciudad aprobó el Tratado de Haddington con Francia.[42]
Con el acuerdo matrimonial en vigor, María, de cinco años, fue enviada a Francia para pasar los siguientes trece años en la corte de los Valois, donde sus parientes, los Guisa, controlaron la política francesa durante un tiempo. La flota enviada por Enrique II y comandada por Nicolas Durand de Villegagnon navegó con ella desde Dumbarton el 7 de agosto de 1548 y arribó una semana —o más tarde— a Roscoff (o Saint-Pol-de-Léon) en Bretaña.[43][lower-roman 8] Estuvo acompañada por su propia corte, entre ellos dos hermanastros ilegítimos y las «cuatro Marías» —cuatro niñas de su misma edad, con el mismo nombre e hijas de algunas de las familias más nobles de Escocia: Beaton, Seton, Fleming y Livingston—.[46] Janet Estuardo, madre de Mary Fleming y media hermana de Jacobo V, fue nombrada institutriz.[47]
María, a quien las fuentes históricas de la época la describen como una niña vivaz, hermosa, dotada de un carácter amable e inteligente, tuvo una infancia prometedora.[48] En la corte francesa era la favorita de todos, excepto por la esposa de Enrique II, Catalina de Médici.[49][lower-roman 9] Recibió la mejor educación posible: aprendió a tocar el laúd y el virginal, se cultivó en prosa, poesía, equitación, cetrería y costura, y se educó en francés, italiano, latín, español y griego, aparte de hablar su nativo escocés.[52] Su futura cuñada, Isabel de Valois, era su amiga íntima, de quien «retenía recuerdos nostálgicos en su vida posterior».[53] Su abuela materna, Antonieta de Borbón-Vendôme, tuvo una importante influencia en su infancia[54] y fue una de sus principales asesores.[55]
Su belleza era alabada por muchos de sus contemporáneos y su complexión física tenía el porte solemne que se apreciaba en una soberana. Sus retratos muestran que tenía una cabeza pequeña y ovalada, un cuello largo y grácil, cabello rubio ceniciento en la infancia que se oscureció en la madurez hasta alcanzar un color bermejo, ojos de color marrón avellana, párpados gruesos y bajos, cejas finamente arqueadas, piel suave y pálida, frente alta y regular con características firmes.[56] En algún momento de su infancia o niñez contrajo viruela, que no le dejó marcas visibles en su físico al tratarse con un ungüento especial;[57] sin embargo, Isabel I describió su tez desfigurada por la enfermedad.[58] Era elocuente y con una talla particularmente alta según los estándares del siglo XVI, ya que alcanzó una altura adulta de 5 pies y 11 pulgadas (1.80 m),[59] mientras que el hijo y heredero de Enrique II, Francisco, tartamudeaba y era anormalmente bajo de estatura. El rey francés comentó: «desde el primer día que se conocieron, mi hijo y ella se entendieron tan bien como si se conocieran desde hace mucho tiempo».[60] El 4 de abril de 1558, María firmó un acuerdo secreto en el que legaba Escocia y su reclamación de Inglaterra a la Corona francesa si ella moría sin descendencia.[61] Veinte días más tarde, se casó en la catedral de Notre-Dame de París con el delfín de Francia, quien además fue proclamado rey de Escocia iure uxoris.[62][63][64][lower-roman 10]
En noviembre de 1558 murió la hija mayor de Enrique VIII, María I, la última reina católica de Inglaterra, y fue sucedida por su media hermana Isabel I. Según la línea genealógica, la reina de Escocia era la segunda en la sucesión del trono inglés después de su prima Isabel. Los derechos reclamados se remontaban a los hermanos Enrique VIII y Margarita Tudor (abuela paterna de María). Margarita estuvo casada con Jacobo IV de Escocia, padre de Jacobo V y abuelo de María. Sin embargo, dado que Isabel I era considerada ilegítima por muchos católicos en Europa —de hecho, su propio padre la había sacado de la línea de sucesión al anular su matrimonio con Ana Bolena—,[67] Enrique II de Francia proclamó a su hijo mayor y nuera reyes de Inglaterra; en Francia, las armas reales de Inglaterra fueron acuarteladas en los escudos de Francisco y María.[68] En Inglaterra, de acuerdo a la tercera Ley de Sucesión, aprobada en 1543 por el Parlamento, Isabel fue reconocida como heredera de su media hermana, ya que la última voluntad y testamento de Enrique VIII había excluido a los Estuardo de la sucesión.[69]
