Isabel II del Reino Unido
reina del Reino Unido (1952-2022) De Wikipedia, la enciclopedia libre
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Isabel II del Reino Unido (Isabel Alejandra María; Mayfair, Londres, 21 de abril de 1926-Castillo de Balmoral, 8 de septiembre de 2022) fue reina del Reino Unido desde su ascenso al trono en febrero de 1952, hasta su muerte en septiembre de 2022, además de la soberana de los Estados independientes constituidos en reino que forman, o formaron, parte de la Mancomunidad de Naciones. Su reinado de más de siete décadas fue más duradero que el de cualquier otro monarca británico, el segundo más extenso de la historia por detrás de Luis XIV de Francia y el más largo verificado de una mujer.
Isabel II del Reino Unido | ||
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Reina del Reino Unido Soberana de los Reinos de la Mancomunidad de Naciones | ||
Isabel II en 2015 | ||
Reina del Reino Unido y de los otros Reinos de la Mancomunidad de Naciones | ||
6 de febrero de 1952-8 de septiembre de 2022 (70 años y 214 días) | ||
Predecesor | Jorge VI | |
Sucesor | Carlos III | |
Información personal | ||
Nombre completo | Elizabeth Alexandra Mary | |
Tratamiento | Su Majestad | |
Otros títulos | Véase Títulos | |
Coronación | 2 de junio de 1953 | |
Nacimiento |
21 de abril de 1926 Mayfair, Londres (Reino Unido) | |
Fallecimiento |
8 de septiembre de 2022 (96 años) Castillo de Balmoral, Aberdeenshire (Reino Unido) | |
Sepultura | Capilla conmemorativa del rey Jorge VI, capilla de San Jorge, castillo de Windsor | |
Himno real | God Save the Queen | |
Religión | Anglicanismo | |
Familia | ||
Casa real | Windsor | |
Padre | Jorge VI del Reino Unido | |
Madre | Isabel Bowes-Lyon | |
Consorte | Felipe de Edimburgo (matr. 1947; viu. 2021) | |
Hijos | ||
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Firma | ||
Fue la principal figura política de los cincuenta y cuatro países miembros de la Mancomunidad de Naciones. En su rol específico como monarca del Reino Unido fue, a su vez, la gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra.[1] Su papel político abarcó grandes áreas, tuvo funciones constitucionales significativas y actuó como foco de la unidad nacional de los británicos y como representante de su nación ante el mundo.[2]
Nació en Londres, siendo la hija mayor de los duques de York (más tarde, los reyes Jorge VI e Isabel) y fue educada en su casa a cargo de preceptores privados.[3] Su padre ascendió al trono en 1936 tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII.[4] Comenzó a llevar a cabo funciones públicas durante la Segunda Guerra Mundial,[5] al servir en el Servicio Territorial Auxiliar, la rama femenina del Ejército Británico de la época. Cuando su padre falleció en 1952, Isabel, con 25 años de edad, se convirtió en jefa de la Mancomunidad de Naciones y reina de los siete países independientes pertenecientes a la misma: Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán y Ceilán. La celebración de su coronación en 1953 fue la primera en ser televisada.[6] Entre 1956 y 2021, la mitad de sus reinos, entre ellos Sudáfrica, Pakistán, Ceilán (posteriormente llamado Sri Lanka) y Barbados, obtuvieron su independencia y se convirtieron en repúblicas.[7] Como reina, fue servida por más de 170 primeros ministros en todos sus reinos. Sus numerosas visitas y reuniones históricas incluyeron visitas de Estado a China en 1986, a Rusia en 1994 y a la República de Irlanda en 2011, y reuniones con cinco papas.
