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Sol Invictus

deidad solar romana De Wikipedia, la enciclopedia libre

Sol Invictus
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Sol Invictus («Sol invicto» o «inconquistado») fue el dios solar oficial del Imperio romano tardío y una manifestación posterior —o, según algunas interpretaciones, un sustituto— del antiguo dios latino Sol. El emperador Aureliano reactivó su culto en el año 274 d. C. y lo promovió como divinidad suprema del Imperio.[1][2] A partir de su reinado, Sol Invictus apareció con frecuencia en la numismática imperial, por lo general representado con una corona radiada y conduciendo un carro tirado por caballos a través del firmamento. Su preeminencia se mantuvo hasta que el emperador Constantino I legalizó el cristianismo y restringió las prácticas paganas.[n. 1] La última inscripción conocida que menciona a Sol Invictus data del año 387 d. C.,[5] aunque aún existían suficientes devotos en el siglo V como para que el teólogo cristiano Agustín de Hipona considerara necesario predicar contra ellos.[6][7]

Datos rápidos Otros nombres, Fiestas ...

En las últimas décadas, la comunidad académica se ha dividido entre una postura tradicional y un creciente enfoque revisionista en torno a la figura de Sol.[8] Desde la interpretación clásica, Sol Invictus habría sido el segundo de dos dioses solares distintos venerados en Roma. El primero, Sol Indiges —o simplemente Sol—, se considera una divinidad romana primitiva de escasa relevancia, cuyo culto habría decaído hacia el siglo I d. C. Sol Invictus, en cambio, se ha entendido como un dios solar de origen sirio, cuyo culto se introdujo en Roma durante el reinado de Heliogábalo, aunque sin éxito duradero. Aproximadamente medio siglo después, en el año 274 d. C., Aureliano instauró oficialmente el culto a Sol Invictus como religión estatal.[9] No existe consenso sobre la identidad concreta de esta divinidad oriental: algunos investigadores la han identificado con Elagabal, el dios celeste de Emesa,[10] mientras que otros han propuesto a Malakbel, venerado en Palmira.[11] La perspectiva revisionista, por el contrario, sostiene que en Roma existió un único culto solar continuo, vigente desde la monarquía hasta el final de la Antigüedad. Desde este enfoque, Sol Indiges y Sol Invictus no serían dioses distintos, sino expresiones históricas de una misma divinidad. En apoyo de esta tesis, se señala la existencia de al menos tres templos dedicados a Sol en la ciudad de Roma, todos ellos activos durante el periodo imperial y con orígenes que se remontan a la República temprana.[12][13][14]

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Invictus como epíteto

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Dedicatoria realizada por un sacerdote de Júpiter Dolichenus en nombre del bienestar (salus) de los emperadores, a Sol Invictus y al Genio de la unidad militar equites singulares Augusti.[15]

Invictus («invencible», «inconquistado») fue un epíteto aplicado a diversas divinidades romanas, entre ellas Júpiter, Marte, Hércules, Apolo y Silvano.[8]:124 Su uso está documentado desde el siglo III a. C.[16] El culto romano a Sol, por su parte, se mantuvo de forma continua desde «los orígenes más tempranos» de la ciudad hasta la instauración del cristianismo como religión oficial del Estado. Algunos estudiosos han considerado tradicionalmente a Sol Indiges y a Sol Invictus como deidades distintas; sin embargo, el rechazo de esta interpretación por parte de S. E. Hijmans ha ido ganando respaldo académico.[n. 2]

Una inscripción del año 102 d. C. consigna la restauración de un pórtico dedicado a Sol en la zona de la actual Trastévere, llevada a cabo por un tal Gayo Julio Aniceto.[17] Aunque es posible que el dedicante aludiera a su propio cognomen —la forma latinizada del equivalente griego de Invictus, Ἀνίκητος (Anikētos, romanizado como Anicetus)—,[18] la inscripción fechada más antigua que emplea Invictus como epíteto explícito de Sol data del año 158 d. C.[n. 3] Otra inscripción, atribuida por criterios estilísticos al siglo II, aparece grabada en una phalera romana —un disco ornamental— y reza: INVENTORI LUCIS SOLI INVICTO AUGUSTO («Al Sol invencible, creador de la luz, Augusto»).[22] El término Augustus funcionaba como epíteto habitual para vincular a las divinidades con el culto imperial.[23] Sol Invictus desempeñó asimismo un papel destacado en los misterios mitraicos, donde fue identificado con Mitra.[24][25][26] No obstante, la relación entre este Sol Invictus de carácter mitraico y el culto público homónimo sigue siendo incierta y, quizá, inexistente.[26]:203 