La reclamación del trono inglés fue un permanente punto de fricción entre las reinas de Escocia e Inglaterra.[70] Cuando Enrique II murió el 10 de julio de 1559, debido a lesiones sufridas en una justa, Francisco (de 15 años) y María (de 17) fueron declarados reyes de Francia.[71] Dos de los tíos de la reina —el duque de Guisa y el cardenal de Lorena— dominaban entonces la política francesa[72] y disfrutaban de un poder denominado por algunos historiadores como la tyrannie Guisienne.[73]
En Escocia, el poder de los protestantes Lores de la Congregación crecía a expensas de la madre de María, quien retenía el control efectivo mediante el uso de tropas francesas.[74] Los lores protestantes invitaron a las tropas inglesas a Escocia en un intento de asegurar su religión. En marzo de 1560, una sublevación hugonote en Francia —la conjura de Amboise— imposibilitó que los franceses enviaran más apoyo.[75] Los cincuenta y dos conspiradores de Amboise fueron ejecutados públicamente y ante Francisco II, su madre Catalina, su hermano Carlos y María, quien fue la única que se horrorizó, pero fue reprendida por su suegra, que le recordó que «una reina no debía sentir emociones».[76] Los Guisa enviaron embajadores para negociar un acuerdo.[77] El 11 de junio de 1560, murió la madre de María y el problema de las futuras relaciones francoescocesas era apremiante. De acuerdo a los términos del Tratado de Edimburgo, firmado por representantes de María el 6 de julio de 1560, Francia e Inglaterra se comprometieron a retirar sus tropas en Escocia, mientras que el rey francés reconoció el derecho de Isabel I a gobernar Inglaterra. La delicada situación política y religiosa en Francia no permitía otras soluciones, pero Francisco II y María —aún dolida por la muerte de su madre— se negaron a ratificar oficialmente el tratado.[78]
El 5 de diciembre de 1560, a los dos años de matrimonio, Francisco II murió de una infección del oído medio que derivó en un absceso cerebral. Su viuda, de dieciocho años, estaba acongojada, pasó a vestir de blanco de luto y vivió en soledad el duelo de cuarenta días; luego se trasladó a Lorena con sus tíos.[81] Catalina de Médici, ya regente del hermano de diez años del fallecido rey, Carlos IX, creía que dos reinas viudas eran demasiadas y, cuando los Estuardo regresaron a la corte, le ordenó regresar a Escocia para arreglar la grave crisis que se estaba gestando en su país.[82] De hecho, el Parlamento escocés, sin el consentimiento real, había ratificado la modificación de la religión estatal, que pasó de católica a protestante.[83] La reina se negó a respaldar las leyes aprobadas por el Parlamento y la nueva Iglesia existía en un estado de inseguridad jurídica.[84]
María partió a Escocia nueve meses después y arribó a Leith el 19 de agosto de 1561.[85] Al haber vivido en Francia desde los cinco años tenía poca experiencia con la peligrosa y compleja situación política en Escocia; si no contaba con el apoyo de su prima Isabel I, tendría que capitular rápidamente.[86] Devota católica, era tratada con sospecha por muchos de sus súbditos, así como por la reina de Inglaterra.[87] Escocia estaba dividida entre facciones católicas y protestantes. El medio hermano ilegítimo de María, el conde de Moray, era uno de los líderes protestantes.[88] El reformador protestante John Knox predicaba duramente contra ella y la condenaba por ir a misa, danzar y usar ropa muy elaborada, entre muchos otros «pecados».[89][90] Knox fue convocado por la reina para objetar contra sus maldiciones, pero no se presentó; más tarde, lo acusó de traición, aunque fue absuelto y puesto en libertad.[91]