En 1947 contrajo matrimonio con Felipe Mountbatten, con quien tuvo cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo. En 1992, año que Isabel denominó annus horribilis («año horrible»),[8] Carlos y Andrés se separaron de sus esposas, Ana se divorció y un incendio grave destruyó parte del castillo de Windsor. Los rumores acerca de la situación matrimonial de Carlos y Diana, princesa de Gales, continuaron y ambos se divorciaron en 1996. Al año siguiente, Diana murió en un accidente automovilístico en París y los medios de comunicación criticaron a la familia real por mantenerse en reclusión durante los días previos a su funeral.[9] Pese a los ocasionales sentimientos de republicanismo existentes y las críticas a su familia, particularmente durante la década de 1990, el apoyo a la monarquía en el Reino Unido se mantuvo constantemente alto a lo largo de su vida, al igual que su popularidad personal.[10]
En 2007 se convirtió en la monarca más longeva en la historia británica al superar los 81 años de vida de su tatarabuela, la reina Victoria.[11] Con 70 años y 214 días fue la monarca con el reinado más largo en la historia británica —tras superar una vez más a la reina Victoria, quien reinó durante 63 años y 216 días—, y con el segundo más largo de la historia europea, tras los 72 años y 110 días de Luis XIV de Francia. Sus jubileos de Plata, Rubí, Oro, Diamante, Zafiro y Platino fueron celebrados en 1977, 1992, 2002, 2012, 2017 y 2022, respectivamente.[12]
Isabel murió el 8 de septiembre de 2022 en el castillo de Balmoral en Aberdeenshire, Escocia, con 96 años de edad, y fue sucedida en el trono por su hijo mayor, el rey Carlos III. Su funeral de Estado fue el 19 de septiembre de 2022, y fue el primero que se celebró en el Reino Unido desde el de Winston Churchill en 1965.
Isabel fue la primera hija del príncipe Alberto, duque de York (más tarde rey Jorge VI) y su esposa Isabel, duquesa de York (más tarde reina Isabel). Su padre era el segundo hijo del rey Jorge V y de la reina María, y su madre era la hija menor del aristócrata escocés Claude Bowes-Lyon, XIV conde de Strathmore y Kinghorne. Isabel nació por cesárea a las 2:40 GMT el 21 de abril de 1926 en la casa londinense de su abuelo materno en el número 17 de Bruton Street, Mayfair.[13][14] Luego, residió brevemente en una vivienda adquirida por sus padres poco después de su nacimiento en el número 145 de Piccadilly en Londres y en la residencia White Lodge en Parque Richmond.[15] El 29 de mayo de 1926, el arzobispo de York, Cosmo Lang, la bautizó bajo la religión anglicana en la capilla privada del palacio de Buckingham (destruida durante los bombardeos de Londres en la Segunda Guerra Mundial).[16][lower-alpha 1] Fue nombrada «Isabel» en honor a su madre, «Alexandra» por la madre de Jorge V (su bisabuela paterna), que había fallecido seis meses antes y «Mary» por su abuela paterna.[17] En la intimidad, era llamada «Lilibet».[18] Jorge V apreció mucho a su nieta y durante su grave enfermedad en 1929, sus visitas periódicas le elevaron el ánimo y le favorecieron en su recuperación, según acreditaron la prensa pública y sus biógrafos posteriores.[19]
Su única hermana fue la princesa Margarita, nacida en 1930. Ambas fueron educadas en su casa bajo supervisión de su madre y Marion Crawford, su institutriz, llamada informalmente «Crawfie».[3] Las clases se concentraban principalmente en historia, lenguaje, literatura y música.[20] Para consternación de la familia real,[21] Crawford más tarde publicó un libro biográfico sobre los primeros años de Isabel y Margarita titulado The Little Princesses. El libro describe el amor de Isabel por los caballos y los perros, su disciplina y su actitud de responsabilidad.[22] Otros hicieron eco de tales observaciones: Winston Churchill describió a Isabel cuando tenía dos años como «un personaje. Tiene un aire de autoridad y reflexión sorprendentes para un niño».[23] Su prima Margaret Rhodes la describió como «una niña alegre, pero, fundamentalmente, sensible y de buen comportamiento».[24]
