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Sara García
actriz y comediante mexicana De Wikipedia, la enciclopedia libre
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Sara Rita de la Luz García (Orizaba, Veracruz, 8 de septiembre de 1895-Ciudad de México, 21 de noviembre de 1980),[nota 1] conocida como Sara García, fue una actriz y comediante mexicana. Sus caracterizaciones como abuela en varios de sus proyectos le otorgaron los apodos de la Abuelita de México y la Abuelita del cine nacional.[8] Por su vasto legado filmográfico y sus contribuciones a la actuación, es considerada como un ícono de la cinematografía mexicana y de la Época de Oro del cine mexicano.[9][10]
Gracias a su extensa carrera, que comenzó en 1917, se convirtió en una de las actrices mexicanas de mayor renombre. Entre sus películas más destacadas se encuentra su participación en Ahí está el detalle (1940), El barchante Neguib (1946), Los tres García (1947), Vuelven los García (1947), Dos pesos dejada (1949), Acá las tortas (1951), El papelerito (1951), El lunar de la familia (1953), Los Fernández de Peralvillo (1954), El inocente (1956), Pobres millonarios (1957), Escuela para solteras (1965) y Mecánica nacional (1971). Sus trabajos actorales también se extendieron internacionalmente en filmes como The Living Idol (1957) y Los dinamiteros (1964), así como en la telenovela Mamá trompeta (1968).
En dupla con su contemporánea Prudencia Grifell, disfrutó de una buena recepción crítica con una serie de cintas trabajadas en conjunto, que incluyen La tercera palabra (1956), Las señoritas Vivanco (1959), El proceso de las señoritas Vivanco (1961), ¡Mis abuelitas... no más! (1961) y ¿Por qué nací mujer? (1970).
De 1974 a 1977, consiguió un resurgimiento profesional y ganó una nueva generación de fanáticos al participar en la telenovela Mundo de juguete, en la que interpretó a la nana Tomasita.[11]
Su trayecto personal estuvo marcado por tragedias, como el quedarse huérfana desde que era una niña, ser engañada por su esposo, y perder a su única hija y a su futuro nieto, al mismo tiempo que se constituyó en situaciones que formaron su propia leyenda histriónica, como su presunto autoenvejecimiento prematuro, y su relación posiblemente sentimental con Rosario González Cuenca. Con esta última vivió toda su vida y compartió trabajo y hogar, permaneciendo inseparables hasta su propia muerte, ocurrida el 21 de noviembre de 1980, por diversos problemas de salud.
Inmortalizada en la posteridad, primero por Chocolates la Azteca y luego por la compañía Nestlé, su imagen quedó plasmada como emblema y logo oficial del chocolate de mesa y sus diferentes variantes, «Chocolate Abuelita».
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Biografía y carrera
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1892-1916: primeros años
Sara Rita de la Luz García nació el 3 de septiembre de 1892 en Orizaba, Veracruz, siendo hija de los españoles Isidoro García Ruiz, originario de Córdoba, y Felipa Hidalgo Rodríguez, originaria de Andalucía.[5][6][7] A principios de 1900, se contagió de tifus murino e infectó a su madre, quien falleció meses después.[12]
A los nueve años de edad, ella y su papá se reinstalaron en Ciudad de México, donde por medio de una beca denominada como «lugar de gracia», fue aceptada en el Colegio de las Vizcaínas para cursar su formación académica.[13][14] Al poco tiempo de su arribo a la ciudad, su padre sufrió un derrame cerebral y fue internado en la «Casa de Beneficencia Española», donde falleció en fecha desconocida. Quedándose huérfana, permaneció como interna de dicho colegio hasta cumplir la mayoría de edad, siendo «adoptada» por las monjas de la institución, que estaba cimentada bajo los principios de la religión católica. Ahí conoció a Rosario González Cuenca, una niña con la que formó un fuerte vínculo afectivo.[13][15] Al graduarse de dicha escuela, en la que pasó una temporada impartiendo clases como maestra de dibujo,[13] decidió perseguir una carrera como actriz en 1916, luego de observar la filmación de una película en los estudios de Azteca Films, los cuales descubrió mientras caminaba por la Alameda Central.[16][17]
