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continente en los hemisferios norte y sur de la Tierra De Wikipedia, la enciclopedia libre
África es el tercer continente más extenso, tras Asia y América. Está situado entre los océanos Atlántico, al oeste, e Índico, al este. El mar Mediterráneo lo separa al norte del continente europeo; el punto en el que los dos continentes se hallan más cercanos es el estrecho de Gibraltar de 14.4 km de ancho. El mar Rojo lo separa al este de la península arábiga y queda unido a Asia a través del istmo de Suez, en territorio egipcio. Posee una superficie total de 30 272 922 km² (621 600 km² en masa insular), que representa el 20,4 % del total de las tierras emergidas del planeta. La población supera los mil cuatrocientos millones de habitantes, un 15 % del total mundial. El continente se divide en 54 Estados soberanos siendo uno de ellos, Egipto, transcontinental, además de dos Estados con reconocimiento limitado y dos territorios dependientes.
África | ||
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Gentilicio: africano, -na | ||
Superficie | 30 221 535 km² | |
Población | 1 460 481 800 (2023 est.)[1] hab. | |
Densidad | 49,0 (2023)[2] hab./km² | |
Subdivisiones |
África del Norte África del Sur África del Este África del Oeste África Central | |
Países |
Angola
Argelia Benín Botsuana Burkina Faso Burundi Cabo Verde Camerún Chad Comoras República del Congo República Democrática del Congo Costa de Marfil Eritrea Etiopía Gabón Gambia Ghana Guinea Guinea-Bisáu Guinea Ecuatorial Kenia Lesoto Liberia Libia Madagascar Malaui Mali Marruecos Mauricio Mauritania Mozambique Namibia Níger Nigeria República Centroafricana Ruanda Santo Tomé y Príncipe Senegal Seychelles Sierra Leona Somalia Suazilandia Sudáfrica Sudán Sudán del Sur Tanzania Togo Túnez Uganda Yibuti Zambia Zimbabue Países transcontinentales: Egipto | |
Dependencias | ||
Países no reconocidos | ||
Idiomas regionales | Lista de idiomas | |
Zona horaria |
UTC-1 UTC0 UTC+1 UTC+2 UTC+3 UTC+4 | |
Organizaciones regionales | Unión Africana | |
El nombre del continente proviene del latín. Desde el siglo II a. C., los romanos llamaban África a las tierras que los griegos conocían como Libia, al oeste del Nilo y al este de los montes Atlas. El topónimo se formó con el nombre de un pueblo local, los Afri y el sufijo -ica usado para indicar un país en función de sus habitantes (como Céltica de "los celtas").[3][4][5]
Los afri eran una tribu autóctona cuyo nombre es de origen bereber; ⵉⴼⵔⵉ ifri (plural ifran)[6] que significa «caverna», en referencia a los pueblos que los griegos llamaron Τρωγλοδύται / troglodytai, «los moradores de cavernas».[7] La misma palabra aparece en la tribu argelina de los Banu Ifran originarios de Ifrane / Yafran.[8]
Una hipótesis antigua, y menos probable, relaciona a los afri con el púnico 𐤏𐤐𐤓 ʿpr /ʿafar «polvo».[9]
Después de 146 a. C., África fue el nombre de una provincia romana en el noroeste del continente. La Geografía de Ptolomeo marca el límite oriental en el istmo de Suez, que la separa de Europa, el occidental en el Océano y el meridional en el Sahara.
A partir de la Era de los Descubrimientos y a medida que el conocimiento del continente se extendía en Europa, el nombre también lo hizo.
Etimologías populares o míticas del nombre lo derivan de la palabra latina aprica, «soleado», como dice Isidoro de Sevilla,[10] o del griego: a-phrike: «sin frío», como postuló León el Africano, si bien esta combinación de palabras no existe.[11][12]
Michèle Fruyt propuso derivar el nombre de africus «viento del sur»[13] asignando a la palabra un origen itálico, aunque la mayoría considera que el viento tomó su nombre por la provincia romana, y Gerald Massey, en 1881, inventó una etimología egipcia: af-rui-ka es decir, según su propuesta: «girar hacia la apertura del Ka», es decir, hacia el vientre materno, con lo cual los egipcios se referían a África como «lugar de nacimiento».[14]
Entre las etimologías fundadas en personajes epónimos, Flavio Josefo relaciona África con un nieto de Abraham de nombre Efer[15] mientras que Ibn Khallikan lo vincula con el rey himyarita "Afriko hijo de Abraha", su conquistador.[16][17][18]
Se cree que África es la cuna de la humanidad y que de allí proceden las sucesivas especies de homínidos y antropoides que dieron lugar a los seres humanos. La teoría explica que allí se originó el Homo sapiens hace cerca de 300 000 años para luego expandirse por el resto de los continentes. Según el historiador griego Heródoto (484 a. C.), una expedición fenicia auspiciada por el faraón Necao II (616 a. C) circunnavegó el continente africano por primera vez.