Al ser nieta del monarca, su título completo al nacer era Su Alteza Real la princesa Isabel de York. Estaba tercera en la línea de sucesión al trono detrás de su tío, Eduardo, príncipe de Gales y de su padre, el duque Alberto de York. A pesar de que su nacimiento produjo interés público, no se esperaba que fuera reina al tener en cuenta que el príncipe de Gales era joven y por lo tanto, muchos creyeron que se casaría y tendría hijos.[25] En 1936, cuando su abuelo murió y Eduardo lo sucedió como rey, Isabel pasó a ocupar el segundo puesto en la línea de sucesión al trono después de su padre. Ese mismo año, Eduardo abdicó después de la crisis constitucional causada por su propuesta de matrimonio a Wallis Simpson, una divorciada estadounidense.[4] A pesar de que legalmente podía casarse, los ministros le recomendaron que no lo hiciera, ya que el pueblo jamás la aceptaría como reina; como monarca constitucional Eduardo estaba obligado a aceptar el consejo de los ministros. Jorge V había expresado sus opiniones acerca de su hijo mayor: «Ruego a Dios que mi hijo mayor nunca se case ni tenga hijos, para que nada se interponga entre Bertie y Lilibet y el trono».[26] Con la abdicación de Eduardo VIII, el padre de Isabel se convirtió en rey y ella en la heredera legal con el título de Su Alteza Real la princesa Isabel.[27]
Recibió clases particulares de historia constitucional por parte de Henry Marten, el rector del Colegio Eton,[28] y aprendió el idioma francés con la ayuda de varias institutrices.[29] El movimiento de escultismo Girl Guides, la primera compañía del palacio de Buckingham, se formó específicamente para que pudiera relacionarse con niñas de su edad.[30] Más tarde, se inscribió en la organización juvenil Sea Ranger.[29]
En 1939, sus padres realizaron una gira por Canadá y los Estados Unidos. Al igual que en 1927, cuando recorrieron Australia y Nueva Zelanda, Isabel permaneció en Gran Bretaña, ya que el rey pensó que era demasiado joven para efectuar visitas públicas.[31] Isabel «miraba llorosa» cuando sus padres se iban.[32] Se comunicaban por cartas regularmente y el 18 de mayo, Isabel y sus padres hicieron la primera llamada telefónica trasatlántica real.[31]
Desde septiembre de 1939, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Isabel y su hermana permanecieron en el castillo de Balmoral, Escocia, hasta la Navidad de 1939, cuando se mudaron a Sandringham House en Norfolk.[33] De febrero a mayo de 1940, residieron en Royal Lodge, hasta que fueron trasladadas al castillo de Windsor, donde permanecieron la mayor parte de los siguientes cinco años.[34] La sugerencia del destacado político lord Hailsham[35] de que las princesas fueran llevadas a Canadá fue rechazada por la madre de Isabel, quien declaró: «Las niñas no se irán sin mí. Yo no voy a dejar al rey. Y el rey nunca se irá».[36] En Windsor, las princesas realizaron pantomimas en Navidad en ayuda de la Queen's Wool Fund —el Fondo de Lana de la Reina—, que adquirió los hilados necesarios para confeccionar prendas militares.[37] En 1940, con catorce años, realizó su primera emisión de radio para el programa de la BBC Children's Hour, en el que declaró:[38]
Estamos tratando de hacer todo lo posible para ayudar a nuestros valientes marineros, soldados y pilotos, y también estamos tratando de llevar nuestra propia parte del peligro y la tristeza de la guerra. Sabemos, cada uno de nosotros, que al final todo estará bien.[38]
En 1943, a la edad de dieciséis años, realizó su primera aparición pública en solitario en una visita a la Guardia de Granaderos, de la que había sido nombrada coronel en jefe el año anterior.[39] A medida que se acercaba su 18.º cumpleaños, fueron modificadas las leyes para que pudiera actuar como uno de los cinco consejeros de Estado en el caso de incapacidad de su padre o por ausencia del mismo en el extranjero, como ocurrió cuando visitó Italia en julio de 1944.[5] En febrero de 1945, ingresó en el Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres como Second Subaltern (teniente segunda) honoraria con el número de servicio 230873.[40] Se formó como conductora y mecánica,[41] y fue promovida a Junior Commander (capitán) honoraria cinco meses después.[42]
Durante la guerra, se desarrollaron planes para sofocar al nacionalismo galés al afiliarse Isabel más estrechamente con Gales.[43] Los políticos galeses promovieron la propuesta de que se convirtiera en princesa de Gales en su 18.º cumpleaños. La idea fue apoyada por el ministro del Interior, Herbert Morrison, pero fue rechazada por el rey porque consideraba que era un título que pertenecía únicamente a la esposa del príncipe de Gales. Además, este último siempre había sido el heredero (por lo general, el hijo mayor del soberano) e Isabel era solo la heredera legal y podría ser reemplazada en la línea de sucesión si el rey tuviera un hijo.[44] En 1946, fue incluida en la comunidad galesa Gorsedd de Bardos en el Eisteddfod Nacional de Gales.[45]