Para decepción del bando católico, la reina toleró la supremacía protestante recientemente establecida[92] y mantuvo a su medio hermano, el conde de Moray, como su principal consejero.[93] Su consejo privado de dieciséis hombres —nombrado el 6 de septiembre de 1561— ratificó en sus cargos de Estado a los que ya los ocupaban y se mantuvo dominado por los líderes protestantes de la crisis de reforma de 1559-1560: los condes de Argyll, Glencairn y Moray. Solo cuatro de los consejeros eran católicos: los condes de Atholl, Erroll, Montrose y Huntly, quien además era lord canciller.[lower-roman 11] La historiadora moderna Jenny Wormald encontró esto excepcional y sugirió que el fracaso de la reina de no poder nombrar un consejo real que simpatizara con los intereses católicos y franceses indicaba que su objetivo primordial era el trono inglés en detrimento de los asuntos internos escoceses. Además, la única incorporación posterior significativa al concilio, lord Ruthven, en diciembre de 1563, era otro protestante que personalmente le desagradaba.[95] Con esto, reconocía su falta de poder militar ante los lores protestantes, al tiempo que seguía una política que fortalecía sus vínculos con Inglaterra. En 1562, se alió con lord Moray en la expulsión del principal magnate católico de Escocia, lord Huntly, quien encabezó una rebelión en las Tierras Altas contra ella.[96]
Envió a William Maitland de Lethington como embajador ante la corte inglesa para presentar su caso de presunta heredera del trono. Isabel I rehusó nombrar un posible heredero, ya que temía que al hacerlo estimularía una conspiración para desplazarla con el sucesor designado: «conozco la inconstancia del pueblo de Inglaterra, sé que siempre les disgusta el gobierno actual y tienen los ojos puestos en la siguiente persona en la línea de sucesión».[97] Sin embargo, Isabel I aseguró a Maitland que, entre los posibles herederos, su sobrina era su favorita y la que tenía más derechos legítimos.[98] A finales de 1561 y principios de 1562, se hicieron arreglos para que las dos reinas se reunieran en Inglaterra, probablemente en York o Nottingham, en agosto o septiembre de 1562, pero en julio Isabel I envió a Henry Sidney a cancelar los planes debido a la guerra civil en Francia.[99]
María se concentró en encontrar un nuevo esposo proveniente de la realeza de Europa que le garantizara una alianza política útil. Sin pedir su consentimiento, el cardenal de Lorena, su tío, inició negociaciones con el archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Fernando I. Sin embargo, María no vio ninguna ventaja en esa unión y tuvo un altercado con su tío, por haberla involucrado demasiado en otros acuerdos políticos.[100] Su propio intento de convenir un matrimonio con Carlos, el heredero mentalmente inestable de Felipe II de España, fue rechazado por este último.[101]
En un intento por neutralizarla, Isabel I le sugirió que se casara con el protestante inglés Robert Dudley, conde de Leicester —cuñado de Henry Sidney y favorito o amante, según algunas fuentes, de la reina inglesa—, en quien confiaba y creía que podía controlar.[102] Además, con Dudley, un protestante, tal unión habría resuelto satisfactoriamente el doble problema de la reina inglesa. Envió un embajador —Thomas Randolph— a Escocia para proponer el compromiso de su sobrina con dicho noble inglés y que si ella aceptaba Isabel I «procedería a la inquisición de su derecho y título para ser nuestra futura prima y heredera».[103] La propuesta quedó en nada, sobre todo porque Dudley no estaba dispuesto.[104]
Por otro lado, un poeta francés en la corte de María, Pierre de Boscosel de Chastelard, aparentemente estaba enamorado de ella.[105] A principios de 1563, fue descubierto en un registro de seguridad escondido bajo la cama de la reina. Por lo visto planeaba sorprenderla cuando estuviese sola y declararle su amor. María estaba horrorizada y lo desterró del reino, pero él ignoró el edicto y, dos días después, se abrió paso a la fuerza en su habitación cuando ella estaba a punto de desnudarse. La reina reaccionó con furia y miedo y, cuando Moray entró corriendo a la habitación ante los gritos de socorro, exclamó: «¡apuñala con tu daga al villano!»; Moray no accedió, ya que Chastelard ya había sido reducido. El poeta fue juzgado por traición y decapitado.[106] Maitland afirmó que la pasión de Chastelard era fingida y que él era parte de un complot hugonote para desacreditar a la reina y empañar su reputación.[107]