Los orígenes del tráfico comercial entre el oeste y el centro de África y la cuenca mediterránea se pierden en la prehistoria. Los primeros relatos históricos datan de la antigüedad y versan sobre los nómadas que organizaban el comercio entre Leptis Magna y el Chad. Este comercio vivió su primer auge en el siglo I a. C. con el ascenso del Imperio romano. Sobre todo se comerciaba con oro, esclavos, marfil y animales exóticos para los juegos de circo en Roma a cambio de bienes de lujo romanos. De hecho es en esta época en la que se gesta el propio nombre de África. Tras la derrota de Cartago por Roma en la tercera guerra púnica se establece la provincia romana de África que abarcaría aproximadamente el Túnez actual. Fue una generalización territorial de la provincia lo que dio nombre a todo el continente. Una importancia crucial tuvo también la mayor utilización del camello a partir del siglo I en el norte de África.
A partir del siglo VII los árabes invaden el África del norte. El comercio caravanero y la expansión islámica alimentan el establecimiento de nuevas relaciones entre las «dos Áfricas».
El Imperio Kanem-Bornu existió en África entre el siglo XIII y la década de 1840. En su momento de mayor esplendor abarcó el área de lo que actualmente es el sur de Libia, Chad, noreste de Nigeria, este de Níger y norte de Camerún.
El Reino del Congo fue un Estado situado en lo que actualmente constituye la zona norte de Angola, el enclave de Cabinda, Congo-Brazzaville y la parte occidental de Congo-Kinsasa. Su área de influencia abarcaba también los Estados vecinos.
La repartición colonial de África por las potencias europeas, iniciada a partir del siglo XVII, tuvo lugar aproximadamente en 1885, con la conferencia de Berlín, y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, época en la que los imperios coloniales se extendieron más rápidamente en África que en cualquier otro lugar del mundo, si bien dos países, Liberia y Etiopía, consiguieron mantener su independencia. Es un ejemplo del nuevo imperialismo generado por la necesidad de los países europeos de obtener materias primas para el rápido crecimiento de su producción manufacturera después de la Revolución Industrial, iniciada en Inglaterra a fines del siglo XVIII.
Al final de la Segunda Guerra Mundial los aliados no logran ponerse de acuerdo sobre el futuro de la antigua colonia italiana de Libia. En ese momento era un territorio más de cinco veces mayor que la propia Italia. Sin embargo, la población no sobrepasaba el millón de habitantes, por lo que representaba un destino apropiado para la población desplazada de Italia por la guerra, que empezó a buscar lugares a donde emigrar. Los recelos entre Occidente y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas hacen que finalmente la Organización de las Naciones Unidas decida dar la independencia al país dejándolo en manos del rey Idrís I de Libia.
Aunque ya había cuatro países independientes en África (Liberia en 1847, Sudáfrica en 1910, Egipto en 1922 y Etiopía en 1941), Libia se convierte así en la primera colonia africana en lograr su independencia en 1951, a la que seguirá la de Ghana en 1957. Más adelante las potencias europeas lamentarían este hecho, pues contribuyó a desencadenar las diferentes luchas por la independencia africana.
En su mayor parte, África es una enorme y antigua plataforma continental maciza y compacta, elevada entre 600 y 800 m s. n. m., surcada por grandes ríos (aunque pocos) y escasa en penínsulas. Destaca por su regularidad orográfica y considerable altitud media.
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Tres franjas climáticas sucesivas se repiten al norte y al sur del ecuador, abarcando los climas mediterráneo, desértico, subtropical e intertropical lluvioso, este último, en sus dos tipos principales, tanto de sabana como de selva. África es el continente con mayor índice de insolación anual, lo cual podría haber dado origen a su nombre (África, del griego a-phrike, ‘sin frío’).
Los suelos son excepcionalmente ricos en minerales y muy aptos para pastos. Debido al clima es allí donde evolucionó la mosca tsetsé y donde prolifera actualmente. Las principales áreas cultivadas se encuentran en las tierras altas orientales y la zona de los Grandes Lagos, algunos deltas y riberas e incluso en el Sahel.
Situación Astronómica Continental: Norte: Cabo Blanco, Túnez (37°20′ Norte) Sur: Cabo de las agujas, Rep. Sudafricana (35° Sur) Este: Cabo Hafún, Somalia (51°24′ Este) Oeste: Cabo Verde, Senegal (18° Oeste)