En el final de la guerra, en el Día de la Victoria en Europa, Isabel y su hermana se dispersaron entre la multitud de forma anónima para celebrar en las calles de Londres. Más tarde, dijo en una entrevista: «Les preguntamos a nuestros padres si podíamos salir y ver [la celebración] por nuestra cuenta. Recuerdo que estábamos aterrorizadas de que fuéramos reconocidas... recuerdo las filas de personas desconocidas uniendo sus brazos y caminando por Whitehall, todos fuimos simplemente invadidos por una marea de felicidad y alivio».[46] Dos años más tarde, hizo su primera gira por el extranjero cuando acompañó a sus padres al sur de África. Durante el recorrido, en una emisión especial a la Mancomunidad de Naciones el día de su vigésimo primer cumpleaños, prometió: «Declaro ante ustedes que mi vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a nuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos».[47]
Conoció a su futuro esposo, el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, en 1934 y lo volvió a ver en 1937.[48] Después de otra reunión en el Britannia Royal Naval College en julio de 1939, —con tan solo trece años— se enamoró de Felipe, hijo de los príncipes Andrés de Grecia y Alicia de Battenberg, y comenzaron a comunicarse por cartas.[49] Se casaron el 20 de noviembre de 1947 en la abadía de Westminster. Ambos son sobrina y tío en tercer grado por parte del rey Christian IX de Dinamarca y primos terceros por parte de la reina Victoria. Antes del matrimonio, Felipe renunció a sus títulos griegos y daneses, se convirtió de la ortodoxia griega al anglicanismo y adoptó la denominación de teniente Felipe Mountbatten, tomando el apellido de la familia británica de su madre.[50] Justo antes de la boda, fue designado duque de Edimburgo y recibió el tratamiento de Su Alteza Real.[51]
El matrimonio no estuvo exento de polémicas: Felipe no poseía capacidad financiera, provenía del extranjero (a través de un súbdito británico) y tenía hermanas que se habían casado con nobles alemanes relacionados con los nazis.[52] Marion Crawford escribió: «Algunos de los consejeros del rey no lo creían suficientemente bueno para ella. Era un príncipe sin hogar ni reino...».[53] Si bien la madre de Isabel se opuso inicialmente a la relación,[54] más tarde le dijo al biógrafo Tim Heald que Felipe era un «caballero inglés».[55]
Recibieron 2500 regalos de boda provenientes de todo el mundo,[56] aunque Gran Bretaña aún no se había recuperado de la devastación de la guerra. Isabel, incluso, necesitó de cupones de racionamiento para adquirir los materiales para su vestido de novia, diseñado por el modisto Norman Hartnell[57] en satén de color marfil y decorado con hilo de plata, bordados de tul y 10 000 perlas blancas importadas directamente de América.[58] Su ramo de orquídeas blancas y de mirto, extraído del arbusto que había plantado la reina Victoria tras su boda, fue depositado en la tumba del soldado desconocido, acto que su madre había realizado también en 1923.[59] Tras la ceremonia religiosa, se ofreció una comida a los invitados en el palacio de Buckingham.[58]
En la Gran Bretaña de posguerra, no era aceptable que las relaciones alemanas de la familia del duque de Edimburgo fueran invitadas a la boda, incluyéndose a sus tres hermanas.[60] Una de las notables ausencias fue Eduardo, el antiguo rey, que no fue invitado, mientras que su hermana, la princesa María, se ausentó por problemas de salud. Ronald Storrs afirmó que no concurrió en protesta por la exclusión de su hermano.[61]
La ceremonia estuvo oficiada por el arzobispo de Canterbury y el de York.[62] Se contó con la presencia de ocho damas de honor, entre ellas la prima de Isabel, Margaret Rhodes. La boda tuvo más de 2000 invitados y la radio BBC transmitió en vivo la celebración. El primer ministro Winston Churchill definió el festejo como «un toque de color en el duro camino que debemos recorrer». Michael Parker, amigo y secretario privado de Felipe, declaró que «[Felipe] se aburría terriblemente con todas las obligaciones de la realeza, todos esos compromisos formales y apretones de manos... No era lo suyo».[63]
Isabel dio a luz a su primer hijo, el príncipe Carlos, el 14 de noviembre de 1948, menos de un mes después de que Jorge VI emitiera una patente real, la cual permitía a sus hijos utilizar el tratamiento y título de príncipe o princesa.[64] La pareja tuvo una hija en 1950, la princesa Ana.[65]
Después de la boda, la pareja real residió en Windlesham Moor cerca del castillo de Windsor, hasta el 4 de julio de 1949,[56] cuando se instalaron en Clarence House, en Londres. Durante repetidas ocasiones entre 1949 y 1951, el duque de Edimburgo fue destinado al protectorado británico de Malta como oficial de la Marina Real. Tanto él como su esposa, vivieron de forma intercalada, durante varios meses, en la aldea maltesa de Gwardamangia, en Villa Guardamangia y en la casa alquilada del tío de Felipe, lord Mountbatten. Sin embargo, sus hijos permanecieron en el Reino Unido.[66]