En febrero de 1561, conoció brevemente a su primo hermano nacido en Inglaterra, Enrique Estuardo, lord Darnley, cuando estaba de luto por Francisco II. Los padres de Darnley —el conde y la condesa de Lennox— eran aristócratas escoceses y terratenientes ingleses que habían enviado su hijo a Francia para expresar sus condolencias, a la espera de una posible unión entre su hijo con la reina escocesa.[108] Tanto María como Darnley eran nietos de Margarita Tudor —hermana de Enrique VIII de Inglaterra— y descendientes patrilineales de los grandes senescales del país. Darnley era parte de un linaje más reciente de los Estuardo con la familia Hamilton, descendiente de María Estuardo, condesa de Arran e hija del rey Jacobo II. Más adelante, se encontraron el sábado 17 de febrero de 1565 en el castillo de Wemyss en Escocia,[109] en donde posteriormente María se enamoró del «muchacho alto»[110] —Isabel I mencionó que él medía más de seis pies o aproximadamente 1.80 m—.[111] Se casaron en el palacio de Holyrood el 29 de julio de 1565, pero, aunque ambos eran católicos, no se había obtenido previamente la dispensa papal necesaria para el matrimonio entre primos hermanos.[112] La Santa Sede recién el 25 de septiembre otorgaría la dispensa, validando así el matrimonio entre María y Darnley.[113]
Los estadistas ingleses William Cecil y el conde de Leicester habían trabajado para obtener la licencia de Darnley para viajar a Escocia desde su residencia en Inglaterra.[114] Aunque sus consejeros habían reunido a la pareja, Isabel I se sentía amenazada por el matrimonio, ya que, al ser descendientes de su tía, tanto María como Darnley reclamaban el trono inglés[115] y sus hijos, si los hubiera, heredarían dicha pretensión.[116] No obstante, la insistencia de María con este matrimonio parece haber surgido del amor en lugar de la estrategia política. Sobre esto, el embajador inglés Nicholas Throckmorton declaró que «se dice que ella seguramente está embrujada»[117] y que además el enlace solo podía evitarse «con violencia».[118] La unión enfureció a Isabel I, quien consideraba que no debió haber tenido lugar sin su permiso, ya que Darnley era su primo y un súbdito inglés.[119]
El matrimonio de María con un líder católico llevó a su medio hermano, el conde de Moray, a unirse a una gran rebelión junto a otros lores protestantes —entre ellos, los lores Argyll y Glencairn—.[120] María partió de Edimburgo el 26 de agosto de 1565 para enfrentarse a ellos y, el 30 de ese mes, Moray entró en esa ciudad, pero poco después abandonó el castillo; la reina regresó al mes siguiente para reunir más tropas.[121] En lo que se conoció como la incursión de Chaseabout, María y sus fuerzas y Moray y los lores rebeldes merodearon por Escocia sin llegar al combate directo. Las tropas reales estaban impulsadas por la liberación y restauración del hijo de lord Huntly y el regreso de James Hepburn, conde de Bothwell, de su exilio en Francia.[122] Incapaz de reunir suficiente apoyo, Moray abandonó Escocia en octubre para solicitar asilo en Inglaterra.[123] María amplió su consejo privado con más católicos —el obispo de Ross John Lesley y el alcalde de Edimburgo Simon Preston de Craigmillar— y protestantes —el nuevo lord Huntly, el obispo de Galloway Alexander Gordon, John Maxwell de Terregles y James Balfour—.[124]