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Historia

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Heliogábalo

Según la Historia Augusta, Heliogábalo, el joven heredero de la dinastía Severa, adoptó el nombre de su divinidad tutelar y trasladó su imagen de culto desde Emesa hasta Roma. Una vez proclamado emperador, relegó a las deidades tradicionales del Estado romano y promovió la suya propia como la más poderosa del panteón oficial. Este intento de reforma religiosa concluyó con su asesinato en el año 222. La Historia Augusta identifica explícitamente a la divinidad de Heliogábalo con Júpiter y con Sol, al afirmar: fuit autem Heliogabali vel Iovis vel Solis sacerdos («fue sacerdote de Heliogábalo, o de Júpiter, o de Sol»).[27] Aunque esta política religiosa se ha interpretado a menudo como un intento de importar a Roma un dios solar sirio,[10] lo cierto es que el culto romano a Sol ya estaba firmemente establecido en la ciudad al menos desde los primeros tiempos de la República.[8][13][28][14][29]

Aureliano

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Disco imperial romano de plata repujada de Sol Invictus (siglo III), hallado en Pesinunte (Museo Británico).

La gens Aurelia mantuvo una estrecha vinculación con el culto a Sol.[30] Tras sus victorias en Oriente, el emperador Aureliano emprendió una profunda reforma del culto solar romano y elevó al dios Sol a la categoría de una de las principales divinidades del Imperio. Hasta entonces, los sacerdotes de Sol habían ostentado simplemente el título de sacerdotes y solían proceder de estratos relativamente modestos de la sociedad romana.[31] A partir de la reforma, pasaron a ser pontifices e integraron un nuevo colegio sacerdotal instituido por el propio Aureliano. Todos los pontifices de Sol pertenecían a la élite senatorial, lo que indica que el sacerdocio solar adquirió un prestigio considerable. No obstante, la mayoría de estos senadores ejercía también otros sacerdocios, y en varias inscripciones estos cargos aparecen mencionados con prioridad, lo que sugiere que se los consideraba más honoríficos que el sacerdocio de Sol.[35] Aureliano ordenó asimismo la construcción de un nuevo templo dedicado a Sol, consagrado el 25 de diciembre del año 274,[36] con lo que el número total de santuarios dedicados a esta divinidad en Roma ascendió, al menos, a cuatro.[n. 4] Además, instituyó unos juegos en honor del dios solar, que comenzaron a celebrarse de forma cuatrienal a partir de ese mismo año.

La identidad concreta del Sol Invictus promovido por Aureliano ha sido objeto de un prolongado debate historiográfico. A partir de la Historia Augusta, algunos autores han sostenido que se trataba de una adaptación del Sol Elagábalo (o Elagabla) de Emesa. Otros, basándose en el testimonio de Zósimo, han propuesto que el modelo fue Šams, el dios solar de Palmira, argumentando que Aureliano trasladó y consagró en el templo de Sol Invictus una estatua de culto del dios solar expoliada de aquella ciudad.[38] Forsythe revisa estas interpretaciones y añade una tercera hipótesis más reciente, desarrollada a partir de los trabajos de Steven Hijmans. Según este autor, la divinidad solar de Aureliano no fue una importación oriental concreta, sino simplemente el Sol Invictus grecorromano tradicional.[39]

Constantino

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Moneda del emperador Constantino I con la efigie de Sol Invictus y la leyenda SOLI INVICTO COMITI, c. 315

Los emperadores representaron con frecuencia a Sol Invictus en su acuñación oficial, acompañándolo de una amplia variedad de leyendas, aunque solo algunas incorporaban explícitamente el epíteto Invictus. Entre ellas destaca SOLI INVICTO COMITI, que proclamaba al «Sol invencible» como compañero del emperador, una fórmula utilizada con especial asiduidad durante el reinado de Constantino.[n. 5] Asimismo, pequeñas estatuillas de Sol Invictus, portadas por los signíferos, aparecen en tres escenas en relieve del Arco de Constantino. La moneda oficial constantiniana mantuvo la iconografía solar hasta los años 325–326. Un solidus y un medallón de oro de su reinado muestran incluso el busto del emperador de perfil emparejado (jugate) con Sol Invictus, acompañado de la leyenda INVICTUS CONSTANTINUS.[n. 6]