En diciembre de 1936 el rey Eduardo VIII del Reino Unido abdicó para poder contraer matrimonio con la divorciada plebeya Wallis Simpson de Estados Unidos, convirtiendo a su hermano menor Alberto en el nuevo monarca con el nombre de Jorge VI del Reino Unido y a su sobrina Isabel en princesa heredera. Desde entonces, joven, pero decidida, comenzó a configurar su imagen como futura reina. La salud de Jorge VI empeoró considerablemente durante 1951 (se le diagnosticó cáncer de pulmón en septiembre,[67] padeció una obstrucción arterial y se le practicó una resección pulmonar)[68] e Isabel pronto lo reemplazó en prácticamente todos los actos públicos. En octubre de ese año, realizó una gira por Canadá y visitó al presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman en Washington; en el viaje, su secretario privado, Martin Charteris, llevaba consigo la declaración de adhesión, en caso de que el rey muriera durante la gira.[69] A principios de 1952, Isabel y Felipe partieron para una gira por Australia, Nueva Zelanda y Kenia. El 6 de febrero de 1952, cuando apenas habían llegado a Sagana Lodge —su residencia en este último país— y tras pasar una noche en el hotel Treetops, recibieron la noticia de la muerte del rey.[70] Felipe fue el encargado de transmitirle el hecho a la nueva reina. Charteris le pidió que escogiera un nombre para desempeñar el cargo; optó por Isabel, «por supuesto», según declaró.[71] Fue proclamada reina y la comitiva real se apresuró para regresar al Reino Unido,[72] donde el matrimonio fue trasladado al palacio de Buckingham.[73]
Con la adhesión de Isabel, parecía probable que la casa real llevase el nombre de su marido. Lord Mountbatten pensó que se convertiría, a partir de entonces, en la Casa Mountbatten, ya que Isabel habría tomado el apellido de Felipe tras el matrimonio. Sin embargo, la reina María y el primer ministro británico Winston Churchill se manifestaron a favor de mantener el nombre de la Casa de Windsor. El duque, por su parte, se quejó: «soy el único hombre en el país al cual no se le permite dar su apellido a sus propios hijos».[74] En 1953, después de la muerte de la reina María el 24 de marzo de 1953 y la renuncia de Churchill en 1955, se adoptó el apellido Mountbatten-Windsor para Felipe y los descendientes masculinos de Isabel que no posean títulos reales.[75]
En medio de los preparativos para la coronación, la princesa Margarita informó a su hermana de que quería casarse con Peter Townsend, un plebeyo divorciado dieciséis años mayor que ella y con dos hijos de su anterior matrimonio. La reina les pidió que esperaran un año; en palabras de Martin Charteris, «la reina fue naturalmente simpática con la princesa, pero creo que ella pensó —más bien, esperó— que en un momento dado, el noviazgo terminara».[76] Los políticos de alto rango estaban en contra de la unión y la Iglesia de Inglaterra no permitía el matrimonio después del divorcio. Si Margarita contraía matrimonio civil, tenía que renunciar a su derecho de sucesión.[77] Finalmente, decidió abandonar sus planes con Townsend.[78] En 1960, se casó con Antony Armstrong-Jones, I conde de Snowdon. La pareja se divorció en 1978 y Margarita no volvió a casarse.[79]
A pesar del deceso de la reina María, diez semanas antes de la coronación, esta se celebró en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953. Antes de morir, la reina María había aclarado que en caso de su fallecimiento la coronación no debía posponerse. Toda la ceremonia, con excepción de la unción y la comunión, fue televisada por primera vez en la historia británica y la cobertura fue fundamental para impulsarle popularidad al medio; el número de licencias de televisión en el Reino Unido se duplicó a tres millones,[80] y más de veinte millones de espectadores vieron el evento en las casas de sus amigos o vecinos.[81] En América del Norte, poco menos de cien millones de espectadores vieron las transmisiones.[82] Isabel lució un vestido encargado a Norman Hartnell bordado, según sus instrucciones, con los emblemas florales de los países de la Mancomunidad de Naciones:[83] rosa Tudor inglesa, cardo escocés, puerro galés, shamrock irlandés, zarzo dorado australiano, hoja de arce canadiense, helecho plateado neozelandés, protea sudafricana, loto sagrado para India y Ceilán, y trigo, algodón y yute para Pakistán.[84] Fue la monarca que más tiempo ha reinado en la historia británica. Solo otros cinco reyes y reinas han reinado al Reino Unido durante más de cincuenta años: Victoria (sesenta y tres años), Jorge III (cincuenta y nueve años), Enrique III (cincuenta y seis años), Eduardo III (cincuenta años) y Jacobo I (cincuenta y ocho años).