1917-1939: inicios artísticos
En 1917, debutó como actriz con En defensa propia, una película de cine mudo en la que se le dio un papel secundario, seguidas por Alma de sacrificio y La soñadora, ambas del mismo año.[18] Posteriormente, se integró a la Compañía de Comedia Selecta del Teatro Virginia Fábregas, donde explotó su habilidad para imitar el acento español con puestas en escena cómicas al lado de figuras como Eduardo Arozamena y Sara Uthoff, y en giras nacionales con los ensambles de Mercedes Navarro, Prudencia Grifell y Anita e Isabel Blanch.[19][20]
En 1918, contrajo matrimonio con el actor Fernando Ibáñez Carranza; durante su luna de miel se hospedaron en el hotel «Bola de Oro», en Tepic, Nayarit, donde el 15 de enero de 1920, dio a luz la que fue su única hija, María Fernanda Ibáñez.[21] Luego de que Fernando le fuera infiel con la actriz y empresaria española, Elvira Morla, Sara lo abandonó y se llevó a su hija, optando por criarla sola.[22][23] En ese punto, Rosario, que se había divorciado de su esposo, se reencontró con ella al atenderla en la corsetería «La Europea» de la calle República de Uruguay, sitio donde laboraba.[24] Al enterarse de su situación, le brindo su ayuda para cuidar de su hija en una especie de crianza compartida, además de ofrecerle vivir en su pequeña casa localizada en la calle de Mesones, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde ella vivía con su madre, su hermana Blanca y su cuñado. De este modo, Sara ingresó al núcleo familiar de los González Cuenca.[9][15] Ya restablecida, pudo ocuparse en retomar sus actividades actorales como histrionisa teatral cerca de 1922, aún cuando le era difícil ser contratada por ser madre soltera.[25] Esta sería una de las razones por las que no volvió a desempeñarse en cine sino hasta 1927, colaborando en la cinta, Yo soy tu padre.[26]
Años más tarde, su esposo volvió buscándola sumido en enfermedad, pidiéndole atenderlo, porque nunca se divorciaron formalmente, solo se habían separado; fue así como, con mucho esfuerzo, costeó sus gastos médicos y lo cuidó junto a Rosario, hasta que el 2 de julio de 1932, falleció a los 33 años de edad, a causa de un absceso pulmonar.[27][28]

Unidas cariñosamente como una mujer divorciada y otra viuda, prosiguieron sus vidas en conjunto, con Sara incursionando de lleno como actriz de cine, y Rosario ocupándose de las labores del hogar que compartían juntas.[29] A inicios de los años treinta, se introdujo el cine sonoro a México, realizando su primera película hablada en 1934 con La sangre manda, que asimismo marcó el debut actoral de su hija y su primera participación juntas.[30] Poco tiempo después, comenzó a ser solicitada para más papeles, llevándola a actuar en diversos proyectos, como El vuelo de la muerte (1934), ¡Viva México! (1934), Marihuana: el monstruo verde (1936), y su primer protagónico con la comedia dramática, Así es la mujer (1936).[31][32] Su trayectoria prosiguió retratando a mujeres maternales o de carácter fuerte con No basta ser madre (1937) y Dos cadetes (1938), en las que nuevamente trabajó al lado de su hija, Por mis pistolas (1938), El capitán aventurero (1939), Papacito lindo (1939), y En un burro tres baturros (1939).[33]
Poco a poco, se fue abriendo paso en los medios de entretenimiento, lo que la llevaría a tener más roles principales en los siguientes años.[34][35] De igual manera, sus constantes interpretaciones como abuela en obras de teatro, desde su primera representación en Mi abuelita la pobre de 1934,[36] la llevaron a formar el mito de haberse envejecido tempranamente por cuenta propia para ser contemplada en más elaboraciones profesionales; esta historia refiere que se sacó catorce dientes y se hizo fracturar una rodilla para usar un bastón de forma más natural y aparentar ser una persona de la tercera edad.[20][37]