En poco tiempo, Darnley, descrito como físicamente atractivo, pero aburrido y violento, se volvió arrogante y exigió la llamada «corona matrimonial», lo que le habría hecho soberano con derechos sobre el trono si sobrevivía a su esposa.[125] María rechazó su solicitud y su relación con él se tensó, a pesar de que concibieron un hijo en octubre de 1565. En una ocasión, Darnley agredió físicamente a su esposa en un intento infructuoso de hacerla abortar. También estaba celoso de la amistad de María con su secretario privado católico, David Rizzio, de quien se rumoreaba era el padre del niño. Rizzio, un astuto y ambicioso músico de origen piamontés, se había vuelto el confidente más íntimo de la reina: las relaciones entre ambos eran tan estrechas que se empezó a rumorear que eran amantes.[126] El extraño vínculo despertó la acalorada hostilidad de los nobles protestantes derrotados en la incursión de Chaseabout y, en marzo de 1566, Darnley entró en una conspiración secreta con ellos.[127] El 9 de marzo, un grupo de confabuladores, acompañado por Darnley, asesinó a Rizzio ante la embarazada María en una cena en el palacio de Holyrood.[128] Dos días después, el desilusionado Darnley cambió de bando y la reina recibió a Moray en Holyrood.[129] En la noche del 11 al 12 de marzo, Darnley y María escaparon del palacio y se refugiaron temporalmente en el castillo de Dunbar antes de regresar a Edimburgo el 18 de marzo.[130] Tres de los conspiradores —los lores Moray, Argyll y Glencairn— fueron restaurados al consejo.[131]
El hijo de María y Darnley, Jacobo, nació el 19 de junio de 1566 en el castillo de Edimburgo, pero el asesinato de Rizzio condujo inevitablemente a la ruptura del matrimonio. Darnley era visto como un consorte y gobernante incapaz, hasta el punto de que su esposa lo privó gradualmente de toda responsabilidad real y conyugal.[132] En octubre de 1566, mientras se hospedaba en Jedburgh, en las marcas escocesas, la reina hacía largos viajes a caballo de al menos cuatro horas cada uno para visitar al conde de Bothwell en el castillo del Hermitage, donde yacía enfermo por las heridas sufridas en una escaramuza contra bandoleros en la frontera.[133] El viaje fue utilizado más tarde por sus enemigos como prueba de que ambos eran amantes, aunque no surgieron sospechas en el momento porque era acompañada por sus consejeros y guardias.[134] Inmediatamente después de regresar a Jedburgh, sufrió una enfermedad grave que incluía vómitos frecuentes, pérdida de la vista, pérdida del habla, convulsiones y lapsos de inconsciencia; se creía que estaba a punto de agonizar o morir. Su recuperación el 25 de octubre fue acreditada a la habilidad de sus médicos franceses.[135] La causa de su enfermedad era desconocida; los diagnósticos posibles fueron agotamiento físico y estrés mental,[136] una hemorragia debido a una úlcera gástrica[137] o porfiria.[138]
En el castillo de Craigmillar, cerca de Edimburgo, María y los principales nobles se reunieron para discutir el «problema de Darnley» a fines de noviembre de 1566.[139] Se barajó el divorcio, pero probablemente se acordó entre los lores presentes la eliminación de Darnley por otros medios:[140] «se pensó que era conveniente y más provechoso para el bien común [...] que un tonto tan joven y un tirano tan orgulloso no debería reinar o tener autoridad sobre ellos; [...] que [Darnley] debería desilusionarse de una manera u otra; y quienquiera que consiga la hazaña o la haga, debería defenderlos».[lower-roman 12][142] Darnley temía por su seguridad y, después del bautismo de su hijo en Stirling poco antes de Navidad, se dirigió a Glasgow para residir temporalmente en las propiedades de su padre.[143] Al comienzo del viaje, había padecido fiebre —oficialmente tenía viruela, pero es posible que padeciera sífilis o fuese el resultado de algún envenenamiento—[144] y permaneció enfermo durante algunas semanas.[145]
A finales de enero de 1567, María ordenó a su esposo regresar a Edimburgo. Se recuperó de su enfermedad en una casa perteneciente al hermano de James Balfour en la antigua abadía de Kirk o' Field, justo dentro de las murallas de la ciudad.[146] La reina lo visitaba a diario, de modo que parecía que progresaban hacia una reconciliación.[147] En la noche del 9 al 10 de febrero de 1567, fue a verlo a primera hora de la noche y luego asistió a las celebraciones de boda de un miembro de su familia, Bastian Pagez.[148] En las primeras horas de la mañana, una explosión devastó Kirk o' Field y Darnley fue encontrado muerto en el jardín, aparentemente sofocado.