A lo largo de su vida, fue testigo de la transformación progresiva del Imperio británico a la Mancomunidad de Naciones. En el momento de su ascensión al trono en 1952, su papel como jefe nominal de varios Estados independientes ya se encontraba establecido.[85] Entre 1953 y 1954, la reina y su marido se embarcaron en una gira de seis meses alrededor del mundo, convirtiéndose en la primera reina de Australia y Nueva Zelanda en visitar estos países.[86][87] Durante el recorrido, las multitudes que se acercaban eran inmensas; se calculó que tres cuartas partes de la población australiana observaron pasar a Isabel.[88] A lo largo de su reinado, ha realizado numerosas visitas de Estado a otros países, en especial a aquellos pertenecientes a la Mancomunidad de Naciones, lo que la llevó a ser la monarca que más ha viajado en la historia de Reino Unido.[89]
En 1956, el primer ministro francés Guy Mollet y el primer ministro británico Anthony Eden, debatieron sobre la posibilidad de incluir a Francia en la Mancomunidad de Naciones. La propuesta nunca fue aceptada, y al año siguiente Francia firmó los Tratados de Roma, que establecían la creación de la Comunidad Económica Europea, precursora de la Unión Europea.[90] En noviembre de 1956, Reino Unido y Francia invadieron Egipto en un intento fallido por recuperar el canal de Suez. La polémica se desató cuando lord Mountbatten declaró que la reina se opuso a la invasión, al tiempo que Eden negó tal afirmación y finalmente dimitió dos meses después.[91]
La ausencia de un mecanismo formal en el Partido Conservador para la elección de un líder significaba que, tras la dimisión de Eden, le correspondía a la reina decidir quiénes integrarían la comisión para formar el nuevo gobierno. Eden recomendó a Isabel que lo consultase con lord Salisbury (el lord presidente del Consejo). Lord Salisbury y lord Kilmuir (el lord canciller) consultaron al Gabinete, a Winston Churchill y a los legisladores del Consejo de Administración del Comité 1922; como resultado, Isabel nombró a su candidato recomendado: Harold Macmillan.[92]
En 1957, la crisis de Suez y la elección del sucesor de Eden llevaron a la primera gran crítica contra la reina. En una publicación editada y producida por lord Altrincham,[93] él la acusó de «haber perdido el contacto».[94] Altrincham fue denunciado por varias figuras públicas y agredido físicamente por un miembro del público enfadado por sus comentarios.[95] Seis años después en 1963, Macmillan dimitió y recomendó a la reina de designar como primer ministro al conde Home, consejo que siguió.[96] También sería otra vez el blanco de las críticas por el nombramiento del primer ministro con el asesoramiento de un pequeño grupo de ministros, o solo uno de ellos.[96] En 1965, los conservadores optaron por un mecanismo formal para la elección de un líder, lo que la eximió de participar.[97]
En 1957, Isabel realizó una visita de Estado en representación de la Mancomunidad de Naciones a los Estados Unidos, donde se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas. En la misma gira, inauguró la vigésimo tercera sesión parlamentaria de Canadá, convirtiéndose en el primer monarca de ese país en realizarlo.[98] Dos años más tarde, volvió a visitar Estados Unidos como representante de Canadá.[98][99] En 1961, realizó una gira por Chipre, India, Pakistán, Nepal e Irán.[100] Durante una visita a Ghana el mismo año, desestimó los temores acerca de su seguridad, a pesar de que el presidente Kwame Nkrumah, quien la había reemplazado como jefe de Estado, era un blanco para los asesinos.[101] Harold Macmillan escribió: «La reina siempre ha sido absolutamente decidida... Es impaciente con la actitud que toman hacia ella como si fuera... una estrella de cine... de verdad tiene "el corazón y el estómago de un hombre"... ama el deber y lo que significa el ser una reina».[101] En 1959, junto al presidente Dwight D. Eisenhower, inauguró oficialmente la vía marítima del San Lorenzo, sistema de esclusas, conductos y canales que permite a los buques oceánicos viajar desde el océano Atlántico hasta el lago Superior.[102]