1940-1956: Época de Oro del cine mexicano
Establecida como estrella de la Época de Oro del cine mexicano, en 1940 participó en la cinta, Allá en el trópico, donde aportó su primera versión como abuela en cine.[38][39] El 11 de septiembre de ese año, se lanzó Ahí está el detalle, una fructífera comedia que le dio notoriedad al actuarla al lado del cómico Cantinflas.[40] Lo que parecía ser un triunfo digno de celebrar, pasó a ser desplazado por una batalla personal, pues el 18 de octubre, su hija María Fernanda Ibáñez falleció a los 20 años por una hemorragia interna, en la que también murió el que sería su primer nieto.[41]

A pesar de padecer el dolor de su irreparable perdida familiar, tuvo que proseguir laborando para apoyar a Rosario con un gasto y solventar la nueva casa a la que se habían mudado, ubicada en la Colonia del Valle, Ciudad de México.[42] Adaptando su experiencia de la vida real a la ficción, encarnó la imagen de una mujer y madre abnegada en sus siguientes pasos histriónicos, que tomaron lugar en Cuando los hijos se van (1941), Regalo de reyes (1942), y La abuelita (1942).[43][44] En ese periodo de su carrera, su renombre aumento junto a Joaquín Pardavé, con quien interpretó a un matrimonio de libaneses en El baisano Jalil (1942) y El barchante Neguib (1946).[45] No obstante, el personaje que la puso en el mapa cinematográfico fue caracterizando a Doña Luisa García, la estricta abuela de Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza en las películas, Los tres García y Vuelven los García, ambas de 1946.[46]
Con el aumento de su fama y solicitud en el cine, abandonó el teatro en 1948.[47] A finales de los cuarenta e inicios de los cincuenta, se centró en un enfoque comédico e hizo varias comedias, algunas de las cuales eran dramáticas, como Tía Candela (1948), Novia a la medida (1949), Dos pesos dejada (1949), El diablo no es tan diablo (1949), Yo quiero ser hombre (1950), Si me viera don Porfirio (1950), Yo quiero ser tonta (1950), La duquesa del Tepetate (1951), Acá las tortas (1951), El papelerito (1951), La miel se fue de la luna (1952), entre otras.[48] El 5 de septiembre de 1952, debutó en televisión como presentadora del programa Media hora con la abuelita de Telesistema Mexicano, el cual al poco tiempo fue cancelado por sus bajos índices de audiencia.[49][50] Su versatilidad y experiencia la llevaron a compartir cuadro con varios artistas taquilleros de su tiempo, como Luis Aguilar, David Silva, Víctor Parra, Germán Valdés, y Silvia Pinal, teniendo con ellos intervenciones notables en El lunar de la familia (1953), el drama de cine negro Los Fernández de Peralvillo (1954), El hombre inquieto (1954), y El inocente (1956).[51][52][53][54]
Haciendo equipo con Prudencia Grifell, en 1955, destacaron juntas por personificar a las hermanas Matilde y Angelina en La tercera palabra, un drama cómico estrenado en 1956, donde coprotagonizaron junto a Pedro Infante y Marga López.[55] Por su actuación en ella, ganó un Premio Ariel en 1957, como parte de la categoría a mejor coactuación femenina.[56]
1956-1977: cine posterior e incursión televisiva
Finalizado el cine de oro en 1956, se unió a una nueva etapa de la cinematografía mexicana que duró de 1957 a 1975, sobresaliente por su apertura mental en ciertos temas, especialmente en contenidos que eran considerados tabúes en la Época de Oro. Así, consiguió un éxito renovado junto a Grifell con Las señoritas Vivanco de 1959, y El proceso de las señoritas Vivanco de 1961, títulos que volvieron a posicionarlas en el gusto del público.[57] Prueba de los nuevos cambios en los contenidos filmográficos, es una escena de El proceso de las señoritas Vivanco, donde García y Prudencia encienden una mata de marihuana que al olerla hace que actúen como si estuvieran drogadas.[58]