El 7 de marzo de 321,[n. 7] Constantino promulgó un edicto que estableció el dies Solis —el día del Sol, origen del actual «domingo»— como jornada oficial de descanso en el Imperio:

«En el venerable día del Sol, descansen los magistrados y el pueblo que habita en las ciudades, y cierren todos los talleres. En el campo, sin embargo, quienes se dedican a la agricultura pueden continuar libre y lícitamente sus labores, pues con frecuencia ocurre que otro día no resulta adecuado para la siembra del grano o la plantación de la vid; no sea que, por descuidar el momento oportuno, se pierda el beneficio concedido por el cielo».[43][44]

Por último, el arco triunfal de Constantino se emplazó de manera deliberada para alinearse con la estatua colosal de Sol situada junto al Coliseo, de modo que el dios solar dominara visualmente el conjunto cuando se accedía al monumento desde su aproximación principal.[45]

Sol y los posteriores emperadores romanos

Stephen Berrens analiza la evidencia numismática de la vinculación imperial con el culto solar. La figura de Sol aparece de forma esporádica en la moneda imperial durante los siglos I y II d. C., pero su presencia se vuelve mucho más frecuente a partir del reinado de Septimio Severo y se mantiene hasta los años 325–326. La leyenda SOL INVICTUS comienza a figurar en las monedas desde el año 261 d. C., es decir, con anterioridad al reinado de Aureliano.[n. 8][14]

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Reverso idéntico al de la moneda de Constantino I, pero con el emperador Licinio en la cabeza.
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Moneda del emperador Probo,c. 280, con Sol Invictus montado en una cuadriga, con la leyenda SOLI INVICTO, «al Sol Invicto»: el emperador (a la izquierda) lleva una corona solar radiada, que también lleva el dios en el anverso.
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Aureliano con su corona radiada, en una moneda de bronce plateada acuñada en Roma, 274-275.

Se ha planteado asimismo una relación entre la corona radiada imperial y el culto de Sol. Augusto fue representado póstumamente con corona radiada, al igual que varios emperadores en vida, desde Nerón (a partir del año 65 d. C.) hasta Constantino. Parte de la historiografía moderna interpreta esta corona radiada como un signo de asociación divina y solar, más que como un símbolo explícito del dios Sol. Bergmann la define como un pseudo-objeto, concebido para encubrir unas connotaciones divinas y solares que habrían resultado políticamente controvertidas.[46]: 116-117[47][48] No obstante, existe un consenso amplio en que las imágenes monetales de la corona radiada imperial se distinguen estilísticamente de la corona solar de rayos: la corona imperial se representa como un objeto material y tangible, no como una emanación simbólica de luz.[46]:116–117[48]

Por su parte, Hijmans sostiene que la corona radiada imperial deriva de la corona honorífica concedida a Augusto, quizá de manera póstuma, para conmemorar su victoria en la batalla de Accio. Señala que, a partir de entonces, los emperadores vivos fueron representados con corona radiada, mientras que los divi estatales no lo fueron. Según Hijmans, este hecho indica que la corona radiada de los emperadores en vida funcionaba como un vínculo simbólico con Augusto. Sus sucesores heredaron automáticamente —o adquirieron posteriormente— los mismos cargos y honores asociados a Octavio como «salvador de la República», atribuidos piadosamente a Apolo-Helios tras la victoria de Accio.

Finalmente, las coronas radiadas no fueron un atributo exclusivo de los emperadores: los vencedores de los Juegos Áctacos también recibían coronas de este tipo.[n. 9]

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Fiestas de Dies Natalis Solis Invicti y Saturnalia

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Según algunos investigadores, el emperador Aureliano instituyó en el año 274 d. C. la festividad del Dies Natalis Solis Invicti («nacimiento del Sol Invicto») el 25 de diciembre,[50] fecha que coincidía con el solsticio de invierno en el calendario romano.[51] En Roma, esta celebración anual incluía treinta carreras de carros.[51] El historiador Gary Forsythe señala que esta festividad habría constituido una adición bienvenida al período de las Saturnales (17–23 de diciembre), la temporada festiva más alegre de Roma desde época republicana, caracterizada por banquetes, celebraciones y el intercambio de regalos.[50] No obstante, existen antecedentes anteriores a Aureliano. El Calendario de Antíoco de Atenas, datado aproximadamente en el siglo II d. C., ya marcaba el 25 de diciembre como el «nacimiento del Sol», aunque no menciona la celebración de ningún festival religioso en esa fecha.[52][53] Asimismo, hacia el año 238 d. C., Censorino escribió en De Die Natali que el solsticio de invierno era el «nacimiento del Sol».[54]