Sus embarazos de los príncipes Andrés y Eduardo en 1959 y 1963 respectivamente, fueron las dos únicas ocasiones en las que la reina se ausentó en las ceremonias de apertura de las sesiones parlamentarias del Reino Unido.[103] Además de cumplir con sus actos tradicionales, también instituyó nuevos hábitos. Su primer paseo real, rodeada por miembros del público en general, tuvo lugar durante una gira por Australia y Nueva Zelanda en 1970.[104]
Las décadas de 1960 y 1970 estuvieron marcadas por una aceleración de la descolonización de África y el Caribe. Más de veinte países se independizaron del Reino Unido como parte de una transición planificada hacia un gobierno autónomo. En 1965, sin embargo, el primer ministro de Rodesia, Ian Smith, autoproclamó la independencia pese a la oposición de los movimientos de los negros, retirándola de la Mancomunidad de Naciones. Aunque la reina despidió a Smith en una declaración formal y la comunidad internacional aplicó sanciones contra Rodesia, el régimen de Smith perduró por más de una década.[105]
En febrero de 1974, el primer ministro británico Edward Heath llamó a elecciones generales en medio de la gira de la reina por la Cuenca del Pacífico, por lo que debió interrumpir su visita para volar de regreso a Gran Bretaña.[106] El resultado inconcluso de la elección significó que Heath, cuyo Partido Conservador tenía la mayor cantidad de votos, pero no la mayoría absoluta, podría permanecer en el cargo si se formaba una coalición con los liberales. Heath renunció cuando las discusiones sobre la formación de un gobierno cooperativo fracasaron, después de que la reina hablara con el líder de la oposición, el laborista Harold Wilson, para formar un gobierno.[107]
Un año más tarde, con la crisis constitucional australiana de 1975, el primer ministro australiano Gough Whitlam fue destituido de su cargo por el gobernador general sir John Kerr, después de que el Senado rechazara las propuestas de presupuesto de Whitlam.[108] Como Whitlam tenía la mayoría de votos en la Cámara de Representantes, el presidente Gordon Scholes se comunicó con Isabel para revertir la decisión de Kerr. La reina se negó, afirmando que no intervendría en las decisiones reservadas para el gobernador general según lo establecido en la Constitución de Australia.[109] Esta crisis alimentó al republicanismo australiano.[108]
En 1977, Isabel celebró su Jubileo de Plata como reina, para el cual se llevaron a cabo fiestas y eventos a lo largo de todo Reino Unido, muchos de los cuales coincidieron con giras nacionales y viajes por países miembros de la Mancomunidad. Las celebraciones reafirmaron la popularidad de la reina, pese a las notas negativas de la prensa que se encontraba más enfocada en la separación de la princesa Margarita de su marido.[110] En febrero de 1977, se realizaron algunas ceremonias religiosas a lo largo de todo el mes. El 17 de mayo realizó una gira a través de Glasgow y a su vez, concretó otros viajes de Estado a Samoa Occidental, Australia, Nueva Zelanda, Tonga, Fiyi, Tasmania, Papúa Nueva Guinea, Canadá y la India. Al final, se calculó que la reina junto a su marido habían recorrido más de 56 000 millas.[111] El 6 de junio de 1977, comenzaron las celebraciones correspondientes a su jubileo de plata como reina y un día después, se dirigió en el carruaje Gold State Coach a la catedral de San Pablo de Londres para un servicio de acción de gracias al cual asistieron jefes de Estado de todo el mundo y primeros ministros británicos retirados.[111] Después, asistió con su familia a un almuerzo en Guildhall, donde pronunció un discurso y de regreso al palacio de Buckingham saludó desde el balcón a la multitud presente. Se estimó que quinientos millones de personas observaron la procesión por televisión.[111]