Durante ese tiempo transitorio, Sara trabajó para Hollywood entre 1955 y 1956, grabando el filme de terror sobrenatural, The Living Idol de 1957, habiendo sido este su único trabajo para Estados Unidos y totalmente hablado en inglés, pero que a su vez, fue rodado en México.[59][60] Justo en 1957, firmó un contrato de corta duración con la discográfica Peerless, para la que produjo dos discos de reflexiones que se comercializaron en mayo y en diciembre respectivamente, uno por el Día de la Madre titulado, Para mi madre, y el otro por Navidad de nombre, Navidad Con Sara García.[61][62]
Tras la introducción de las telenovelas, comenzó a participar más activamente en televisión en los años sesenta, trabajando en producciones de Telesistema Mexicano como La gloria quedó atrás (1962), La Duquesa (1966), Anita de Montemar (1967), y Mi maestro (1968), en adición a la venezolana Mamá trompeta (1968), de RCTV.[63] A mediados de esa década, fue el personaje principal de una fotonovela de aventuras titulada, Doña Sara, La Mera Mera: la abuelita más adorable del mundo.[64] Buscando conectar con sus raíces españolas, en esos años hizo parte en el reparto de algunas alianzas de cine entre México y España, de las que salieron cooperaciones como Bello recuerdo (1961), El caballo blanco (1962), El falso heredero (1966), Un novio para dos hermanas (1967) y Sor ye-yé (1968),[65][66][67] con Los dinamiteros de 1964, convertida en la única a cargo completamente por Europa, coordinada entre España e Italia.[68]
Nueve años después de su última colaboración con Prudencia en ¡Mis abuelitas... no más! de 1961, se reunieron una última vez para el drama feminista ¿Por qué nací mujer? de 1970, una cinta grabada en 1969 en la que no alternaron escénicamente, pero que pasó a ser su trabajo final conjunto en una producción, ya que Grifell falleció antes del estreno de la misma, el 7 de junio de 1970.[69][70] A inicios de 2020, ¿Por qué nací mujer? se hizo viral en México gracias a la fuerza que tomó el movimiento feminista mexicano, siendo vista como paradigma para ejemplificar la vida de las mujeres del siglo XX en retrospectiva a las del siglo XXI, cuya realidad, para algunas, continúa prácticamente igual.[71][72]
Con un segundo resurgimiento profesional, a inicios de los setenta participó en la exitosa comedia negra Mecánica nacional,[73][74] en el melodrama Mi rival, en aquel tiempo de la recién establecida Televisa,[75] y colaboró con Vicente Fernández, uno de los cantantes mexicanos con mayor popularidad en ese tiempo, en las realizaciones filmográficas, Volver, volver (1972), también conocida como Entre monjas anda el diablo, y El hijo del pueblo (1974). A partir de 1974, interpretó el papel de la nana Tomasita en la telenovela Mundo de juguete, emisión que gozó de buena popularidad y concluyó en 1977, dándole una tercera renovación de reconocimiento a su carrera con las entonces nuevas generaciones.[76][77]
1978-1988: trabajos finales y lanzamientos póstumos
Su última emisión en la pantalla chica fue la telenovela Viviana, de 1978.[78][79]
Para 1979, intervino en el filme La vida difícil de una mujer fácil y apareció en el documental sobre el cine mexicano desde la era muda hasta el estatizado de los 70, México de mis amores, con ambos convirtiéndose en los trabajos finales que logró ver debutar en vida, antes de fallecer el 21 de noviembre de 1980.[80][81][82] Poco después, se proyectó póstumamente la producción del cine de ficheras Sexo contra sexo (1980), donde tuvo una breve intervención.[83] Diez meses después de su muerte, el 15 de septiembre de 1981, se estrenó Como México no hay dos, un drama musical que hizo en 1980.[84]
En 1988, se lanzó su última película, Solicito marido para engañar. 35 años después, en 2022, se viralizó la escena inicial de su aparición en la antedicha obra, la cual internautas y fanáticos describieron como «indignante y triste», por haber sido una realización del cine de ficheras.[85]
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Vida personal
Aunque nunca fue abiertamente confirmado por García, se afirma que mantuvo una relación amorosa de varios años con Rosario González Cuenca,[86][87] quien falleció el 5 de abril de 1983, y al igual que Sara y su hija, fue enterrada en el Panteón Español.[88][89] Según se tiene estudiado, se vieron orilladas a ocultar su estatus como pareja debido a los estigmas sociales de su tiempo en cuanto a la homosexualidad.[90]