La festividad del Natalis Invicti del 25 de diciembre aparece registrada en el Cronógrafo del año 354 (también conocido como Calendario de Filócalo). La mayoría de los historiadores coinciden en que esta sección del texto fue redactada en Roma en el año 336 d. C., y suelen interpretarla como una referencia al Natalis Solis Invicti.[50] Sin embargo, Steven Hijmans cuestiona esta identificación, ya que el término Sol no figura explícitamente en el nombre de la festividad y el número de carreras de carros mencionadas no es múltiplo de doce, a diferencia de otros festivales dedicados inequívocamente a Sol. Hijmans sostiene que no existe evidencia clara de una fiesta dedicada a Sol Invictus en el solsticio de invierno romano antes del reinado de Juliano, y pone en duda que dicha festividad haya sido instaurada por Aureliano.[55] En una línea similar, Martin Wallraff afirma que la evidencia a favor de esta celebración antes de mediados del siglo IV es limitada.[56][n. 10][59]

Aureliano también instituyó el Agon Solis, un certamen sagrado en honor a Sol que se celebraba cada cuatro años, según testimonia el Chronicon de San Jerónimo.[60] En el año 362 d. C., el emperador Juliano escribió en su Himno al rey Helios que el Agon Solis tenía lugar a finales de diciembre, entre el final de las Saturnales y el Año Nuevo.[60] Juliano indica que el festival estaba dedicado a Helios y al «Sol Invicto».[61] Por esta razón, la mayoría de los estudiosos sitúan esta celebración el 25 de diciembre y la asocian con el Natalis Solis Invicti.[62] En desacuerdo con esta interpretación, Hijmans argumenta que Juliano nunca afirma explícitamente que el Agon Solis se celebrara en esa fecha concreta y considera más probable que el emperador participara en un festival distinto dedicado a Sol durante el solsticio de invierno.[63]

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Legado

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Cristianismo

Una hipótesis ampliamente extendida sostiene que la Iglesia primitiva eligió el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo (Dies Natalis Christi) para apropiarse de la festividad del cumpleaños del Sol Invictus (Dies Natalis Solis Invicti), celebrado el mismo día.[51][64][65] El Calendario de Filócalo (c. 336 d. C. ) es el testimonio más antiguo que registra tanto el Natalis Invicti como el nacimiento de Cristo un 25 de diciembre. Sin embargo, el investigador Steven Hijmans señala que la evidencia más temprana e inequívoca de un festival del Sol Invictus en esa fecha data de tiempos del emperador Juliano, treinta años después, y sugiere que la fiesta pagana podría haber sido una reacción a la cristiana, y no al revés.[66]

La Iglesia primitiva vinculó a Jesús con el Sol, refiriéndose a él como el «verdadero Sol» (Sol verus)[67] o el «Sol de Justicia» (Sol Iustitiae) profetizado por Malaquías.[64] Un tratado cristiano del siglo IV, De solstitiis et aequinoctiis, asocia explícitamente su nacimiento con el «cumpleaños del sol» y el Sol Invictus:

«Nuestro Señor, asimismo, nace en el mes de diciembre... el octavo día antes de las calendas de enero [25 de diciembre]... Pero ellos [los paganos] lo llaman el "cumpleaños del Invicto" (Invictus). Mas, ¿quién es entonces tan invicto como nuestro Señor, que venció a la muerte que padeció? O si dicen que es el cumpleaños del sol, bien, Él mismo es el Sol de Justicia».[68][69][70]

En un sermón navideño de finales del siglo IV, Agustín de Hipona declaró:

«Celebremos... este día con la debida solemnidad; no, como quienes carecen de fe, a causa del Sol, sino por Aquel que hizo el Sol... Él, encarnado, está por encima de ese Sol que es adorado como un dios».[71]

Esta hipótesis también se recoge en una anotación de fecha incierta añadida a un manuscrito del obispo sirio del siglo XII Jacobo Bar-Salibi. El escriba anotó:

«Era costumbre de los paganos celebrar el mismo 25 de diciembre el cumpleaños del Sol, en el que encendían luces en señal de festividad. En estas solemnidades y festejos, también tomaban parte los cristianos. En consecuencia, cuando los doctores de la Iglesia percibieron que los cristianos se inclinaban hacia esta fiesta, tomaron consejo y resolvieron que la verdadera Natividad debía solemnizarse en ese día».[72]