En 1978 recibió al dictador comunista de Rumania, Nicolae Ceaușescu, en una visita de Estado.[112] Para el año siguiente, la vida de Isabel estuvo marcada por dos hechos: el desenmascaramiento de Anthony Blunt —el conservador de las obras pictóricas de la reina— como un espía comunista, y el asesinato de su tío político lord Mountbatten por parte del Ejército Republicano Irlandés Provisional.[113]
De acuerdo con Paul Martin, a finales de la década de 1970 Isabel estaba preocupada porque «la Corona tenía poco sentido» para el primer ministro canadiense Pierre Trudeau.[114] Tony Benn dijo que la reina se encontraba «decepcionada» con Trudeau;[114] por otra parte, estas declaraciones parecieron confirmarse por su actitud para con la reina, por ejemplo, cuando se deslizó por las barandillas del palacio de Buckingham y efectuó algunas piruetas detrás de Isabel en 1977, o cuando eliminó algunos símbolos reales de Canadá durante su mandato.[114] En 1980, algunos políticos canadienses arribaron a Londres para discutir la repatriación de la constitución canadiense y encontraron a Isabel «mejor informada acerca del caso constitucional de Canadá, más que cualquiera de los políticos o burócratas británicos».[114] Estaba interesada en el debate constitucional tras el fracaso del proyecto de la ley C-60, que había afectado su papel como jefa de Estado.[114] La repatriación había sofocado el papel del Parlamento británico en la constitución canadiense, pero se mantuvo la monarquía. Trudeau dijo en sus memorias: «La reina favoreció mi intento por reformar la Constitución. Siempre me impresionó no solo por la gracia que emitía en público en todo momento, sino también por la sabiduría que mostró durante una conversación privada».[115]
Durante la ceremonia Trooping the Colour de 1981 y a sólo seis semanas de la boda del príncipe Carlos y Diana Spencer, se efectuaron seis disparos contra la reina desde una distancia corta mientras cabalgaba camino a The Mall en su caballo «Burmese». Posteriormente, la policía descubrió que las balas disparadas eran de goma. El agresor de diecisiete años de edad, Marcus Sargeant, fue condenado a cinco años de prisión y liberado luego de tres.[116] Se elogió ampliamente la calma que mantuvo la reina y su habilidad para cabalgar.[117] Desde abril a septiembre de ese año, la reina estuvo especialmente orgullosa[118] y un tanto ansiosa[119] de su hijo Andrés, mientras este servía en las Fuerzas Armadas británicas durante la guerra de las Malvinas. El 9 de julio del año siguiente, cuando despertó en su habitación del palacio de Buckingham, halló a un intruso, Michael Fagan, parado al pie de la cama. Mantuvo la calma mientras se comunicó con el departamento central de policía, y conversó con Fagan hasta que las autoridades llegaron siete minutos después.[120] A pesar de que recibió al presidente Ronald Reagan en el castillo de Windsor en 1982 y visitó su rancho de California en 1983, se molestó cuando el gobierno estadounidense ordenó la invasión de Granada, uno de sus reinos del Caribe, sin su consentimiento previo.[121] La visita del papa Juan Pablo II en 1982 fue la primera visita de un papa católico al Reino Unido en 450 años.
Durante la década de 1980, el gran interés mediático en las opiniones y la vida privada de la familia real británica llevó a una serie de historias sensacionalistas dentro de la prensa, aunque no todas fueron ciertas.[122] El editor de periódico Donald Trelford escribió en The Observer el 21 de septiembre de 1986: «El serial televisivo real ha llegado a tal grado de interés público que el límite entre la realidad y la ficción se ha perdido de vista. No es justo que algunos papeles no corroboren las afirmaciones o acepte desmentidos: no les importa si las historias son verdaderas o no».[cita requerida] Se informó, inclusive, en la edición de The Sunday Times del 20 de julio de 1986, que Isabel estaba preocupada de que las políticas económicas de la primera ministra británica Margaret Thatcher promovieran una mayor división soc