Décadas posteriores a su muerte y a la de Rosario, personas cercanas a ellas confirmaron la relación que tenían, como el actor y comediante Manuel «Flaco» Ibáñez, quien conoció, trabajó con, y era amigo suyo, afirmando en 2014 que las dos sí eran pareja.[91] Otro personaje público que corroboró su cercanía, fue el cantante Aleks Syntek, quien en 2024 y 2025, reveló una anécdota suya de 1977, relatando que en su infancia grabó un comercial de «Chocolate Abuelita» en casa de Sara y Rosario, donde fue testigo de como esta última le dio un beso en la boca, explicándosele que ambas compartían una vida juntas.[92][93]
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Muerte

Siendo cuidada hasta sus últimos momentos por Rosario González,[29] el 21 de noviembre de 1980, García falleció en Ciudad de México a los 88 años de edad, a causa de un paro cardiorrespiratorio irreversible, neumonía, y una insuficiencia respiratoria.[3] Su cuerpo fue enterrado en el Panteón Español, ubicado en la misma ciudad, dentro del mismo mausoleo en el que cuarenta años atrás había sido inhumada María Fernanda Ibáñez, su hija.[3]
Rosario fue nombrada su heredera universal, quedándose en posesión de todos sus bienes materiales y de la casa en la que vivieron juntas por años, que se hallaba en Rebsamen n.º 929, en la Colonia Del Valle, Ciudad de México, lugar donde residió hasta su muerte en 1983.[3][88][94][95]
Legado
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Contexto
En 1973, la hoy desaparecida empresa Chocolates la Azteca, la eligió para ser la imagen del chocolate de mesa «Chocolate Abuelita», reemplazando a la antigua ilustración del antedicho chocolate.[96][97] Desde ese año, su retrato se preservó en el empaque de la bebida, incluso después de que la marca pasó a manos de la empresa multinacional suiza Nestlé,[98][99] quien le creó su propia página web y produjo nuevos productos del chocolate además de su presentación en tablillas, introduciendo chocolate en polvo, marquetas de chocolate,[100] y en territorios selectos, jarabe.[101]
En 2018, el palacio municipal de Orizaba creó el «Salón de la Fama», donde se instauró una exposición dedicada a Sara García.[102][103] Honrando su memoria, en septiembre de 2019, se develó una estatua en su honor en el parque López, de Orizaba, Veracruz, su ciudad natal.[104][105]
- Empaque de tablillas de Chocolate Abuelita (centro).
- Marquetas de Chocolate Abuelita.
- Estatua de Sara García en el parque López de Orizaba, en octubre de 2020.
En la cultura popular
En noviembre de 2019, Día de muertos, una película animada mexicana, le rindió homenaje con un personaje al que se le dio el nombre de doña Sara y una apariencia física con gran semejanza a ella; la actriz de doblaje Magda Giner fue la encargada de darle voz.[106][107] Pese a esto, la cinta no fue bien recibida por la crítica.[108]
En julio de 2023, debido a su legado filmográfico por sus personajes como abuelita, fue mencionada en La Dama del Silencio: El caso Mataviejitas, un documental de investigación criminal producido por la plataforma de streaming estadounidense Netflix, en el que se habló sobre el caso de Juana Barraza Samperio, una asesina serial mexicana que solía matar ancianas.[109] Algunos años antes, ya había sido relacionada con la mencionada criminal, después de que se comercializara una playera en la que a manera de burla se «enfrentaba» a Samperio.[110]
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Discografía
Álbumes de estudio
| Año | Título | Discográfica |
| 1957 | Para mi madre | Discos Peerless |
| Navidad Con Sara García |
Filmografía
Comerciales
Cine
Televisión
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Premios
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Notas
Referencias
Enlaces externos
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