[149] No había marcas visibles de estrangulamiento o violencia en el cuerpo.[150][151][lower-roman 13] Este hecho, que debía ser la salvación de María, dañó gravemente su reputación, aunque aún se dudaba que estuviera al tanto del plan para asesinar a su marido.[153] También Bothwell, Moray, Maitland y el conde de Morton estaban entre los sospechosos.[154] La reina de Inglaterra envió una carta a su sobrina para tratar los rumores: «no cumpliría con el deber de una prima fiel o una amiga afectuosa si no [...] te dijera lo que todo el mundo está pensando. Los hombres cuentan que, en lugar de atrapar a los asesinos, estás mirando a través de tus dedos mientras escapan; que no buscarás vengarte sobre aquellos que te han hecho esto con tanto placer, como si el hecho nunca hubiera tenido lugar o que los que lo hicieron hubieran tenido asegurada la impunidad. Por mí, te ruego que creas que no estimaría tal pensamiento».[155]
A finales de febrero, los lores creían que Bothwell era culpable del asesinato de Darnley.[156] Lennox, padre de Darnley, exigió que Bothwell fuera enjuiciado ante los estamentos del Parlamento, a lo que María accedió, pero fue denegada la solicitud de Lennox de una prórroga para reunir pruebas. En ausencia de Lennox y sin evidencia presentada, Bothwell fue absuelto después de un juicio de siete horas el 12 de abril.[157] Una semana después, Bothwell logró convencer a más de dos docenas de lores y obispos de firmar el Ainslie Tavern Bond («vínculo de la taberna Ainslie»), en el que acordaron apoyar su objetivo de casarse con la reina.[158]
Entre el 21 y el 23 de abril de 1567, visitó por última vez a su hijo, de diez meses de edad, en Stirling. El 24 de abril, en su camino de regreso a Edimburgo, con su consentimiento o no, fue secuestrada por Bothwell y sus secuaces, quienes la llevaron al castillo de Dunbar, donde pudo haberla violado y, por tanto, de manera irreparable, consumado el matrimonio planeado en Ainslie, al que presuntamente ella también se había comprometido, según los ingleses.[159][lower-roman 14] El 6 de mayo, María y Bothwell regresaron a Edimburgo y, el 15 de mayo, en el palacio de Holyrood o la abadía de Holyrood, se casaron con los ritos protestantes.[162] Bothwell y su primera esposa, Jean Gordon, hermana de lord Huntly, se habían divorciado doce días antes.[163]
Originalmente, María pensaba que muchos nobles habían apoyado su matrimonio, pero las cosas pronto se salieron de control entre Bothwell —con el nuevo título de duque de Orkney— y sus antiguos compañeros, porque el matrimonio resultó ser muy impopular entre los escoceses. Los católicos consideraban ilícito el matrimonio, ya que no reconocían el divorcio de Bothwell ni la validez de la ceremonia protestante. Tanto los protestantes como los católicos se sorprendieron de que la reina se casara con el presunto asesino de su esposo.[164] La convivencia entre ellos era tempestuosa y María pronto se desanimó.[165] Veintiséis pares de escoceses, conocidos como los lores confederados, se sublevaron contra ella y Bothwell, y organizaron un ejército para destronarlos. Los reyes se enfrentaron a los lores en Carberry Hill el 15 de junio, pero no hubo batalla, ya que las tropas reales desertaron durante las negociaciones, y porque María accedió a entregarse a los lores con la condición de que la restituyeran en el trono y dejaran ir a su esposo.[166] Bothwell recibió un salvoconducto a través de la campiña y los lores escoltaron a María a Edimburgo, donde multitudes de espectadores la abuchearon como una adúltera y asesina.[167] Los lores rompieron su promesa y, en la noche siguiente, María fue encerrada en el castillo de Lochleven en una isla del lago Leven.[168] Entre el 20 y el 23 de julio, María tuvo un aborto espontáneo de gemelos.[169] El 24 de julio se vio obligada a abdicar en favor de su hijo de un año de edad, quien ascendió al trono con el nombre de Jacobo VI;[170] el conde de Moray fue nombrado regente.[171] Bothwell fue enviado al exilio en Dinamarca, donde estuvo en prisión, enloqueció y falleció en 1578.[172]