Una hipótesis alternativa postula que la Navidad se calculó como nueve meses después de la fecha elegida para la concepción de Cristo (la Anunciación): el 25 de marzo, fecha romana del equinoccio de primavera. Esta idea fue propuesta por primera vez por el sacerdote e historiador francés Louis Duchesne en 1889[50]

Cabe señalar que la iconografía de Sol pudo haber sido apropiada por los cristianos. Un mosaico de alrededor del año 300 d. C. en la Tumba de los Julios, un sepulcro aparentemente cristiano de la Necrópolis vaticana, es generalmente interpretado como una representación de Jesús como Sol, Helios[73][74] o Apolo.[75] Steven Hijmans, sin embargo, sugiere que se trata simplemente de una representación de Sol, o de una figura que personifica al Sol.[76][77]

Judaísmo

Un mosaico de suelo en Hamat Tiberíades presenta a David representado como Helios, rodeado por un anillo con los signos del zodiaco.[78] Además de este ejemplo, figuras de Helios o Sol Invictus aparecen en varios de los escasos esquemas decorativos que se conservan de sinagogas de la Antigüedad Tardía, como las de Bet Alfa, Husefa (ambas en el actual Israel) y Naaran (en Cisjordania). En estos mosaicos, la figura se muestra con su característico halo radiado y, en ocasiones, sobre una cuadriga, ocupando el medallón central de una representación circular del zodiaco o de las estaciones. Estas combinaciones iconográficas «pudieron haber representado, para una comunidad judía agrícola, la perpetuación del ciclo anual del universo o... la parte central de un calendario».[79]:370,375 

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Véase también

Notas

  1. «Hasta la conversión de Constantino el Grande, el culto a DEUS SOL INVICTUS recibió el pleno apoyo de los emperadores: Las numerosas monedas que muestran al dios sol que estos emperadores acuñaron proporcionan evidencia oficial de esto».[3] y «la costumbre de representar a DEUS SOL INVICTUS en las monedas llegó a su fin en el año 323 d.C.»[4]
  2. Hijmans, 2009, Capítulo 1 (una reelaboración de Hijmans (1996)); Matern, 2002; Wallraff, 2001; y Berrens, 2004 siguen todos a Hijmans.
  3. SOLI INVICTO DEO / EX VOTO SUSCEPTO / ACCEPTA MISSIONE / HONESTA EX NUME/RO EQ(UITUM) SING(ULARIUM) AUG(USTI) P(UBLIUS) / AELIUS AMANDUS / D(E)D(ICAVIT) TERTULLO ET / SACERDOTI CO(N)S(ULIBUS)[19]
    Publio Elio Amando dedicó esto al dios Sol Invicto de acuerdo con el voto que había hecho, tras su licenciamiento honorable de la guardia ecuestre del emperador, durante el consulado de Tertulo y Sacerdote;
    véase[20][21]
  4. Los otros tres estaban en el Circo Máximo, en el Quirinal, y en Trastevere.[37]
  5. Un análisis exhaustivo de todas las monedas de sol y leyendas de sol por emperador, desde Septimio Severo hasta Constantino, puede encontrarse en Berrens (2004).[14]
  6. La medalla está ilustrada en Toynbee (1944);[40] el sólido está ilustrado en Maurice (n.d.)[41]
  7. El edicto civil del 7 de marzo de 321 d.C. fue expresamente emitido por Constantino para ordenar que "todos los jueces, municipios y todos los oficios del comercio descansen en el venerable día del sol".[42]
  8. Las monedas emitidas bajo Elagábalo no usan INVICTUS para el Sol romano, ni para la deidad solar emesana Elagábalo.[14]
  9. Hijmans, 2009, pp. 509–548. Un mosaico en el suelo de las Termas de la Porta Marina en Ostia representa una corona de victoria radiante sobre una mesa, así como un competidor victorioso vistiendo una.[49]
  10. «Una inscripción de interés único del reinado de Licinio establece la prescripción oficial para la celebración anual por su ejército de un festival de Sol Invictus el 19 de diciembre».[57] La inscripción[58] en realidad prescribe una ofrenda anual a Sol el 18 de noviembre (DIE XIV KAL(ENDIS) DECEMB(RIBUS), es decir, en el decimocuarto día antes de las Calendas de diciembre).
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Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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