El concesionario era dueño de la hacienda de San Rafael en Castilleja de la Cuesta, estaba empadronado como hidalgo en esta villa desde 1764, en virtud de real provisión,[18] y fue elegido su alcalde por el estado noble en 1776.[19] Poseyó una importante colección de pintura,[20] y se conserva un retrato suyo pintado en 1772 por un seguidor de Alonso Miguel de Tovar.[14] Su linaje gozaba en Flandes de patente de nobleza hereditaria desde 1614.[1][16][17]
Este título nobiliario es de sucesión regular, pues el concesionario murió sin haber fundado mayorazgo y tampoco lo hizo ninguno de sus sucesores.
En 1908 fue rehabilitado por el rey Alfonso XIII en favor de Eduardo Benjumea y Zayas, tataranieto del concesionario.[21] A partir de 1960 se entablaron reiterados pleitos de mejor derecho que provocaron tres saltos de línea en otras tantas sucesiones de la merced, hasta que en 1973 recayó en la actual marquesa.
Los marqueses de Monteflorido han sido hacendados, militares y políticos, y han tenido propiedades y residencias en Castilleja de la Cuesta, Arahal y Sevilla.
El genealogista y toponimistaJorge Valverde Fraikin cree que la denominación alude a alguna propiedad del concesionario en la provincia de Sevilla, aunque declara no haber podido localizarla.[5][9]